...
Este sábado la ruta propuesta era subir al Vértice Geodésico nº 168
en altura de la Comunidad Valenciana, Cantera,
con 894 m de altitud, situado en el Término
Municipal de Lucena del Cid, Castellón.
Para
llegar al punto de inicio seguiríamos la A-7 hacia Castellón, CV-10 y nos
saldremos hacia L’Alcora siguiendo la CV-16. A continuación
seguiríamos por la CV-190 pasando por Figueroles y llegaríamos a Lucena del Cid,
donde aparcaríamos.
Para
esta ocasión utilicé un track de Xavi (Goterris). Es una ruta sencilla y que no ofrece ninguna
complicación.
Comenzaríamos
saliendo de Lucena hacia el Sur, pasando por la Fuente de Godó y su área
recreativa. Seguiríamos el PRCV-327 que nos llevaría a pasar al lado del Hotel
del Prat y cogeríamos un viejo camino que nos llevaría a tocar la carretera y nos
saldríamos por la izquierda para atravesar y seguir el Barranc del Batle pasando
al lado de la Font de la Roqueta.
Tocaríamos
de nuevo la carretera y a la altura del Mas del Mosquerí nos saldríamos por la
izquierda para seguir el barranco. Visitaríamos un roble monumental: el “Roure
de la Corralissa” y subiríamos a la Torre Ibérica de Foios.
Retomaríamos
el PR, que nos llevaría a la Font de la Penella y allí seguiríamos el Assagador
Real d’Aragó, nos saldríamos por la izquierda y llegaríamos al Vértice Cantera.
Volveríamos
al PR, que aún nos haría pasar por otra fuente, la de l’Esqueix y después, por
una bonita senda recientemente desbrozada llegaríamos a la carretera, que nos devolvería a los
coches.
Aquí
podéis ver el vídeo de la Simulación de Vuelo sobre el track que he preparado
para que os hagáis una idea fiel del recorrido:
A la cita acudieron Mari, Ana, Pili, Ángela, Jose, Kiquet, Paco, Quico, Manuel Carlos y un servidor.
Comenzamos descendiendo y en la misma curva había unos escalones con la indicación del área recreativa de la Font de Godó.
Continuamos y paseamos por las afueras del Hotel del Prat, en cuyo exterior hay unas pistas de mini-golf.
Nos acercamos a ver la Font del Prat.
Más adelante cogimos una pista de tierra que ya en ascenso nos iba dejando buena imágenes de Lucena desde arriba y unas vistas bastante cercanas del Penyagolosa.
El Penyagolosa con su preciosa cara Sur.
La senda nos hizo atravesar longitudinalmene el Barranc del Batle, pasando cerca de la Font de la Roqueta y llegamos a la carretera, cerca del Mas de Mosquerí, tomando el desvío por la izquerda para dirigirnos hacia la Torre Ibérica de Foyos.
En principio, en todo momento se sigue el PR-367, salvo al final, en el que se combinan varias sendas locales.
El Mas de Foios impecablemente encalado.
Ahora volvimos a pisar otra preciosa senda que nos llevó a la visita de un árbol monumental, el Roure de la Corralissa. Es una pena que no esté indicado en ninguna señal, ya que es digno de visitar.
El roble es enorme, lo que delata su antigüedad y muy amplio el diametro que abarcan las ramas de su copa. Además está como cercado con una murallita de piedras que harían de corral y que le da un aspecto muy agrdable.
Continuamos y un poco más allá teníamos a la vista la Torre Ibérica de Foios, a la que se accede sencillamente caminando campo a través.
Elegimos ese lugar para almorzar y allí se nos despidieron Jose, Mari y Kiquet, que se volvían a los coches por otro camino porque querían acortar la ruta.
Pasamos después al lado de un campo reservado para el tiro con arco.
Y allado de la pista comenzamos a ver algunas representaciones de un curioso tipo de arte "natural"
También se habían dedicado a entretenerse en colocar fitas de piedra en equilibrio.
El Penyagolosa atrayéndonos siempre con su imagen magnética.
Más arte rural.
Llegamos al Vértice Cantera. Fotos y regreso por la misma pista para continuar nuestro camino. Allí se nos acercó el conductor de un vehículo a preguntarnos. Habían salido a caminar en grupo y se les habían quedado un poco retrasados 3 jóvenes del grupo de unos 14 años, que habían acabado despistándose y los estaban buscando con el consiguiente nerviosismo. Hay que insistir una vez más en que cuando se va en grupo, aunque los de delante deben llevar un ritmo que todos puedan mantener, los de atrás nunca deben perder de vista a los de delante. Se pueden hacer muchas cosas pero nunca hay que perder la consciencia de que se está en un entorno que no conocemos y que el riesgo de perderse si uno se despista siempre está presente y perderse en el monte puede llegar a ser algo verdaderamente angustioso, convirtiendo con mucha facilidad una bonita mañana en la montaña en una odisea para olvidar.
Más muestras del peculiar arte. Después pasamos por delante de una masía, cuyos moradores debían ser los "artistas", ya que también se veían "esculturas" de este tipo en su interior.
Las sendas, no hace mucho limpias y desbrozadas, nos una maravilla. Continuamos por una de ellas que nos bajaría hasta la Font de l'Esqueix. En este último tramo la bajada es bastante pronunciada.
La Font de l'Esqueix bien merece una visita y una parada. Es un lugar con sombra y cuya fuente siempre tiene agua y muy buena, por cierto.
Allí estuvimos conversando con un grupete de senderistas de la zona e intercambiamos los recorridos que estábamos haciendo cada uno.
Al pasar al lado del Mas de Sevilla, nos desviamos por una senda por la izquerda que nos iría bajando poco a poco al Barranc del Salt del Cavall y en desde la que veíamos abajo el Molí del Rosat, ya en ruinas pero la balsa estaba completamente viva y su agua nos regaló una bonita imagen con los intensos colores de verde esmeralda.
Llegamos al Mas d'Andreu, una masía bien cuidada, cruzamos el barranco y comenzamos una subida por una senda con bastante pendiente, sobre todo en sus tramos finales.
Una vez pasada la parte alta de la Sierra, la senda se suavizó mucho y ya fue un bonito paseo por unas sendas muy cuidadas hasta llegar a la carretera, que enseguida nos devolvió a Lucena y a los coches.
Como habíamos previsto quedarnos a comer en la zona, nos dirigimos a un lugar que me había recomendado Xavier durante la semana. Cogimos los coches en dirección a Figueroles y cuando dejamos atrás el pueblo, nos salimos por la izquierda, yendo por una pista hormigonada que nos llevaría hasta el Área Recreativa de la Badina. Allí hay unas mesas donde se puede comer muy bien y unas pozas que hubiéramos aprovechado para el baño si la temporada estuviera más avanzada.
Paseamos un poco más allá para ver el puente colgante que han construido sobre el barranquito y dimos un vistazo a las pozas desde allí. Un rincón que en verano debe ser muy apetecible.
Una ruta sencilla que cogí de Xavi y que aún durante la semana nos pusimos en contacto y me sugirió que cambiara el final por unas sendas que habían abierto recientemente. Gracias Xavi por tus consejos e indicaciones, que siempre son bien recibidos. Es un recorrido agradable, sin ninguna complicación más allá de estar atentos a los muchos desvíos que se suceden tanto en el PR como en las sendas, que aunque están indicados, el quid de la cuestión es saber, no sólo seguir las marcas, sino seguir "las adecuadas" a la ruta que se tenga prevista, teniendo siempre presente aquella frase que todos hemos dicho alguna vez: "Aquí hay una senda. Sí, pero no es la nuestra".
Comenzamos descendiendo y en la misma curva había unos escalones con la indicación del área recreativa de la Font de Godó.
En el lugar hay una fuente con grifo, pero la verdadera fuente de Godó es la que sale de las piedras, aunque ésta practicamente no lleva agua.
Continuamos y paseamos por las afueras del Hotel del Prat, en cuyo exterior hay unas pistas de mini-golf.
Nos acercamos a ver la Font del Prat.
Más adelante cogimos una pista de tierra que ya en ascenso nos iba dejando buena imágenes de Lucena desde arriba y unas vistas bastante cercanas del Penyagolosa.
El Penyagolosa con su preciosa cara Sur.
La senda nos hizo atravesar longitudinalmene el Barranc del Batle, pasando cerca de la Font de la Roqueta y llegamos a la carretera, cerca del Mas de Mosquerí, tomando el desvío por la izquerda para dirigirnos hacia la Torre Ibérica de Foyos.
En principio, en todo momento se sigue el PR-367, salvo al final, en el que se combinan varias sendas locales.
El Mas de Foios impecablemente encalado.
Ahora volvimos a pisar otra preciosa senda que nos llevó a la visita de un árbol monumental, el Roure de la Corralissa. Es una pena que no esté indicado en ninguna señal, ya que es digno de visitar.
El roble es enorme, lo que delata su antigüedad y muy amplio el diametro que abarcan las ramas de su copa. Además está como cercado con una murallita de piedras que harían de corral y que le da un aspecto muy agrdable.
Continuamos y un poco más allá teníamos a la vista la Torre Ibérica de Foios, a la que se accede sencillamente caminando campo a través.
Elegimos ese lugar para almorzar y allí se nos despidieron Jose, Mari y Kiquet, que se volvían a los coches por otro camino porque querían acortar la ruta.
Pasamos después al lado de un campo reservado para el tiro con arco.
Y allado de la pista comenzamos a ver algunas representaciones de un curioso tipo de arte "natural"
También se habían dedicado a entretenerse en colocar fitas de piedra en equilibrio.
El Penyagolosa atrayéndonos siempre con su imagen magnética.
Más arte rural.
Llegamos al Vértice Cantera. Fotos y regreso por la misma pista para continuar nuestro camino. Allí se nos acercó el conductor de un vehículo a preguntarnos. Habían salido a caminar en grupo y se les habían quedado un poco retrasados 3 jóvenes del grupo de unos 14 años, que habían acabado despistándose y los estaban buscando con el consiguiente nerviosismo. Hay que insistir una vez más en que cuando se va en grupo, aunque los de delante deben llevar un ritmo que todos puedan mantener, los de atrás nunca deben perder de vista a los de delante. Se pueden hacer muchas cosas pero nunca hay que perder la consciencia de que se está en un entorno que no conocemos y que el riesgo de perderse si uno se despista siempre está presente y perderse en el monte puede llegar a ser algo verdaderamente angustioso, convirtiendo con mucha facilidad una bonita mañana en la montaña en una odisea para olvidar.
Más muestras del peculiar arte. Después pasamos por delante de una masía, cuyos moradores debían ser los "artistas", ya que también se veían "esculturas" de este tipo en su interior.
Las sendas, no hace mucho limpias y desbrozadas, nos una maravilla. Continuamos por una de ellas que nos bajaría hasta la Font de l'Esqueix. En este último tramo la bajada es bastante pronunciada.
La Font de l'Esqueix bien merece una visita y una parada. Es un lugar con sombra y cuya fuente siempre tiene agua y muy buena, por cierto.
Allí estuvimos conversando con un grupete de senderistas de la zona e intercambiamos los recorridos que estábamos haciendo cada uno.
Al pasar al lado del Mas de Sevilla, nos desviamos por una senda por la izquerda que nos iría bajando poco a poco al Barranc del Salt del Cavall y en desde la que veíamos abajo el Molí del Rosat, ya en ruinas pero la balsa estaba completamente viva y su agua nos regaló una bonita imagen con los intensos colores de verde esmeralda.
Llegamos al Mas d'Andreu, una masía bien cuidada, cruzamos el barranco y comenzamos una subida por una senda con bastante pendiente, sobre todo en sus tramos finales.
Una vez pasada la parte alta de la Sierra, la senda se suavizó mucho y ya fue un bonito paseo por unas sendas muy cuidadas hasta llegar a la carretera, que enseguida nos devolvió a Lucena y a los coches.
Como habíamos previsto quedarnos a comer en la zona, nos dirigimos a un lugar que me había recomendado Xavier durante la semana. Cogimos los coches en dirección a Figueroles y cuando dejamos atrás el pueblo, nos salimos por la izquierda, yendo por una pista hormigonada que nos llevaría hasta el Área Recreativa de la Badina. Allí hay unas mesas donde se puede comer muy bien y unas pozas que hubiéramos aprovechado para el baño si la temporada estuviera más avanzada.
Paseamos un poco más allá para ver el puente colgante que han construido sobre el barranquito y dimos un vistazo a las pozas desde allí. Un rincón que en verano debe ser muy apetecible.
Una ruta sencilla que cogí de Xavi y que aún durante la semana nos pusimos en contacto y me sugirió que cambiara el final por unas sendas que habían abierto recientemente. Gracias Xavi por tus consejos e indicaciones, que siempre son bien recibidos. Es un recorrido agradable, sin ninguna complicación más allá de estar atentos a los muchos desvíos que se suceden tanto en el PR como en las sendas, que aunque están indicados, el quid de la cuestión es saber, no sólo seguir las marcas, sino seguir "las adecuadas" a la ruta que se tenga prevista, teniendo siempre presente aquella frase que todos hemos dicho alguna vez: "Aquí hay una senda. Sí, pero no es la nuestra".
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
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