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Este sábado la propuesta era una descrita por Estéban Cuéllar en su
libro “Caminando por la Comunidad Valenciana, Volumen 4, Ramblas, barrancos y
cañones. En concreto haríamos la ruta de la Rambla Argongueña.
Para
llegar al punto de inicio seguiríamos la A-3 hacia Madrid. Antes de llegar a
Requena nos desviaríamos por la salida 291 para coger la N-322 y al llegar a El
Pontón nos desviaríamos por la izquierda para seguir la N-330 y pasaríamos por Cofrentes, Jalance, Jarafuel y Teresa de Cofrentes. A punto de rebasar
el pueblo nos desviaríamos a la izquierda por la Calle Extramuros y cruzaríamos
la rambla, siguiendo después por el Camino del Nacimiento (asaltado) que nos
llevaría hasta el inicio de la ruta, aparcando en el Área Recreativa.
Comenzaríamos
caminando un poco por la carretera que vinimos y después la abandonaríamos por
la derecha para subir a un mirador en la zona de las “Quebrás”. Por el Camino
de Las Quebradas llegaríamos a los Corrales de Amalia y seguiríamos hasta la Casa
del Olivar.
Bordearíamos
el cerro hacia la derecha y nos meteríamos por la Rambla Argongueña, por la que
caminaríamos entre las paredes de roca. Pasaríamos por algunas pozas que, con la
sequía acumulada puede que estuvieran secas y llegaríamos a las ruinas de una antigua
serrería. Pasaríamos por un aliviadero de agua y ya cercanos al Área recreativa
visitaríamos la Fuente del Nacimiento y la Fuente de Teresa, volviendo a los
coches.
Aquí
tenéis el vídeo de la simulación de vuelo sobre la ruta que he preparado para
que os hagáis una idea fiel del recorrido.
Este fin de semana teníamos ciclogénesis explosiva sobre la península y se aconsejaba no salir, pero si se miraba con atención las páginas de meteorología, las previsiones para la zona a la que nosotros íbamos a ir eran de fina llovizna posible hasta las 10 de la mañana y algo de viento y que mejoraría conforme avanzara la mañana. Ante estas perspectivas, a la cita sólo nos decidimos a ir Manuel Carlos y un servidor.
Alas 8 ya estábamos aparcados en el Área recreativa. Chispeaba muy levemente cuando llegamos. Nos pusimos en camino en principio volviendo por la carretera por donde habíamos venido, para después desviarnos por una pista a la derecha, en fuerte ascenso, que después se convertiría en senda.
La senda, debido a su inclinación y al barrillo estaba algo resbaladiza en algunos tramos. Más adelante, cuando la senda hacía una curva a izquierdas, nosotros nos desviamos por la derecha por un senderillo que nos llevaría al mirador natural de "Las Quebrás", desde donde teníamos una vista panorámica de las quebradas, unas largas fallas producidas en el terreno que dan origen a estrechos desfiladeros.
Volvimos a la senda anterior y continuamos ascendiendo hasta llegar al Camino de las Quebradas. Esta subida es prácticamente la única que tendríamos en toda la ruta, pero nos hizo entrar en calor rápidamente.
Continuamos por la pista hasta que ésta se acababa y comenzaba una senda por la derecha en leve descenso, que nos llevaría a pasar por las ruinas de los Corrales de Amalia.
Al fondo se veía entre la bruma la población de Ayora y, tirando de zoom, aún pudimos sacar una borrosilla imagen de su castillo.
La senda nos llevó hasta la Casa del Olivar, lugar donde habíamos previsto refugiarnos para almorzar si estuviera lloviendo, pero la leve llovizna había dejado de caer hacía mucho rato y hasta las piedras estaban ya secas, pudiendo sentarnos en la parte delantera de la casa a almorzar cómodamente, protegidos del leve vientecillo por los muros de piedra. Desde ese punto veíamos la evolución de las nubes y cómo el sol comenzaba a dar candilazos, que celebrábamos con vítores cada vez que se producía uno como si fueran goles de la Champions, jeje, mientras las nubes se desplazaban hacia el Caroig.
Después del agradable momento, volvimos un tramo por donde habíamos venido para tomar una sendita que nace por la izquierda en leve descenso y que había visto en un track de Juane, del blog "Esto se Empina".
Aunque ellos se fueron por otra senda que va por la parte de arriba de la rambla, nosotros escogimos seguir por el barranquillo, que nos abocaría en el lecho la Rambla Argongeña, porque nos apetecía ver las paredes de roca desde abajo y así estaríamos más protegidos del viento.
El caminar por el lecho de la rambla es una pasada. Esperábamos encontrar más rulos que dificultaran el avance, pero en lugar de ello se caminaba estupendamente.
En una de las revueltas vimos enfrente y a lo lejos una gran cueva que acercamos con el zoom y pensamos en la posibilidad de visitarla, pero cuando estuvimos más cerca resulta que estaba a muy buena altura. Cosas de la perspectiva.
Nos encontramos de repente con un salto por donde no se podía bajar, pero había leído en una crónica de Pepelik que se podía sortear por la izquierda, así que retrocedimos unos metros y encontramos una sendita que debe ser utilizada para esos menesteres y que nos hizo bordear el sitio de la cascada sin problemas.
La rambla presentaba un estado muy bonito con algunas pozas con agua debido a las recientes lluvias, pero todos los tramos los pudimos hacer sin mojarnos los pies ni tener que descalzarnos.
Como decía Jesulín en dos palabras: "Im...Prezionante"
Aunque no había tomado la poción mágica de Jose, aún tuve fuerzas para apartar una roca que nos molestaba para pasar.
Llegó un momento en que se sucedían una serie de pozas en las que había que mojarse para pasar, pero surgía por la derecha una senda que subía por el lateral y así las evitaba.
Esta senda es muy agradable de recorrer, teniendo la rambla con sus pozas transparentes de reflejos turquesa a la izquierda y a la derecha las altas paredes de roca.
Hasta los pinos parecían vestidos de domingo, lavados y reflejando los brillos del Sol, que se presentaban muy luminosos tras la lluvia.
Esta poza sería una verdadera tentación si la encontráramos dentro de unos meses.
La poza nos llevó de nuevo al cauce de la rambla y nos dirigió hacia la parte izquierda.
En este punto circulaba por una zona de umbría muy herbosa pero por la que se mantiene la senda hasta que llegamos a una pista.
El paso por ese vadeo que hace el camino normalmente tiene agua, pero se puede pasar pisando las hierbas de la izquierda sin ningún problema.
Continuamos nuestro agradable paseo por la rambla, salpicado de vez en cuando por algunas pozas que aquí ya demostraban un pequeño movimiento de agua.
Pasamos por el aliviadero de agua donde nos hicimos la foto de rigor.
Llegados a esta parte de la rambla, una tubería circula por la parte izquierda y en muchas ocasiones la senda va por encima de ella.
Había momentos en que la senda se estrechaba, como en este caso.
Y en éste había habido un derrumbamiento de piedras y la senda quedaba medio oculta, por lo que hubo que destrepar un poco para pasar entre ellas.
Nos acercábamos al único punto en que vimos algún problemilla.
Llegamos a otro salto por el que no podíamos bajar. Lo normal era seguir la senda que llevábamos por encima de la tubería, pero ésta aparecía tapada por otro derrumbamiento de rocas.
No obstante, por la izquierda y pegados a la pared, se podía pasar y así lo hicimos, pudiendo continuar otro poco más.
Cuando hicimos esta fotografía era para demostrar "lo que no hay que hacer". Ya que la senda se vuelve muy aérea y por tramos descompuesta y al final no ofrecía seguridad, lo que nos obligó a hacer una bajada un tanto delicada hasta el lecho de la rambla. En su lugar, la mejor opción parece ser ir por la derecha desde la zona del salto y bajar a la rambla entre las rocas.
Pasado este tramito descompuesto ya se puede subir de nuevo a la tubería, por donde continuaba la senda, ya sin problemas.
La senda nos llevaría entre pinos hasta una pista, desde donde se veían ya los coches en el área recreativa, pero antes nos desviaríamos hacia la izquierda para visitar en unos metros la Fuente del Nacimiento. Una fuentecilla con tres pequeños caños pero con agua.
Fuimos hacia el área recreativa y antes de ir a los coches bajamos por el camino de la izquierda para ver la Fuente de Teresa. Esta fuente tiene un buen caño, del que estaban llenando agua y, aunque caía bastante, nos dijeron los lugareños que no era nada para el agua que suele tener normalmente.
El Área recreativa es una maravilla, con mesas y bancos de piedra cubiertos con sombra de obra, paelleros y varios puntos con agua.
Una ruta muy chula y en la que hemos tenido suerte con el tiempo porque fue en rápida mejoría. El paso por la rambla es precioso y más si hay algunas pozas con agua como fue en esta ocasión. Atención al punto en el que la senda se encuentra descompuesta por encima de la tubería. Es mejor no irse en ese punto por la izquierda, sino bajar por la derecha desde el salto y volver a incorporarse un poco más adelante.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
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