La pista nos llevaba junto a campos de cultivo. Los olivos estaban cargados y de las viñas aún colgaban algunos dulces "cabrotets".
A la derecha vimos un pozo con su abrevadero.
Y al fondo teníamos el comienzo del Barranc de Vallmelós, a donde nos dirigíamos y que desde aquí se veía inmerso en la niebla.
A la altura de este punto kilométrico situado en la parte derecha de la pista, tomamos la senda que nace a la izquierda y que con unos zig-zag iniciales nos llevaría a la Cova y Font del Cossi. Las pocetas siguen conservando el agua que se filtra de las rocas.
Volvimos por la misma senda a la pista principal y continuamos por ella viendo a nuestra derecha los acantilados por los que caminaríamos dentro de un rato.
Llegamos a la parte inicial del Barranco y abandonamos la pista por la derecha para comenzar a subir por senda hasta los Altos del Collfort y en una roca que daba a los acantilados nos sentamos a almorzar con unas vistas espectaculares.
Por ese borde caminaríamos a continuación. Si bien una vez en la senda no ofrece sensación de peligro, lo cierto es que el riesgo existe, como siempre que caminamos cerca de los cortados y que hay que extremar las precauciones. Hago aquí una advertencia a las personas que sean muy propensas al vértigo, porque se pasa muy cerca de los acantilados como se puede apreciar en las fotos.
Vistas maravillosas. Se aprecia claramente la faja por la que tenemos que seguir.
Al fondo derecha se podía ver la población de Fuente la Higuera y a su derecha el puntiagudo Caporutxo, al que le hicimos hace tiempo una ruta muy interesante.
Abandonamos la zona de los acantilados para dirigirnos hacia nuestra izquierda.
Dos eran los objetivos. El primero volver a visitar las fenomenales higueras que crecen al lado de las ruinas de la Casa de la Vila. Llegamos en el momento justo de la temporada y las pillamos llenas de unos higos buenísimos. (Ánimo "Correcaminos", que esta vez están más tardíos y sí que los pruebas).
Tras el momento de degustación fuimos a por el segundo objetivo de la jornada. Cuando en 2015 hicimos esta ruta por primera vez, incluyendo la visita al vértice Palacios, no pudimos encontrar una vieja senda y fuimos por una pista hasta que se acabó y tuvimos que hacer algún incómodo destrepe a la trocha para bajar a continuar por el barranquito.
En esta ocasión íbamos a insistir en su encuentro. Comenzamos a meternos por el inicio del barranquito antes que la vez anterior y continuamos por su interior. La verdad es que por este tramo se caminaba sin ningún problema.
Llegamos a la pista de nuevo y al punto donde lo intentamos la vez anterior. Nos metimos de la misma manera por los huecos de los romeros y más adelante nos dirigimos a la derecha para intentar volver a ir por el interior del barranquito y esa fue la solución.
No hubo ningún problema en caminar por su interior. Como la vez anterior, nos encontramos con un par de saltos pero pequeños. Uno un poco más alto se puede solucionar por ambos lados. Más fácilmente por la derecha para sortearlo y volver al lecho.
Nos salimos después del barranco por una senda por la derecha en ascenso y volvimos a la zona de los cinglos, donde cogimos la senda que nos fue bajando hasta unir con la pista que habíamos seguido en la mañana y que nos devolvió a los coches.
Una ruta que siempre disfrutas haciéndola por las vistas desde los acantilados, con la satisfacción de haber encontrado el paso "decente" para hacer la ruta circular a nuestra manera y con ese punto de aventurilla. Mucho mejor si se hace coincidir con la temporada de los higos y se tiene la oportunidad de probar esos dulces naturales.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
Muy buena ruta y muy bien resumida
ResponderEliminarSaludos pablo
Una ruta muy bonita que yo también disfrute hace dos años, y por cierto me quedé sin comer higos, con lo que me gustan jajaja
ResponderEliminarHola Francisco, hay que ir cuando toca jeje
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