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Este sábado repetíamos una ruta que hicimos hace 11 años en que desde Chulilla subimos al Mirador de la Cruz y al vértice. Esta vez no haríamos el vértice. Después volvimos a bajar pasando por los coches e iniciamos la ruta de Los Calderones o los Puentes Colgantes de los pantaneros. Llegaríamos hasta la Presa de Loriguilla, volveríamos un tramo y cruzaríamos un puente para dirigirnos a una estrecha y empinada canal por la que subiríamos. Este tramo es difícil para aquellas personas que no estén acostumbradas, Un tramo por la muela superior y bajamos por otro barranco en el que también hay que hacer algunas destrepadas que nos llevaría a pasar por la Cueva del Gollizno y a los coches.
A las 8 de la mañana ya estábamos aparcados en el punto de inicio. Un parking habilitado al inicio del pueblo.
Allí arriba se veía la cruz a la que subiríamos en primer lugar.
La fuente del Lebrillico. Si alguna vez tuvo agua nunca la hemos visto.
Fuimos tomando altura rápidamente y las vistas se ampliaban.
Allá abajo aumentada con el zoom de la cámara podíamos ver la Cueva del Gollizno por la que pasaríamos al final de la ruta.
Llegamos al Mirador de la Muela y fuimos un poco más allá hasta la Cruz.
Allí han puesto una cruz en un resalte que hace de estupendo mirador. Incluso hay una cámara instalada desde la que verán todo el entorno.
Volvimos unos metros sobre nuestros pasos hasta el Mirador, donde hay un gran depósito de agua para incendios y dos mesas de metal con sus bancos. No recordábamos que estuvieran allí hace 11 años pero nos vinieron de maravilla para disfrutar de un buen almuerzo.
Costaba, pero había que reanudar la marcha.
En la bajada no repetimos el tramo final porque había un tramo bastante perdido y bajamos por otra senda más cómoda que recomiendo también usarla para subir.
Pasamos por el parking de nuevo y Oh, sorpresa. La gente estaba sacando tickets de una máquina como las de la ORA de Valencia para pagar por aparcar. Cuando habíamos llegado no había nadie pero ahora tuvimos que sacar el ticket. 4 euros por coche.
Continuamos la ruta y al ir a bajar a la zona de los Puentes, una caseta de control. Un euro por persona para poder acceder. Más adelante, en otra entrada había otro control donde pagaba el que no lo había hecho al principio.
En una de las curvas de la senda superior veíamos abajo el Charco Azul, con los restos de su antigua pasarela adosada a la pared, ahora ya mero recuerdo.
En la parte más al norte del barranco cruzamos un pequeño arroyo.
Y llegamos al primer puente colgante. Aquí ya había bastante gente y tuvimos que esperar un poco para cruzar por lo de las fotos y eso. Supongo que de aquí en adelante y los domingos habrá todavía más afluencia.
La zona es muy chula entre las paredes verticales, muchas de ellas utilizadas por los escaladores.
Llegamos al final del barranco y subimos hasta la presa por la carreterilla de la derecha. Cuando estuvimos aquí la vez anterior pasamos por la parte superior de la presa y bajamos de nuevo por el otro lado. Ahora ya no es posible. Han cortado el acceso, por lo que os recomiendo que os ahorréis una buena subida a la presa para volver a bajar por el mismo camino.
Llegamos de nuevo al estrecho puentecito y lo cruzamos.
Aquí estaba la senda que íbamos a seguir y hay muy buen puesto un cartel que indica que la senda no tiene salida y que es utilizada sólo por los escaladores. Así el público en general puede evitar meterse por aquí para después tener que dar la vuelta.
Nosotros ya conocíamos la senda y la dificultad de paso que tenía, por lo que continuamos y llegamos a las primeras trepadas, algunas de ellas equipadas con cuerdas para que sirvan de ayuda y otras non, como los pimientos de Padrón.
Si te gustan estas cosas disfrutas con ellas, aunque el esfuerzo también se nota.
Llegamos al inicio de las paredes verticales y al lugar donde empieza la parte más agreste de la canal. En estas subidas bastante verticales hay que extremar las precauciones.
Superado ese punto volvíamos a estar un un barranquito.
Al llegar a un tramo intransitable por el lecho, nos salimos por la derecha a media pendiente, sin alejarnos mucho del fondo porque sabíamos que más adelante tendríamos que cruzarlo. De vez en cuando había algún hito de piedras que nos confirmaban el camino.
Una vez arriba una parada para tomar agua y seguimos caminando hacia el barranco de bajada.
Al fondo el pico del Remedio de Chelva.
Este barranquito también tiene destrepes entretenidos.
Llegamos al final del barranquito y a la Cova del Gollizno, con sombra fresca.
A partir de aquí hay que andar con ojo porque la senda, muchas veces difusa y perdedora, discurre a media altura, es estrecha, pedregosa y con bastante pendiente lateral.
Abajo vimos unas pasarelas de madera sobre el río, que sobrepasamos y llegamos a unos zig zags que nos bajaban a la pista inferior, en los que también era fácil resbalar. Llegamos a la pista y nos dirigimos hacia el pueblo.
En la subida nos volvió a recibir esta roca con cara de malo, callejeamos un poco y llegamos a los coches dando por terminada esta estupenda ruta.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
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