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Este sábado la ruta
propuesta era subir al Vértice Geodésico nº 230 en altura de la Comunidad
Valenciana, Montgó, con 752 m de
altitud, situado en el Término Municipal
de Dénia, Alicante.
Para llegar al punto de inicio, desde
Alginet iríamos a buscar la AP-7 sentido Alicante y a la altura de Ondara
cogeríamos la salida 62 que nos llevaría hasta Dénia.
Para llegar al inicio
del recorrido seguiríamos la Avenida del Montgó, que dejaríamos en una rotonda para
continuar por el Camí Pou de la Muntanya. Más adelante veríamos un desvío a la
derecha con el cartel "Camino de subida al Montgó". Es el Carrer de
la Colònia, que nos llevaría a la Ermita del Pare Pere, donde aparcaríamos.
Nosotros no haríamos la ruta clásica que se suele hacer en el Montgó, siguiendo el Pr 152, sino que buscaríamos alternativas. Subiríamos por un tramo que casi siempre se obvia para llegar a la Cueva del Agua. Seguiríamos por una senda que nos iría subiendo hacia empalmar con la senda que viene del Racó del Bou y nos subiría hasta el cordal.
Seguiríamos por arriba para después tomar un desvío por la izquierda que nos subiría hasta la Cruz de Dénia y desde allí seguiríamos por la misma cresta hasta el collado.
Después subiríamos al vértice del Montgó y bajaríamos de nuevo al collado para enfilar una fulgurante y aventurera bajada por el Barranc de l'Emboixar que nos llevaría hasta la pista inferior. Aún después nos desviaríamos por una senda justo donde se encuentra el desvío hacia la Cueva del agua que, por la derecha nos bajaría directos a la Ermita y a los coches.
Aquí podéis ver el vídeo de la
Simulación de Vuelo sobre el track que he preparado para que os hagáis una idea
fiel del recorrido:
A la cita acudieron Ángela, Mari, Ana, Karmen, Jose, Paco, Manuel Carlos, Paco 2, la perrita Nela, Quico, Kiquet, Juan Carlos, Mariano y un servidor. Durante la ruta se nos unirían Esther y Nacho, a los que encontramos varias veces en el recorrido y que al final decidieron acompañarnos.
Aparcamos temprano en la Ermita del Pare Pere, que nos observaba con su mirada obtusa como diciendo: ¡A ver lo que hacemos!
Comenzamos a caminar por la pista hasta llegar a la cadena de hierro que impide el paso de vehículos. La rebasamos y continuamos en ascenso haciendo los zig zags de la pista que ya nos permitía ver las imponentes paredes del Macizo del Montgó.
Llegamos al desvío de la Cova de l'Aigua y abandonamos la pista tomando la estrecha senda que ascendía por la diestra.
Casi siempre por la zona de la umbría y protegidos del Sol por la misma montaña, el recorrido era muy agradable, con gran cantidad de fresca vegetación y sobrecogidos por la presencia de las altas paredes rocosas.
Dénia y su puerto quedaban cada vez más abajo.
Llegamos a la Cova de l'Aigua y vimos las inscripciones romanas que hay en las rocas próximas a la entrada. Esta cueva ya era utilizada en los tiempos de los romanos y sacaban provecho del agua que se remansa en su interior procedente de la filtración de las rocas calizas del Montgó.
Nos pusimos los frontales y nos metimos en el interior. Continuamos pasando por un pasadizo que sale a la izquierda y que nos llevó hasta un gran agujero donde se veía la curiosa poza con bastante agua.
Una vez visitada comenzamos el descenso por la misma senda hasta un poste que habíamos visto en la subida y que indicaba la dirección hacia el Racó del Bou.
De vez en cuando asomaba enfrente nuestro la bonita formación de la Sierra de Segaria, donde también iremos pues tiene un vértice en su cumbre.
Nos acercábamos al Racó del Bou y la senda nos subía, con constancia, sin prisa pero sin pausa.
La senda al final nos llevó a un falso llano donde un poco después buscamos un sitio para sentarnos a almorzar.
Desde allí ya se veía el Peñón de Ifac
Y en ésta que abarca todo el conjunto, el Peñón, la Serra de Oltá y detrás la Sierra de Bernia.
Tuvimos una suerte inmensa pues la primera parte de la ruta la habíamos hecho por la umbría, donde las rocas de la montaña nos daban sombra y ahora que estábamos en la cresta, teníamos la niebla y las únicas nubes que había en toda la Comunidad encima de nosotros, protegiéndonos y dándole a la escena un aire más alpino.
A continuación un grupo nos quedamos un poco más retrasados y el otro se adelantó. El grupo de delante se pasó el desvío de subida a la Cruz de Dénia y siguió recto. Cuando el segundo grupo llegamos al desvío previsto los llamamos a lo lejos, pero ellos optaron por seguir directos hacia el Montgó. En este caso no pasaba nada porque íbamos a pasar por los dos puntos y allí se esperarían, además de que es una zona más o menos conocida, pero en otras ocasiones puede haber problemas.
Sobre esto habría que reflexionar y que nos sirva para el futuro. Yo soy partidario de que vayamos todos juntos, que no se formen grupos y para ello hay que parar completamente para esperar a los que se hayan quedado retrasados y siempre sin perder la visual. Así el contacto es más rápido. Si se continua andando, aunque sea más despacio, se obliga a los de detrás a ir forzados durante un buen rato para enganchar con los de delante y no es nada agradable.
Sobre esto habría que reflexionar y que nos sirva para el futuro. Yo soy partidario de que vayamos todos juntos, que no se formen grupos y para ello hay que parar completamente para esperar a los que se hayan quedado retrasados y siempre sin perder la visual. Así el contacto es más rápido. Si se continua andando, aunque sea más despacio, se obliga a los de detrás a ir forzados durante un buen rato para enganchar con los de delante y no es nada agradable.
Habíamos coincidido varias veces esta mañana con una pareja de senderistas, Esther y Nacho y los encontramos de nuevo en la Cruz de Dénia tomando un bocado. Tras hablar un poco con ellos decidieron acompañarnos pues ellos no sabían como estaba el paso por la cresta.
En ese punto, como si estuviera programado, hizo acto de presencia la niebla, que cruzaba de parte a parte la cresta, dándole al entorno un tinte más aventurero.
El paso por la cresta no reviste especial peligro, más allá de tomar las debidas precauciones de caminar con tiento, como se debe hacer siempre en la montaña y con más énfasis en estos puntos.
Nos llamó la atención la presencia de muchísimos caracoles y de buen tamaño que había en las proximidades de la cima.
Llegamos al collado y tomamos la senda de subida al Montgó pasando por un pino solitario, sobreviviente de algún incendio pasado.
Había muy buenas vistas desde el punto donde está instalado el vértice geodésico. Aquí el Cabo de San Martín con la Isla del Portixol.
El Puerto de Dénia.
El Peñón de Ifac y Bernia a la derecha.
Aquí el Peñón aumentado.
Una vez todos los alrededores fotografiados y panorimizados comenzamos el descenso por el mismo sitio hasta el collado desde el que habíamos subido.
Al llegar al collado se presentaba ante nosotros una bajada de vértigo y nos preguntábamos si no tendríamos problemas en bajar por allí.
Comenzamos el empinado descenso por el Barranc de l'Emboixar.
Al principio la senda es clara y se presenta alguna fácil y entretenida destrepada.
Llegó un punto en que nos fuimos demasiado hacia la derecha, hacia las paredes de roca y no vimos el desvío por la otra senda, que deberíamos haber tomado por la izquierda y que era la más cómoda y por la que estaba previsto bajar. En su lugar nos estábamos dirigiendo hacia el lecho del barranco por donde discurría una pedrera.
Ante lo resbaladiza que se presentaba la pedrera yo quería intentar retomar la senda prevista por lo que tras pasar unas rocas vi que conservando la altura podíamos ir hacia la izquierda y cruzaríamos con la senda buena de bajada.
La parte del grupo que estaba más avanzada decidieron continuar por el lecho del barranco y los demás esperaron a que me adelantara a investigar y viera si estaba fácil enlazar con la senda. Cuando tuve la certeza, les avisé y vinieron hacia la izquierda, por lo que enseguida estuvimos en la senda prevista, que tenía una bajada más cómoda.
Ya veíamos abajo la pista que debíamos coger y al otro grupo que ya habían llegado siguiendo la otra variante.
Aquí tenemos el entretenido Barranc de l'Emboixar visto desde la pista una vez finalizado.
Ahora sólo quedaba seguir la pista por la izquierda admirando la enorme profusión de chalets de la zona y con el azul del mar al fondo.
Cuando llegamos a donde nacía el desvío de subida a la Cova de l'Aigua, abandonamos la pista y tomamos una senda que descendía directa por la derecha y que enseguida nos bajó a una pista inferior evitando varias lazadas.
Una vez terminada la ruta en la Ermita del Pare Pere, nos dirigimos a un bar de Dénia, donde habíamos reservado para comer y así celebrar la jubilación laboral, que no senderista, de dos de los miembros del grupo, Paco y Jose. Los recientemente jubilados nos agasajaron con la comida y nosotros les regalamos dos chaquetas impermeables como detalle del momento, terminando así una agradable mañana con una ruta muy entretenida y donde no hemos visto ni huella del incendio del año pasado, que debe quedar a la otra parte, sino que estaba todo muy poblado de una vegetación fresca de umbría, menos la parte rocosa superior, claro...
Y la comida en el bar estuvo fenomenal, con entrantes de tortilla de angulas, espárragos trigueros con huevo y bacon y puntillas de calamar antecediendo al plato estrella, que fue caldereta de arroz con cigalas y gambas.
Y la comida en el bar estuvo fenomenal, con entrantes de tortilla de angulas, espárragos trigueros con huevo y bacon y puntillas de calamar antecediendo al plato estrella, que fue caldereta de arroz con cigalas y gambas.
Os dejo aquí los datos del bar: Bar - Arrosseria QFITNESS en Carrer Atlas nº1, en Dénia. Teléfono 96 6424074.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
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