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Este sábado la propuesta era hacer una ruta con forma de unicornio
para subir al vértice nº 242 en altura de la Comunidad Valenciana, Peña, con
727 m de altitud, situado en el Término Municipal de Vilafamés, Castellón.
El trazado original en el que me basé corresponde al grupo
Rutas y Sendas, buenos conocedores de la zona, al que añadimos la subida
al vértice Peña. Buena parte del recorrido transcurre por sendas y pasaríamos
por varias fuentes, aunque este año y tras el verano, ya veríamos si alguna
tenía agua.
Para llegar
al punto de inicio cogeríamos la A7 hacia Castellón y después la CV-10, pasando
por Betxí y Borriol. Desde aquí os dejo las indicaciones que hacían desde Rutas
y Sendas:
Llegas a Borriol por la CV-10 desde el sur, y
entras por la segunda salida de la autovía. En la rotonda das la vuelta y pasas
el puente de la CV-10. Otra rotonda sigues recto, en subida y llegamos a un
cruce en forma de T. Por la derecha. Ahora iremos atentos a la izquierda donde
veremos una pista asfaltada que está indicada como camí de la Serra.
El inicio de la ruta
la realizamos en la Pedra, donde finaliza la subida a la Serra por el camino
asfaltado.
Comenzaríamos bajando entre pinos para llegar a la Font de Codina.
Desde aquí subiríamos por senda hasta el Mas de Narciso, donde nos desviaríamos
por una pista hacia la derecha que nos llevaría hasta el Mas de la Peña, al que
daríamos la vuelta por abajo para enlazar con la senda superior.
Esta senda y posterior pista nos dirigiría hasta el Vértice Peña. Comenzaríamos el
descenso y pasaríamos por el Mas de l’Hereu para visitar la Font de Sant Martí.
De ahí seguiríamos hasta la Masía Flora donde cogeríamos una senda que nos
llevaría hasta la Nueva Ermita de San Vicent y la Font de Ros.
A partir de ahí continuaríamos prácticamente todo lo que queda por
una bonita senda entre pinos que nos llevaría de vuelta a los coches.
Aquí
podéis ver el vídeo de la Simulación de Vuelo sobre la ruta para que os hagáis
una idea fiel del recorrido:
A la cita acudieron Mari, Ana, Kiquet, Jose y un servidor y a las 7:30 ya estábamos aparcando el coche al lado de "La Peña", en la sierra de Borriol.
Comenzamos descendiendo por una pista entre pinos que nos llevaría a la Font de Codina. En este tramo pudimos comprobar que las lluvias de esta semana habían llenado los navajos de la zona.
El día se presentaba brumoso y con el cielo cubierto por finas nubes que, si bien nos protegerían del Sol, también hacían que el ambiente no estuviera claro y no tuviéramos buenas vistas, pero no se puede tener todo. Al fondo asomaban las antenas del Bartolo.
A partir de ahora, que el Sol sale más tarde, seguro que comenzamos a ver los estupendos amaneceres a que el monte nos tiene acostumbrados. Sirva éste de muestra como uno de nuestros primeros de este otoño que acaba de comenzar.
Entre reflejos anaranjados llegamos al paraje de la Font de Codina, donde había un cartel explicativo de la "Ruta de les Fonts", que no era exactamente el recorrido que íbamos a hacer nosotros.
Ni con la ayuda de las lluvias de la semana se habían podido recargar los acuíferos. Aquí había menos agua que en las arenas del desierto.
Volvimos sobre nuestros pasos hasta la señal de la fuente y allí cogimos la senda que, en contínuo pero dulce ascenso nos fue haciendo ganar altitud. Ana impuso un ritmo constante que nos hizo subir comodamente.
Los frutos del palmito.
Las brumas hacia el horizonte iban en aumento y cada vez limitaban más nuestra visión lejana.
Apareció ante nosotros la preciosa masía del Mas de la Peña, enclavada al lado de un cortado de rocas. El conjunto daba un atractivo especial a la situación de la masía.
Se puede subir y pasar por ella, pero nosotros habíamos decidido seguir una pista que pasa por debajo y que rodea la loma.
En esta ocasión no veríamos el mar, pero allí estaba.
Al fondo y detrás del montículo central puede apreciarse la gran carrasca que nos indicaba el lugar desde donde habíamos partido y donde se encontraba el coche.
Tras superar una cadena de "Prohibido el paso", nosotros entendimos que para vehículos, llegamos al vértice Peña. Está enclavado en un lugar sin ninguna visibilidad y rodeado por grandes antenas y construcciones de obra que albergan equipos y hasta aire acondicionado para refrigerarlas, lo cual produce una apariencia de un poco de desastre y hace del lugar que sea poco agradable. Pretendíamos almorzar allí pero ante la situación, continuamos un poco más y lo hicimos en unas piedras que se encontraban ya en nuestro camino de bajada.
Para bajar desde el vértice había que hacerlo a la trocha, sin senda definida, pero no había ningún problema ya que se hace atravesando por su borde unos campos de olivos y almendros y enseguida llegamos a la pista inferior.
Acercándonos al Mas de Mencia nos llamó la atención esta carrasca que ocupaba una gran extensión.
Y sus apetecibles uvas que no pudimos tastar porque se encontraban detrás de la valla.
Más tarde nos salimos de la pista por la izquierda para seguir una senda que había visto en una de las crónicas de Ángel Salom, en una ruta que hicieron para subir al vértice, aunque a ellos el recorrido que eligieron parece que no les gustó mucho.
La senda está muy bien y discurre en sombra entre los altos pinos .
Nos llevaría hasta la pista y llegamos hasta el Mas de l'Hereu, donde se encuentra la Font de Sant Martí. Comenzamos a acercarnos hasta ella pero en ese momento comenzaron a caer unos gruesos goterones de una nube perdida que había sobre nosotros y como no veíamos atractivo el lugar, nos dimos media vuelta y continuamos hacia el Mas de la Flora.
Aquí comenzaba la parte más bonita de la ruta. Al poco de superar la masía nos desviamos por una senda por la derecha que nos iría bajando hacia el Barranc del Roig.
Una maravilla caminar por esas frondosas sendas. En una de ellas nos tuvimos que apartar rapidamente, pues subían varias motos de cross a buena velocidad destrozando el firme del camino con la tracción de sus ruedas.
Nada. Imposible ver el mar con estas neblinas.
A nuestra derecha aparecía la silueta del Mollet, un atractivo monte al que haremos una ruta para visitarlo.
También vimos otra muestra más de lo irrespetuoso de la gente con la herencia recibida y por la que estamos solamente de paso. Algunos se encargan de dejar patente buena huella de su personalidad ¿Es ésa la imagen de tí mismo que quieres dejar a los que vendrán después, cuando seas una mortaja?
¡¡Fantástico!! Una paz increíble pararse aquí y sentirse rodeado de naturaleza escuchando sus sonidos (una vez que se habían alejado las motos, claro).
La senda que nos bajó hasta el Barranco y la Ermita de San Vicent es una pasada y, aunque es larga, da pena que se acabe.
La senda abocaba a un camino asfaltado donde se encuentra la Ermita y hacia la izquierda vimos enseguida, bajo un gran llidoner, la Font de Ros.
De la fuente cae un exiguo hilillo a través de su caño de acero y éste se encuetra casi a ras de suelo, por lo que si queréis llenar una botella, habría que cavar un poco para hacerlo posible.
Continuamos y un poco más allá volvimos a tomar otra senda de las mismas características que nos nacía por la izquierda y que ya no abandonaríamos hasta llegar a los coches.
Una vez el hombre lo abandona, la naturaleza recupera lo que es suyo.
La curiosa atractiva silueta de El Mollet.
En algunos puntos había paletas indicadoras. Nosotros nos dirigiríamos ahora hacia el Pou del Portugués.
El Pou del Portugués parecía una fuente con un agujero en la pared, de la que se supone que saldría agua en algún momento y tiene en su base un pequeño abrevadero. Estaba seca completamente aunque en un entorno cargado de humedad.
Nosotros continuamos disfrutando de las sendas de esta última parte de la ruta, que nos llevarían a otra paleta indicativa, ya a 200 metros escasos de los coches.
Esta es la fenomenal carrasca que está al lado de "La Peña", donde habíamos aparcado y que se veía desde muy lejos.
Con una última mirada al brumoso Bartolo, nos despedimos del lugar.
Una ruta que no presenta ninguna dificultad técnica y que se puede hacer con pantalón corto, ya que las sendas se encuentran limpias en todo su recorrido. Los desniveles no son exagerados y haciéndola en el sentido en que la hemos hecho nosotros pienso que es lo más recomendable, ya que la subida más exigente, que es la que comienza en la Fuente de Codina, se hace al principio, cuando aún refresca la mañana y el final de la ruta se hace todo por unas preciosas sendas cubiertas por una frondosa pinada.
A nosotros nos ha gustado tal como la hemos hecho y, salvo por la apariencia caótica del entorno donde se encuentra el vértice, a causa de la proliferación de antenas, nos ha parecido una ruta agradable y susceptible de repetir en otra ocasión.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí:
PABLOONCE
Tu mismo lo has dicho Pablo, mucho más atractivo el Mollet que la Peña, el primero se sube por una bonita senda y esta mucho menos humanizado, es decir, nada, que la segunda, entiendo que haya antenas, pero que todavía esté la chatarra y las ruinas de los antiguos repetidores...me fui muy cabreado cuando subí allí hace más menos un año:
ResponderEliminarhttp://pdipb.blogspot.com.es/2013/11/serra-de-borriol-la-penya-del-corn-724-m.html
Creo que una de las veces que he ido al Mollet hice el tramo de senda que lleva hasta la Font de Ros y la Ermita de Sant Vicent me pareció realmente bonito.
Un saludo.
Bueno, el vértice ya está conquistado y creo que en este caso fue lo que menos me gustó de la ruta. Son unos impresentables, digo, unos GUARROS. Lo demás estuvo bien, variado y sobre todo la mitad final de la ruta me parecieron unas sendas muy chulas.
EliminarEl Mollet caerá pronto. Me pareció una montañeta muy atractiva.
Un saludo, Dani.
Pablo