Una vez en la carreterilla dejaríamos a la derecha el desvío a Fuente Bella, y más adelante despreciaríamos otro desvío a la izquierda y siguiendo recto, a unos 2 km, en una bifurcación de una pista que sale por la izquierda aparcaríamos los coches.
Comenzaríamos siguiendo un pequeño tramo por la carretera por la que veníamos y un poco más allá de la primera curva fuerte hacia la derecha, cogeríamos una senda que nos subiría en acusado ascenso hacia el cortafuegos y nos llevaría hasta el Alto de la Cruz.
brotan dos pequeñas fuentes,
que beben mucho las gentes;
la de Juay y la Marfala".
A la cita acudieron Pili, Ana, Kiquet, Manuel Carlos y un servidor y vinieron por primera vez Juan Pedro y Pablo, que no son tres, sino dos. Un poco antes de las 8 ya estábamos comenzando a caminar desde el lugar de inicio. La temperatura era fresca al principio pero había que aprovechar esos momentos porque el día era espléndido y después haría calorcillo.
Comenzamos a caminar pues a buen ritmo, en principio siguiendo un tramo la carretera por la que veníamos para, un poco más allá de la primera curva a derechas, salirnos por la izquierda para seguir una senda cuyo inicio está un poco indefinido.
La senda nos llevó hasta el cortafuegos en ascenso, donde ya se nos había ido el inicial frescor de la mañana y volaron las últimas prendas de abrigo. La senda que llevábamos continuaba por el cortafuegos pero hacia la izquierda. A nosotros nos interesaba ir hacia la derecha, por lo que encaramos el cortafuegos, que tenía una buena pendiente.
Cerca del final había unos pequeños resaltes rocosos, que bordeamos por la derecha con algún punto de leve trepadita.
Llegamos así al Alto de la Cruz, donde no había cruz por ninguna parte, pero sí los restos de una casita en la que nos extrañó que, aunque sus dimensiones eran diminutas, dispuso en su tiempo de una chimenea muy bien elaborada.
Vistas desde el Alto de la Cruz.
Continuamos por el cortafuegos de la cresta, siguiendo la Loma del Pesebre y nos abocó en una pista que circulaba debajo de los ventiladores del Parque Eólico Boira, que en esta ocasión estaban en reposo y parecían las cruces donde colgaban a los reos al lado de los caminos en épocas lejanas.
Un poco de primavera por aquí....
... y un poco de zoom por allá.
Continuamos la pista por la que, sin salirnos, nos llevaría todo recto hasta el vértice Juey, situado en el extremo de la muela.
Elegimos para almorzar un lugar a la sombra y que tenía buenas vistas hacia el Norte. Podíamos ver desde allí los impresionantes cortados de los Cañones del Júcar, entre cuyas paredes ya anduvimos en una ocasión.
Una vez repuestos volvimos un poco sobre nuestros pasos hasta el cruce de pistas y tomamos la de la derecha, que nos llevaría ahora a través del Parque Eólico Villanueva.
El calorcillo se iba notando y estos tramos de pista, que a nosotros no nos gustan nada, se iban haciendo un poco largos y los amenizábamos con la conversación. Menos mal que soplaba una brisilla de vez en cuando que nos refrescaba algo.
Nos desviamos más tarde por la derecha para coger la pista que baja por el Barranco del Sabinar. Se trata de una pista que está cementada y que tiene mucha inclinación. Menos mal que a nosotros nos tocó bajarla y no subirla.
Las revueltas de la pista nos iban mostrando a lo lejos cerros por los que ya habíamos pasado en otras ocasiones, como Palomares, Castillico, Atalaya, Montemayor...
Llegamos al desvío hacia la Fuente de la Marzala, que tomamos por la izquierda. Seguimos la pista en ascenso y a lo lejos ya se veían unos verdes chopos que destacaban entre el bosque de pinos, indicando la humedad del lugar.
Como siempre, yo esperaba con ganas el momento de encontrar la fuente, pero nuestro gozo en un pozo, bueno, en una hornacina, ya que no caía agua por el caño. Abrimos la portezuela y vimos que estaba obstruido, por lo que lo destaponamos con una ramita y ya caía un hilillo. El agua estaba fresca, ya que nace debajo de la pared de rocas, pero no circulaba con la alegría necesaria como para beber de ella.
Éste es el interior del lugar por donde viene el agua, canalizada entre esos ladrillos.
Desde la misma fuente nace una senda, la Senda de la Cuerda del Tío Carnicero, que fue lo mejor de la jornada, ya que al ir girando a izquierdas y circular entre los pinos nos protegía algo del sol y ese verdor tras las aburridas pistas, se agradecía.
Es una preciosa senda que nos iba llevando a media altura por la muela hacia el Este, permitiéndonos ver el valle sembrado con los campos de cereal.
Nos alegró que se fueran sucediendo las fajas rocosas, por donde circulaba la senda unos metros mas adentro y que nos recordaban a las de otras ocasiones.
La senda nos llevó directamente a los coches y nos montamos en ellos para dirigirnos hacia la carretera y tomar el desvío que habíamos despreciado por la mañana y así dirigirnos al paraje de la Fuente Bella, donde teníamos previsto comer.
En esa carreterilla encontramos primero una gran área recreativa llamada Tollo Pillete que, aunque tenía bancos y fuente, no era la que nosotros buscábamos y después de inspeccionarla continuamos un poco más allá por la carretera y encontramos el área de la Fuente Bella.
Se encontraba en un lugar muy fresco por donde incluso circulaba agua por el barranquillo. Es una de esas áreas que el antiguo ICONA montaba en el monte, muy bien acondicionadas y pensadas para que la gente las disfrutara y pasara un buen día de montaña. Ya no se hacen cosas como éstas y muchas de las que se crearon y disfrutaron con tanta ilusión están en desuso y con aspecto descuidado y ruinoso. Son otros tiempos, pero no siempre mejores.
Vimos que había incluso un refugio en el que cobijarse en caso de lluvia o para pasar la noche.
A pesar de la extrema sequía que estamos padeciendo en el Este de la Península, todavía caía buena agua de la fuente y en ella nos refrescamos y nos dispusimos a comer en una de las mesas a la sombra.
Una ruta en la que, como estaba previsto, ha estado bien el principio y el final. Las pistas del medio, entre los ventiladores, se nos han hecho largas pero había que enlazar el vértice con la senda de la Fuente de la Marzala. Cada ruta es distinta y aporta algo.
Fenomenal el área recreativa de la Fuente Bella, así como la anterior de Tollo Pillete y la cantidad de fuentes que se anuncian por la zona. Cuando volvíamos con los coches vimos gente bañándose en una poza en el barranco que hay cerca de ésta última área recreativa.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLONCE
Hola Pablo...Bueno por primera vez aparezco por tu blogg y espero hacerlo en mas ocasiones.Buena ruta por el Valle de Ayora,quiza menos conocido,pero muy atractivo,solo viendo tu post,ya invita a tener en cuenta esta zona de Jalance..Saludos.
ResponderEliminarHola Juane, las partes más apetecibles son las sendas del principio y todo el final, pero del jamón hay que comérselo todo, no sólo lo bueno, jeje.
EliminarUn saludo.
Hola Pablo, parece que no tienes una buena imagen de los molinillos. Lo comparto. Menos mal que con la crisis ha parado y mucho el ritmo de instalación. Un saludo
ResponderEliminarHola Manolo. Cuánto tiempo sin verte. Pues sí, los molinos afean las montañas y les hacen un daño importante con las anormes y anchas pistas que necesitan, pero viendo el lado bueno, al menos supongo que servirán de cortafuegos, jeje.
EliminarUn saludo.