Otra carrera de montaña. El grupo está acostumbrándose a hacer alguna carrera de éstas de vez en cuando, sin dejar de lado las salidas normales de los sábados. En cierto modo sirven para desfogarse y vivir también este ambiente.
Mientras nos íbamos aproximando a Castellnovo se iban sucediendo las lloviznas intermitentes, unas más intensas que otras pero al llegar, afortunadamente cesaron casi de repente y el frío tampoco era tan intenso como se podía haber previsto. Era una premonición del magnífico día que íbamos a tener para realizar la prueba. Cero grados, o sea, ni frío ni calor (es broma).
Aquí tenemos dos instantáneas de Rocacoscolladictos esperando relajadamente a que se hiciera la hora de empezar.
La nota de humor la puso un corredor que iba disfrazado de “abuela” acompañado por su chica ¡Y cómo me pasó la abuela!, que de abuela no tenía nada, era un corredor bien entrenado que incluso se paraba a esperar a la chica rubia que corría con él.
Por fin llego a la tan ansiada meta con un tiempo que considero bueno para mí. Además he puesto a prueba mi rodilla tras mi fiasco en la Vía Verde de Ojos Negros y ya estoy más tranquilo, aunque los más fuertes del grupo empezaron a llegar media hora antes. Están hechos de otra pasta. Después fueron llegando los demás (no tengo fotos de todos) Mari y Jose, María José y Vicente Metge...
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Emilio y Carmen... No sé por qué Emilio cruzaba tan serio: ¡Sonríe tío, que has hecho un tiempazo!... y Miguel, y Luis Gispert con su hija, y Mary que, como estábamos todos silbando y aplaudiendo cuando la vimos llegar se sintió un poco abrumada por el recibimiento.
En esta ocasión y, como no podía ser de otra manera (nos estamos acostumbrando), Mari volvió a recibir trofeo como tercera clasificada en su categoría, pero hubo para el grupo 3 trofeos más: los de Mari Piqueras y Luis Gispert como participantes de más edad en sus categorías y el trofeo al grupo más numeroso a nombre de ROCACOSCOLLA SENDERISMO, recogido por José Manuel.
Mientras nos íbamos aproximando a Castellnovo se iban sucediendo las lloviznas intermitentes, unas más intensas que otras pero al llegar, afortunadamente cesaron casi de repente y el frío tampoco era tan intenso como se podía haber previsto. Era una premonición del magnífico día que íbamos a tener para realizar la prueba. Cero grados, o sea, ni frío ni calor (es broma).
Aquí tenemos dos instantáneas de Rocacoscolladictos esperando relajadamente a que se hiciera la hora de empezar.
Y una imagen segundos antes de que sonara el disparo de inicio. Nos juntamos casi 700 participantes, lo que hacía que en ocasiones se formaran tapones cuando el camino se convertía en senda “de a uno”.
En algunos tramos el trazado seguía un camino cementado que, como siempre, no fue de nuestro agrado y que solía coincidir con fuertes cuestas y bajadas. En una de estas bajadas comencé a tomar velocidad y la inercia me impedía parar… por momentos pensé que daba con mis huesos en el suelo porque las piernas me iban locas y hubiera sido muy doloroso por la velocidad de la caída y lo rasposo del cemento ¡Menos mal!
Aquí uno de los puntos de avituallamiento, situados como siempre más o menos cada 5 kilómetros. En esta ocasión también dejaban mucho que desear. Todo nos induce a pensar que lo bien organizados y surtidos que estaban los de la marcha de Alcolea, bien fueron un espejismo (no, porque hay fotos) o que difícilmente se volverá a repetir. Snif.
En algunos tramos el trazado seguía un camino cementado que, como siempre, no fue de nuestro agrado y que solía coincidir con fuertes cuestas y bajadas. En una de estas bajadas comencé a tomar velocidad y la inercia me impedía parar… por momentos pensé que daba con mis huesos en el suelo porque las piernas me iban locas y hubiera sido muy doloroso por la velocidad de la caída y lo rasposo del cemento ¡Menos mal!
Aquí uno de los puntos de avituallamiento, situados como siempre más o menos cada 5 kilómetros. En esta ocasión también dejaban mucho que desear. Todo nos induce a pensar que lo bien organizados y surtidos que estaban los de la marcha de Alcolea, bien fueron un espejismo (no, porque hay fotos) o que difícilmente se volverá a repetir. Snif.
La nota de humor la puso un corredor que iba disfrazado de “abuela” acompañado por su chica ¡Y cómo me pasó la abuela!, que de abuela no tenía nada, era un corredor bien entrenado que incluso se paraba a esperar a la chica rubia que corría con él.
Por fin llego a la tan ansiada meta con un tiempo que considero bueno para mí. Además he puesto a prueba mi rodilla tras mi fiasco en la Vía Verde de Ojos Negros y ya estoy más tranquilo, aunque los más fuertes del grupo empezaron a llegar media hora antes. Están hechos de otra pasta. Después fueron llegando los demás (no tengo fotos de todos) Mari y Jose, María José y Vicente Metge...
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Emilio y Carmen... No sé por qué Emilio cruzaba tan serio: ¡Sonríe tío, que has hecho un tiempazo!... y Miguel, y Luis Gispert con su hija, y Mary que, como estábamos todos silbando y aplaudiendo cuando la vimos llegar se sintió un poco abrumada por el recibimiento.
En esta ocasión y, como no podía ser de otra manera (nos estamos acostumbrando), Mari volvió a recibir trofeo como tercera clasificada en su categoría, pero hubo para el grupo 3 trofeos más: los de Mari Piqueras y Luis Gispert como participantes de más edad en sus categorías y el trofeo al grupo más numeroso a nombre de ROCACOSCOLLA SENDERISMO, recogido por José Manuel.
Como veis, en esta ocasión hicimos pleno y por los altavoces no paraba de sonar el nombre de nuestro grupo, además que pienso que al locutor debimos caerle muy bien.
Para terminar os dejo una foto del impresionante olmo bajo el que estaba ubicada la mesa del locutor y de entrega de trofeos.
Para terminar os dejo una foto del impresionante olmo bajo el que estaba ubicada la mesa del locutor y de entrega de trofeos.
Hasta la próxima,
Pablo.
Pablo.