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Esta semana haríamos una ruta cercana para satisfacer las ganas de salir a la montaña. Nos iríamos hasta Estivella, y haríamos un recorrido desde el Área recreativa de El Pla, siguiendo por el Barranco de Linares hasta la Font de Barraix, para volver por el camino/senda de Barraix a Beselga, visitar su castillo y regresar a los coches.
A la cita acudieron Manel y Gala, Juan Carlos y un servidor y a las 8 ya estábamos aparcados en el lugar de inicio.
Comenzamos bajando un poco por la carretera para después desviarnos por una senda que nos llevaría hacia la Font de Barraix.
Gala tenía en esta ocasión muchas ganas de caminar y si nos parábamos a mirar algo, enseguida nos observaba con mirada inquisitoria.....¿Va o qué?
Las sendas eran una maravilla. Las típicas de la Sierra Calderona, pisando siempre sobre rodeno y caminando bajo los pinos. Creo que no nos dio el Sol hasta casi el final de la ruta y muy poco tiempo.
Hay un momento en que la senda baja al lecho del frondoso barranquito y se notaba la sensación de frescor.
Llegamos a la Font de Barraix y probamos de sus aguas. Subimos hasta la Ermita aledaña para almorzar con mejores vistas y en un entorno menos transitado.
Se estaba fenomenal a la sombra y en este día fresquete que nos había tocado y las vistas tampoco desmerecían.
Una Luna grande y desafiante nos acompañó durante toda la mañana.
Una vez disfrutado el momento del almuerzo, continuamos nuestro recorrido ahora hacia Beselga. El Castillo asomaba de vez en cuando y lo acercamos con el zoom de la cámara.
Estas sendas de regreso también eran fenomenales.
Abajo a la izquierda un pequeño antiguo acueducto construido para sortear el barranquito.
Llegamos al pequeño conjunto de casas que forman Beselga y pasamos al lado de su lavadero.
En la entrada se podía ver esta casa en la que su dueño no ha reparado en esfuerzo e imaginación para darle un aspecto de época que llama la atención.
Nuestro siguiente objetivo.
Antes de tomar la senda que sube al Castillo se encuentra la plaza de la Ermita, donde se encuentra una fuente "con agua".
Subimos la serpenteante senda y enseguida nos llevó al Castillo de Beselga. Lo habíamos visto muchísimas veces desde la Autovía, y lo que desde abajo parecían vigas de andamiaje que se habían quedado abandonadas por falta de presupuesto en la terminación de su reconstrucción, en realidad estaban ahí puestas como estructura de soporte para afianzar la pared que todavía se mantiene en pie.
Lo que se conserva bien es la torre almohade y se puede acceder a su interior por una escalerilla metálica.
Dentro se puede acceder a varios pisos por una escalerilla en los que hay pequeños habitáculos.
Esta es la escalera interior.
Concluida la visita volvimos a bajar a la plaza de la Ermita y continuamos nuestro camino hacia El Pla, donde teníamos los coches, dando por finalizada esta cercana rutilla pero de sendas muy frondosas y con la que se puede disfrutar de una buena mañana en el monte.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
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