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Este sábado la propuesta era subir al vértice geodésico nº 253 en altura de la Comunidad Valenciana: Sardinero, con 694 m de altitud, situado en el Término Municipal de Requena, Valencia.
Saldríamos de la pequeña localidad de Penén de Albosa caminando por pistas y sendas, unas veces entre grandes masas de pinos y otras entre viñas y olivos hasta llegar al Vértice donde almorzamos con buenas vistas. Después volvimos pasando por la abandonada y derruida población de Los Sardineros, regresando a los coches.
La temperatura era muy agradable y comenzamos caminando con 8 graditos entre buenas pinadas, aunque se notaba en todas partes la falta de agua.
Caminamos un buen rato por el lateral de la Rambla de Albosa, completamente seca. Se observa aquí algo parecido a un azud de piedra.
El constante paso de los rebaños de ovejas es notorio. No crece ni un brote que no se aproveche.
Esta revuelta de la rambla sería de los puntos que se podrían destacar en la ruta.
Se forma aquí una gran poza de la que aún quedan restos de agua y donde, en épocas de lluvia, se debe ver un bonito salto de agua.
Algunos pinos de buen porte han sobrevivido a todas las calamidades. A ver si aguantan a esté tórrido verano que se avecina.
Al fondo veíamos en algunos momentos el humo de las torres de evaporación de la Central Nuclear de Cofrentes.
Ya teníamos a la vista el Vértice, situado un poco más allá del km 4.
No hay senda para subir, sino que hay que hacerlo buscando el mejor paso. Yo elegí subirlo así, en recto, directamente, ya que el monte no ofrecía ninguna dificultad. Pero Nolo que iba de corto prefirió atacarlo por la izquierda, que era más suave, y nos encontramos arriba.
En el vértice hay un pequeño acantilado y almorzamos muy bien y a buena temperatura sentados en las piedras de su borde.
Una vez repuestos, bajamos de allí y volvimos a la pista para continuar con nuestro recorrido pasando al lado de una calera.
Por el Camí del Portero nos dirigimos a Los Sardineros. Casi me ha salido un pareado, viendo de nuevo al fondo la silueta del humo de la central nuclear.
Ahora nos acompañaron varios campos de olivos centenarios.
Llegamos a la aldea abandonada y derruida de Los Sardineros, la rodeamos y continuamos por la carretera unos metros.
Nos volvimos a salir por pista por la derecha. Ahora le tocaría el turno a caminar entre campos de viñas muy bien cuidados.
Y cerramos el segundo bucle por la pinada del inicio regresando a Penén y a los coches, donde acabamos la jornada con una cervecita muy fría en el Centro cultural donde habíamos aparcado.
Una ruta sin grandes alicientes, aunque el pasear con comodidad entre pinos y campos bien cuidados ya sea un deleite por sí solo. Buen lugar para almorzar en el vértice y aconsejaría no hacer esta ruta en períodos de mucha calor, ya que no hay mucha sombra ni agua en todo el recorrido.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
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