Hablando con Simón Corresendas, le comenté que en breve iba a hacer esa ruta con alguna variante y me dijo que desde ese momento estaba esperando a disfrutar leyendo la crónica. Pues ahí va.
Igual como la previsión era de lluvia cercana, sólo acudieron a la ruta Pili, Ana, Nolo, Manuel Carlos y un servidor, aunque ni llovió al final la noche anterior ni durante toda la mañana.
Aparcamos en una desierta Área de los Cloticos, en una mañana con total ausencia de viento, por lo que no había sensación de frío.
La Fuente de los Cloticos, de la que siguen manando sus dos buenos chorros de agua en el interior de aquella especie de cuevecita.
El Área muy bien equipada, con los servicios abiertos y los paelleros usables.
Desde allí lanzábamos nuestras primeras miradas hacia las Peñas de Amador y la canal por la que subiríamos, perfectamente visible.
Aquí en detalle aumentada por el zoom.
Caminábamos hacia la aldea de El Molinar y desde aquí teníamos una vista más centrada de la pedrera del cortafuegos por donde subiríamos.
Elegimos ir por la senda en lugar de por la ancha pista, que siempre es más entretenido.
Si se elige esta opción, hay un momento en que se ha puesto una especie de alambrada en uno de los campos. Se puede pasar bordeando el poste exterior con cuidado y más adelante salir de nuevo por la parte izquierda, una vez superado el campo, pero al salir del campito vimos que venía una senda desde al parte de abajo, cercana al río, que sería una mejor opción. O directamente venir a El Molinar por la pista.
El puentecito antes de llegar a la aldea.
Hace unas semanas estuvimos por aquí haciendo la ruta de subida al Peñascabia y cuando pasamos por este grupillo de casas contamos hasta cinco fuentes y todas ellas en funcionamiento. Es como si en unas fiestas de verano hubieran hecho un concurso de fuentes y después se hubieran mantenido todas.
La plaza ahora, o antiguamente lo que "era la Era". Un lugar muy apacible y con mucho encanto.
Cogimos la senda de la derecha, que aparece con las marcas blanqui-amarillas de PR.
La bonita senda nos va ofreciendo vistas del Peñascabia al otro lado del valle. Como podéis ver, de momento el día estaba despejado pero enseguida se cubriría con una niebla cada vez más baja que no nos abandonaría en toda la mañana.
Llegamos al cortafuegos y comenzamos la subida. Aunque en las fotos no se aprecia mucho, tiene bastante pendiente, por lo que hay que tomárselo con calma. Comenzamos por la derecha, como habíamos leído que lo habían hecho anteriormente, aunque después vimos que por la pedrera también se subía bien. Después nos dividimos y unos optaron por caminar por la derecha dentro del pinar, donde parece que había un rastrillo más cómodo. De todas formas había que ascender.
Íbamos cogiendo altura, como demuestran las imágenes del Peñascabia enfrente.
Superamos la pedrera y acometimos el acercamiento al inicio de la canal hacia la izquierda.
Aquí ya se va viendo cómo la niebla comienza a descender.
Aquí estamos. Esta trepadita primera es la única en donde se puede esperar algo más de dificultad para aquellas personas que no estén habituadas. La roca agarra bien y una vez encuentras dónde hacer los apoyos no vimos ningún problema. Eso sí, extremando las precauciones como siempre en este tipo de situaciones y estando atentos a no desprender ninguna piedra que pudiera rodar hacia los de abajo.
La niebla seguía su curso.
Nos gustó mucho el paso por esta canal. Gracias a Francisco Yubero y Anda con Tíocanya por haberla compartido. Llegamos al final, a la parte alta y ya teníamos a la derecha la caseta forestal del Alto Fustero.
Las vistas desde allí hacia la parte de enfrente, donde se encuentra al Peñascabia son impresionantes. Lástima la niebla, que ya lo cubría.
A que la mesa allí dispuesta nos está diciendo que almorcemos en ella...
Pues a ello.
Una vez disfrutado el momento continuamos con nuestra marcha. Nos dirigimos hacia los acantilados para ir siguiendo próximos al borde pasando por las Peñas de Amador.
Impresionante. Ojo porque la sensación de altura y de vértigo es aquí bastante fuerte y ya hay muchos accidentes por hacerse un selfie. No hay que ariesgar.
Continuamos caminando unas veces más próximos y otras más alejados, según la naturaleza lo iba permitiendo y acercándonos siempre que podíamos a cualquier sitio que pudiera hacer de mirador. A fin de cuentas estábamos aquí para "mirar".
Allá abajo se veía pequeña la aldea de El Molinar, que acercaríamos con el zoom.
Allá la planta embotelladora de agua de Los Cloticos.
Se iban sucediendo las preciosas e impresionantes imágenes en nuestras retinas, a las que la niebla quitaba claridad pero añadía cierto encanto.
Continuamos pasando en cierto momento por una zona de lapiaz.
Aquella última loma que se ve es la Peña Castrilla. Para llegar bajamos un poco y remontar por el interior de los pinos
Esta es la vista desde la Peña Castrilla. Menos impresionante que lo que habíamos visto antes, pero es que el nivel se había puesto muy alto.
Ahora comenzaba una bajada hasta llegar a la pista. No hay sendero. Hay que ir buscando el mejor paso pero se baja bien. Nosotros nos fuimos guiando más o menos por dónde ya habían bajado y no vimos ningún problema. Siempre se iban encontrando zonas claras por las que pasar.
Begis al fondo, ennebliscado.
Llegamos sin problemas a la pista. Aquí habíamos previsto ir hacia la izquierda para subir al Cerro de nuestro amigo Simón, pero como nos habíamos relajado disfrutando con todo lo anterior y además la niebla no nos iba a dejar apreciar ninguna vista desde allí, decidimos abortar esa opción y continuar por la pista de enfrente. Si se cogiera la derecha iría directamente a Los Cloticos haciendo un recorrido más corto, pero nosotros aún teníamos más cosas en cartera.
Seguimos pues la pista disfrutando del entorno.
Llegamos a las casas de Ríos de Arriba, las sobrepasamos y más adelante tomamos la pista hacia la izquierda.
Llegamos a la Masía de la Evidencia, es decir de la Masía del Puente, que se llama así... bueno, ya lo sabéis.
Bonito salto el que se observaba desde el puentecito.
En Juego de Tronos se decía: "Winter is coming" (el invierno está llegando) pero aquí ya se oía: "Spring is here" (la Primavera ya está aquí).
Este cerezo al borde del camino estaba deseando que le sacáramos fotos.
Y este manzano también se quiso sumar a la fiesta.
En la Masía del puente, como queríamos evitar pisar la carretera, habíamos tomado una pista que al rato terminaría acabándose y fuimos bordeando los campos sin ningún problema y utilizando los caminos de labor. Llegamos a un punto donde nos cruzamos una senda que, de subida, va hacia la carretera, pero que por la derecha y hacia abajo enseguida se convierte en una preciosa senda que sigue las marcas del PR.
Esto era la guinda del final de la ruta. Una pasada esta frondosa senda que circula en todo momento al lado del río.
Nos iba brindando preciosas imágenes de todos sus rincones.
Allá abajo veíamos la fenomenal rampa de agua que alimenta la Poza Torrecilla, pero no llegamos a bajar hasta ella porque estaba literalmente tomada por un grupo numeroso y decidimos seguir por la senda.
¿He dicho antes que era una pasada?
Pasamos por varias pozas. Ésta es otra de ellas y destacaba, aparte de por lo bonito del entorno, por la extrema claridad de sus aguas.
Aquí no habia que cruzar por el tronquito, pero Ana quiso jugar un poco a los equilibrios.
Nos íbamos acercando hacia el Área recreativa y dejamos a nuestra derecha el puente de madera.
Para llegar en unos metros a la zona de la cascada. En épocas de bastantes lluvias la hemos visto en todo su esplendor. Ahora no caía mucha agua de ella pero más de la que nos esperábamos todavía.
El lugar bien vale una parada y unas fotos.
Y así, mirando atrás con melancolía porque aquello se acababa, llegamos al final de la ruta y a los coches, donde aún aprovechamos las mesas de madera para quedarnos a comer y alargar un poco más el disfrute de esta perfecta mañana de senderismo.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE.
Por lo que veo excelente ruta y excelentes fotos. Ahora ya no tengo excusa para subir a las Peñas Amador. Mira que tengo ganas. No tardare mucho. Un abrazo
ResponderEliminarEsa senda que hicisteis de vuelta al lado del rio es una pasada la he hecho muchas veces
ResponderEliminarLa ruta es una pasada, de principio a fin y ese final por la senda del río es el colofón. No la conocía. Sólo había llegado desde el área recreativa hasta la cascada y el el puentecito. Un saludo, Simón.
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