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sábado, 12 de julio de 2014

2014 - Río Cazuma - Cueva de la Araña - Gola de Lucino / A+ 275 m / 15,5 km

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Este sábado, aprovechando que los compañeros habituales tenían compromisos, y que mis hijos me habían pedido una ruta chula, sin complicaciones y con baño,  utilizaríamos otra de las rutas de Esteban Cuéllar, en su libro “Caminando por la Comunidad  Valenciana 4: Ramblas, Barrancos y Cañones”:  El Cañón del Río Cazuma, la Cueva de la Araña y la Gola de Lucino. Ya hice esta ruta con Manuel Carlos en agosto de 2010 y nos dejó una muy buena impresión.

Para llegar al punto de inicio también se puede ir por Sumacárcer pero hay muchísimas curvas. Nosotros seguiríamos la A-7 hasta Rotglà i Corberà, donde nos saldríamos por la salida 396 para tomar la CV-590 que nos llevaría a Estubeny, Anna, Chella, Bolbaite, Navarrés, Quesa y Bicorp. Antes de llegar a Bicorp, veríamos un contenedor de basura a la derecha de la carretera y a la izquierda nace una carreterilla en dirección al río Cazuma. Seguiríamos las indicaciones de La Cueva de la Araña y tras algunos desvíos, aparcaríamos en uno de los ensanches de la pista.
Comenzaríamos siguiendo la pista, en esta ocasión por donde habíamos venido y enseguida cogeríamos una senda por la derecha que nos bajaría al Río Cazuma. Seguiríamos progresando por su cauce hasta llegar al Azud de los Moros, donde quedan los restos de una acequia excavada en la roca.

En el cruce de pistas cogeríamos la de la izquierda para dirigirnos hacia las pinturas rupestres de la Cueva de la Araña. Allí intentaríamos localizar los elementos más representativos de este abrigo, ya que el paso del tiempo los ha ido difuminando.
Comenzaríamos el regreso en principio por el mismo sitio pero, tras un corto tramo, utilizaríamos una senda a la que hace referencia Pascual Paricio en su blog y que le fue indicada por el guía de las pinturas, la cual hace un ahorro de más de un kilómetro de recorrido y además nos evitaría un buen trozo de pista. 
Por ella llegaríamos al nacimiento del río Cazuma y un poco más adelante visitaríamos la Gola de Lucino, un cañón formado por la erosión producida por las aguas del río,  parecido al que forma el cañón del río Palancia cerca de la aldea de El Molinar.
Este sería el punto más alejado del recorrido. Volveríamos hacia los coches siguiendo el cauce del río, unas veces por pista y otras por senda pasando por diversas pozas que suelen tener un agua cristalina y que invitan al baño. No sabía cómo estarían este año de profunda sequía y me llevé en el gps la localización de otro sitio de baño por si acaso. Volveríamos a pasar por el Azud de los Moros y continuaríamos por la pista que acabaría devolviéndonos al lugar de los coches, desestimando el tramo de senda que hicimos la otra vez desde Casa Juanita y que estaba bastante invadida por las aliagas, no aportando nada más que pinchazos.

Aquí podéis ver el vídeo de la Simulación de Vuelo sobre el track que he preparado para que os hagáis una idea fiel del recorrido:



Una vez aparcados en la pista del río Cazuma, volvimos un poco hacia atrás y bajamos por una senda hacia el río. Una vez en el lecho hay que caminar hacia el Oeste aprovechando los pasos abiertos. Generalmente se ve bien y si se pierde el principal, porque a veces hay varias opciones, enseguida se vuelve a recuperar.




En este tramo el río en verano suele estar seco y llegamos a las primeras pozas, que sin agua son fáciles de subir.



 





En esta ocasión se presentaba resbaladiza, por lo que la subimos por la parte izquierda.






Llegamos al Azud de los Moros, donde se conserva todavía una acequia tallada en la roca. También había allí una poza cristalina que ya apetecía, pero contuve las ganas del personal, ya que después las habría mejores. En el cruce de pistas tomamos la de la izquierda, que nos subiría hacia las Cuevas de la Araña.





La pista acaba en una pinada donde hay unos paneles explicativos y uno de los ramales está cerrado a los vehículos con unas piedras en el suelo. Ése es el camino que hay que seguir.





Al poco se convierte en una bonita senda que nos baja un poco hacia el barranco.








Llegamos a las pinturas rupestres de la Cueva de la Araña. Son tres abrigos. En el primero no se ven pinturas y el tercero no está ni vallado, pero el segundo es el más grande y principal. Allí se podían ver todavía los elementos que muchos hemos visto fotografiados en los libros de texto. Sobre todo destacaba la escena de la recolección de la miel.





Aquí tenemos la escena de la Recolección de la Miel. En ella se ve a alguien subido a una especie de lianas o cuerdas, cogiendo la miel de un agujero y a las abejas revoloteando.






El tercer abrigo no tiene mayor importancia.





Aprovechamos para almorzar allí a la sombra y después emprendimos el regreso por el mismo sitio que habíamos venido.




En lugar de dar todo el rodeo por la pista, decidimos seguir una senda que el vigilante de las cuevas le había señalado en una ocasión a Pascual Paricio. Vi que él hacía referencia a ella en su crónica y la utilizamos. La senda es una pasada. Está limpia y pasa por un entorno muy frondoso. Nada que ver con la rutina de la pisa.






Llegando al final de la senda ya se podía ver allá abajo la poza del Charco de las Máquinas, que es la más próxima al nacimiento del Río Cazuma. Ahí fue donde nos bañamos la otra vez, pero en esta ocasión queríamos bañarnos en el Charco de los Morteros. Así que continuamos hacia la izquierda, ahora por la pista y con marcas blanquiamarillas de PR.





Un poco más allá las marcas nos sacarían de la pista por la izquierda para meternos por el barranco de nuevo. Durante un corto tramo se camina por encima de una acequia cubierta, que es por donde discurre el agua desde el nacimiento hasta el pueblo. En la imagen de más abajo se puede ver la caseta de recogida del agua y donde comienza la acequia.



Continuamos hacia nuestro siguiente destino, el estrechamiento conocido como la Gola de Lucino. El barranco se va encajonando cada vez más, aumentando las expectativas como en una película de suspense.








Hasta que llegamos a la entrada del cañón. Puede parecerse un poco al cañón del río Palancia pero éste es más largo y espectacular.

















El cañón, al menos la parte visitable a pie llano, acaba en una especie de plazoleta donde se ve allá arriba el hueco por donde debe caer el agua cuando llueva y seguro que hace una cascada preciosa, aunque no se puede entrar aquí si hay riesgo de lluvias porque debe resultar peligroso. Se veía una cuerda en la parte superior del canalillo pero inaccesible desde aquí.





Después de disfrutar del frescor del cañón volvimos por donde habíamos venido pasando por otra vez por el Charco de las máquinas, que tiene una cascadita que tapa la vegetación practicamente.




Caminaríamos ahora por pista y llega un momento en que hay que cruzar el río por un vado. Pasa un poco de agua pero hay puestas unas piedras y un tronco para pasar. A la altura de una casa que veremos a la izquierda, en la otra margen, hay que estar atentos para coger una senda que nos bajará de nuevo hacia el lecho del barranco. Hay unas señales de madera en la pared pero es fácil no verlas.



La senda nos llevó a la poza más deseada y que Manuel Carlos y yo teníamos clavada en la mente desde la otra vez que vinimos. Una preciosidad y un agua transparente como pocas. Además, como este tramo de río se nutre del nacimiento, por lo que parece tiene agua todo el verano, como lo demuestra que en este año de extrema sequía tenga la misma cantidad de agua que la otra vez, que fue un año lluvioso.





El agua estaba buenísima. Una gozada. Puede que volvamos otra vez este verano para que Manuel Carlos también pueda disfrutarla.








Un poco más allá hay otra poza que parece más ancha y que tiene una entrada de gravilla, como una playita, también muy apetecible y que queda pendiente para otra ocasión.

Tras disfrutar del baño continuamos con la senda. Al final aboca en una pista y después, el lugar de seguir por el barranco por donde vinimos por la mañana, tomamos la pista de la izquierda en ascenso que nos llevaría hasta los coches.

Una ruta con alicientes para disfrutar de una buena mañana de senderismo y en la que Batman os vigilará desde el perfil.




Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE



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