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La ruta propuesta para este domingo era subir al Vértice Geodésico nº
159 en altura de la Comunidad Valenciana, Tarrac,
con 921 m de altitud, situado en el Término Municipal de Sot de Chera, Valencia.
Para
llegar al punto de inicio saldríamos de l’Eliana y por la CV-35 seguiríamos hasta
desviarnos a la altura de Villar del Arzobispo por la CV-395, que nos llevaría a
Chulilla pasando por Bodegas Vanacloig y a Sot de Chera, donde aparcaríamos en
el Área Recreativa de la Fuente del Tío Fausto.
En
primer lugar nos dirigiríamos hacia el
Este, siguiendo el paseo entre los chopos hasta el Centro Rural El Cerrao donde,
por la derecha, nace una senda en ascenso que nos llevaría hasta Los Monegrillos.
A partir de aquí la subida se suavizaría bastante, caminando por pista hasta el
Collado Mangranero.
Desde
ahí, por una estrecha senda, subiríamos hasta el Vértice Tarrac. Continuaríamos hasta el
Pozo Cirilo y allí tomaríamos una senda que nos iría bajando a
los Corrales de Pera, donde coincidiríamos con el camino de ida que habríamos
hecho antes y, una vez allí, o bien seguiríamos por la pista de la izquierda o
volveríamos por la senda de la mañana, llegando al Área recreativa y la zona de
baños, donde disfrutaríamos de un refrescante y merecido momento de relax.
Aquí
podéis ver el vídeo de la Simulación de Vuelo sobre el track para que os hagáis
una idea fiel del recorrido:
A la cita acudieron Manuel Carlos y un servidor. Ana al final no pudo venir y tempranito ya estábamos en el punto de inicio.
Aparcamos en el Área recreativa de la Fuente del Tío Fausto e hicimos las primeras fotos del lugar donde nos bañaríamos al finalizar la ruta.
Llegamos al Centro Rural El Cerrao y menos mal que estaba "abierto", ya que no veíamos por donde acceder al comienzo de nuestro tramo de PR y resulta que comienza al lado de la puerta de acceso, pero por dentro. Nada más cruzarla se ven las marcas blanquiamarillas que indican que hay que subir por la derecha de un gran algarrobo. Cosa curiosa ¿Y si la puerta llega a estar cerrada? Pues habría que haber buscado otra forma de llegar a la senda.
Nada más comenzamos a subir siguiendo la senda por una especie de cresta podíamos ver hacia atrás la elegante estampa de la población de Sot de Chera, con el farallón rocoso del Morrón, al que subimos la otra vez y que la caracteriza, destacando también la altura de la antigua torre del castillo en el mismo casco de la urbe.
Buena senda de comienzo, pero algo exigente en desnivel. Menos mal que a esas horas hace fresquete.
A lo lejos divisábamos una muela que nos llamaba la atención: ¡Eh, aquí! Al principio nos despistó su forma, ya que no estamos acostumbrados a verlo desde esta perspectiva, pero se trataba del Pico Ropé, de Chera, al que saludamos con el zoom.
Este tramo de senda es una maravilla.
Así fuimos llegando a Los Monegrillos y los Corrales de Pera. Antes de llegar a ese cruce de pistas apareció una senda por la derecha que en el trayecto de ida no utilizamos y continuamos por una senda más ancha, pero a la vuelta sí que la usamos y recomendamos su uso, ya que es más bonita que la otra.
Llegamos a los Corrales de Pera y al cruce de pistas. Allí vimos el cartel del PRCV 223, circular, que sale de Sot de Chera y vuelve a ella y que era el que habíamos cogido desde el inicio en el centro de turismo de El Cerrao. A partir de aquí el PR se dirige a un lugar que se llama El Morroncillo y que tendrá buenas vistas y regresa por el mismo sitio, pero no era nuestro objetivo en el día de hoy.
Nosotros cogimos la pista de la izquierda mientras departíamos en animada charla, observando a nuestra izquierda a lo lejos, la plantación de naranjos de la Hoya de Cherales, por la que se pasa al recorrer el PRCV 290 desde Gestalgar y los cortados que son utilizados por los escaladores para sus prácticas.
Nos topamos con un cartel en el que casi no se leía la indicación a la Fuente Tornajos y decidimos dedicar diez minutos de marcha a su encuentro. Si en diez minutos no la encontrábamos, nos volveríamos.
Pues sí, estaba allí y nos sorprendió agradablemente por el entorno frondoso donde se encuentra, aunque dada la sequía extrema de este año, estaba sin agua. Había un buen par de ejemplares de nogal y la fuente con su teja pero sedienta.
El agua sobrante de la fuente debería ir hacia este abrevadero en el que hay una toma de tubería para que el agua sobrante se dirija a un depósito de esos que solemos ver para la extinción de incendios y que se podía ver mucho más abajo. Como se ve, aquí no se desperdicia ni gota, cuando la hay, claro.
Incluso nos llamó la atención el banco que habían hecho con piedras y que estaba bajo la sombra de esas carrascas. Tan agradable que nos tentó la idea de almorzar allí, pero desistimos ya que aún nos quedaba bastante subida y lo primero era la obligación, ganárselo y después disfrutarlo como toca.
Volvimos a subir a la pista que llevábamos antes y continuamos por ella durante bastante rato, siempre admirando a nuestra izquierda, tanto las montañas tras las cuales se veía el brillo dorado del mar, como la zona de la Hoya de Cherales, sus naranjos y, detrás de ella, la abrupta silueta del cañón del Turia que allí se forma. Por su parte superior iremos a no tardar mucho.
El tramo de pista se nos hizo largo y cansino. Pero es lo que hay. Menos mal que de vez en cuando las nubes blanqui-algodonosas se paraban sobre nosotros para guardarnos del sol y que corría un viento fresco durante toda la mañana muy agradable.
Llegamos al Alto de la Mangranera y allí hay que estar atentos porque hay que coger una fina senda que nos subiría al Vértice Tarrac, situado en esa elevación que se ve en la imagen. Aunque se vea todo muy verde y peligrosamente pinchoso, no es así y existe senda facilmente seguible. Cierto es que las carrascas se aproximan en muchos puntos y que es aconsejable únicamente en este punto de la ruta hasta el vértice, el uso del pantalón largo.
Llega un momento cuando ya tenemos a nuestra derecha las rocas de la parte superior de la loma en que la senda llegaba a un campo labrado. Aproximadamente a la mitad de éste hay que estar atentos a otra fita que nos indicaría el comienzo de la senda de subida al Vértice.
Tuvimos unas espléndidas vistas desde allí, aunque el día tenía algo de bruma.
Allá a lo lejos se divisaba la población de Gestalgar, que acercamos con el zoom.
Y parte de los cortados de los Cinglos de Gregorio.
Almorzamos en el lugar y bajamos por el mismo sitio hasta el campo labrado. Justo enfrente del punto de bajada, hay que cruzar el campo y seguir hacia la derecha, por donde continua la senda, que después enlazó con una pista.
El Pico Ropé a la izquierda, majestuoso.
Estas eran las nubes tipo "Simpsons" que nos protegían de vez en cuando.
Y con el Ropé asomando al fondo.
Más tarde nos desviamos por una senda por la izquierda que recorre la falda de la montaña y que nos iría bajando hacia nuestro destino. Esta senda se veía bastante tupida en la ortofoto cuando estaba planeando la ruta, pero nos llevamos la agradable sorpresa de que se encontraba totalmente limpia y las vistas que nos brindaba, en este caso, hacia la derecha, eran estupendas.
La senda nos llevó a enlazar con la pista por la que discurría el PR 223 hacia El Morroncillo y nosotros la tomamos hacia la derecha para llegar al cruce de pistas de los Corrales de Pera por donde pasamos en la mañana. Allí teníamos previsto decidir si nos volvíamos por la pista de la izquierda o continuábamos de frente y nos volvíamos por la senda por la que subimos en el comienzo de la ruta. No lo dudamos en absoluto. Nos volvimos por la senda tan chula que ya habíamos utilizado.
La senda nos dirigía directamente a la población de Sot de Chera, que ya se veía allá abajo y dominada por los acantilados. Allí estuvimos en julio del año pasado recorriéndolos por su parte superior de derecha a izquierda y a la vuelta también visitamos la cueva que se ve en su base y que he ampliado con el zoom.
Últimos metros de la senda por la crestita antes de llegar al centro de turismo rural de El Cerrao.
Ya en el paseo de la fuente hay agua por todas partes.
Y procedimos a darnos el chapuzón imprescindible y gratificante como recompensa. El agua apetecía mucho. Estaba fresquita y la disfrutamos bien.
Como Ana había querido venir, pero al final no había podido, y como esta vez no pude hacer foto de nosotros bañándonos, la hemos incluido en esta imagen que seguro que habría disfrutado como nosotros.
Ya cuando salíamos de Sot de Chera con el coche, aún nos paramos a beber agua de la fuente de Mosén Lucas, que está en la misma carretera y desde allí tomamos esta fotografía en la que se ve muy bien la senda que utilizamos de subida en el inicio y en el final de esta ruta.
Una ruta en la que hay que tener precaución con las épocas de calor y hacerlas o en otra época o si el día es algo fresco. No nos gustó mucho el largo tramo de pista desde Los Corrales de Pera hasta el desvío donde cogimos la senda de subida hacia el vértice, pero es lo que hay. El resto es muy agradable. Recomendamos la visita al lugar de la Fuente Tornajos, sobre todo cuando haya llovido y mane agua de su fuente. Y sobre todo, imprescindible bañarse en las claras y limpias aguas del Río Sot, tanto en este lugar de la Fuente del Tío Fausto, como dentro del pueblo en los Charcos del Gruñidor.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
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