Este domingo 31 tenía previsto participar en la Tercera Subida al Pico de Chelva, una media maratón de montaña. Según el cartel de la organización iban a ser 21'75 km con un desnivel positivo acumulado de 1130 metros, para la que daban un límite de terminación de 5 horas.
Coincidí otra vez con los miembros del Club de Atletismo de Vilamarxant y nos fuimos juntos para allá. Las previsiones eran de que habría llovido por la noche y que durante la mañana habrían nubes y claros.
Llegando a Chelva el cielo se despejó por completo pero la carretera estaba como si hubiera acabado de llover. Aparcamos, recogimos los dorsales y nos fuimos a tomar un café.
Después algunos se pusieron a trotar para calentar, otros ya sabíamos que nos íbamos a calentar bastante en cuanto dieran la salida. A las 9 sonó el pistoletazo y nos lanzamos por las calles del pueblo una marabunta de gente. En esta ocasión habían cambiado el itinerario de cuando yo participé en la primera subida, hace dos años, y nos hicieron pasar por un arco que hay debajo del Ayuntamiento, hacia unas calles empedradas.
Tras pasar la Fuente de la Gitana ya comenzó la subida hacia la Ermita del Remedio, pero esto no es sino una escala ya que ahora quedaba la pendiente más fuerte, la de la subida a las antenas, en las que en los últimos tramos tienes que trepar ayudándote con las manos. El corazón va a mil y sólo llevábamos 6 km.
En esta ocasión iba acompañado de uno de los miembros del club, que había salido de una lesión y quería probarse un poco y decidió acompañarme durante toda la carrera. Tas pasar el Pico del Remedio y correr por las crestas de El Mozul, la carrera nos llevó por una zona de sendas muy frondosas que fueron como una bocanada de aire fresco. En esta carrera hay tres subidas importantes y aunque la primera es más fuerte, te pilla fresco y tiras para adelante, pero la tercera, la de la subida al Arenal, es criminal. Te quedas clavado y tienes que subir pasito a pasito.
Tras unos momentos de caminar para recuperar el aliento, volví a correr y ya así hasta el final.
Al igual que en la carrera de Tuéjar de hace un mes, me he sentido muy bien y he tardado mucho menos de lo que tenía pensado. Hace dos años, en esta prueba mi tiempo fue de 04:28 y en esta ocasión ha sido de 03:12. Ahora veo que puedo correr durante más parte del recorrido, señal de que el fondo va mejorando. Lo fundamental es que acabas las carreras corriendo al final y sin estar tan agotado. Ahora, de aquí a pillar a esas gacelas... aún falta mucho.
Como en la carrera anterior nos volvieron a dar el Trofeo al Equipo más numeroso. Lástima que no nos tocara el jamón.
Coincidí otra vez con los miembros del Club de Atletismo de Vilamarxant y nos fuimos juntos para allá. Las previsiones eran de que habría llovido por la noche y que durante la mañana habrían nubes y claros.
Llegando a Chelva el cielo se despejó por completo pero la carretera estaba como si hubiera acabado de llover. Aparcamos, recogimos los dorsales y nos fuimos a tomar un café.
Después algunos se pusieron a trotar para calentar, otros ya sabíamos que nos íbamos a calentar bastante en cuanto dieran la salida. A las 9 sonó el pistoletazo y nos lanzamos por las calles del pueblo una marabunta de gente. En esta ocasión habían cambiado el itinerario de cuando yo participé en la primera subida, hace dos años, y nos hicieron pasar por un arco que hay debajo del Ayuntamiento, hacia unas calles empedradas.
Tras pasar la Fuente de la Gitana ya comenzó la subida hacia la Ermita del Remedio, pero esto no es sino una escala ya que ahora quedaba la pendiente más fuerte, la de la subida a las antenas, en las que en los últimos tramos tienes que trepar ayudándote con las manos. El corazón va a mil y sólo llevábamos 6 km.
En esta ocasión iba acompañado de uno de los miembros del club, que había salido de una lesión y quería probarse un poco y decidió acompañarme durante toda la carrera. Tas pasar el Pico del Remedio y correr por las crestas de El Mozul, la carrera nos llevó por una zona de sendas muy frondosas que fueron como una bocanada de aire fresco. En esta carrera hay tres subidas importantes y aunque la primera es más fuerte, te pilla fresco y tiras para adelante, pero la tercera, la de la subida al Arenal, es criminal. Te quedas clavado y tienes que subir pasito a pasito.
Tras unos momentos de caminar para recuperar el aliento, volví a correr y ya así hasta el final.
Al igual que en la carrera de Tuéjar de hace un mes, me he sentido muy bien y he tardado mucho menos de lo que tenía pensado. Hace dos años, en esta prueba mi tiempo fue de 04:28 y en esta ocasión ha sido de 03:12. Ahora veo que puedo correr durante más parte del recorrido, señal de que el fondo va mejorando. Lo fundamental es que acabas las carreras corriendo al final y sin estar tan agotado. Ahora, de aquí a pillar a esas gacelas... aún falta mucho.
Como en la carrera anterior nos volvieron a dar el Trofeo al Equipo más numeroso. Lástima que no nos tocara el jamón.
Podéis descargar el track pulsando aquí: PABLOONCE
Un saludo y hasta la próxima.
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