Este sábado la propuesta era una ruta para subir al
Vértice Geodésico nº 149 en altura de la Comunidad Valenciana, Montote, con 965 m de altitud y por
proximidad también subiríamos al vértice nº 201, Corral Trillero, de 831 m de
altitud, ambos situados en el Término Municipal de Requena, Valencia.
Para
llegar al punto de inicio seguiríamos la A-3 hasta la salida 291 que nos llevaría
bordeando Requena por el Sur, por la antigua N-III. Pasando la calle que lleva al cementerio
nos desviaríamos por una pista asfaltada por la izquierda que nos llevaría hasta
la Ermita de San Blas, donde aparcaríamos los coches.
Esta
es una ruta que había trazado sobre mapas en la que combinaríamos sendas, pistas,
cortafuegos y tramos campo a través para unir unas con otras en ocasiones.
Comenzaríamos
dirigiéndonos hacia el Sur para subir al
Vértice Corral Trillero. Para llegar hasta aquí tendríamos que ir un par de tramos a
través de los pinos para unir dos sendas. A continuación nos dirigiríamos hacia
el Este, hacia el barranco que forma el río Magro. Aquí aparentemente no
existen bajadas que se vean a primera vista y la había trazado por donde parecía más viable, así como la subida
para enganchar con la pista que nos interesaría seguir después. Este tramo sería
aventurero.
Al
poco de caminar por la pista estaríamos atentos por si viéramos la Fuente de la
Peseta. Su localización es distinta según unos mapas u otros. Seguiríamos un
buen rato por la pista hasta que nos desviáramos para subir al Vértice Montote.
Lo
bajaríamos por su cara Norte y después seguiríamos una senda que nos llevaría en
primer término a visitar la Cueva Soterraña.
Volveríamos
a la senda anterior que nos iría bajando al Barranco del Pocillo y llegaríamos de
nuevo al Río Magro, que cruzaríamos y en lugar de ir por la pista de la derecha,
seguiríamos una “teórica” senda, que se ve a tramos y que circula por la otra
margen y llegaríamos a los coches.
Aquí
tenéis el vídeo de la simulación de vuelo sobre la ruta que he preparado para
que os hagáis una idea fiel del recorrido:
A la cita acudieron Mari, Pili, Ana, Manuel Carlos, Jose, Miguel Arce y un servidor y tuvimos 3 incorporaciones nuevas: Carol y Juan y José Luis, que iban a probar con nosotros por primera vez.
El día amaneció espléndido y a las 7:45 ya estábamos aparcados bajo una fresca chopera que había al lado de la Ermita de San Blas.
Esta zona de Requena y alrededores es famosa para nosotros por las verjas que le ponen al monte. En cualquier punto te puedes encontrar una gran extensión de terreno vallado por ser una propiedad privada o un coto de caza. Justo en el inicio de la ruta que nos habíamos propuesto vimos que había una puerta cerrada en la pista con el cartel de "propiedad privada", pero como teníamos que pasar por allí y no había valla perimetral, sino sólo limitación de acceso con vehículos, la bordeamos por arriba y continuamos por la pista.
Antes de llegar a la Casa del Duende había dos hombres trabajando en una viña y me acerqué a decirles que habíamos visto la puerta cerrada para los vehículos y que si no tenían inconveniente en que pasáramos andando por allí, a lo que respondieron amablemente.
Conforme íbamos poniendo tierra de por medio en leve ascenso, se nos permitía ver la población de Requena detrás de nosotros.
Pasamos al lado de lo que parecía una cantera abandonada que tenía algunas cuevas excavadas en la roca.
Antes de comenzar, ya les dije a todos los aistentes que ésta iba a ser una ruta aventurera ya que para enlazar unas sendas con otras tendríamos que hacer varios tramos de monte a través y además la guinda estaría en la bajada y posterior subida por la otra margen al río Magro, ya que por donde nosotros la íbamos a hacer no había sendas y el desnivel en ese punto iba a ser considerable.
Tras pasar la cantera iniciamos uno de los tramos de campo a través. Íbamos por dentro de un pequeño barranquito por el que había rastrillos de animales y se circulaba bien.
De vez en cuando nos cruzábamos con alguna senda en condiciones que podíamos aprovechar durante un rato y después la abandonábamos cuando ya no se acoplaba a nuestro recorrido.
Llegamos a un cruce de pistas y una de ellas nos llevó al primer vértice de la jornada, el Corral Trillero, de 831 m de altitud.
Desde allí se veían con claridad las columnas de vapor de agua de la Nuclear de Cofrentes, que ascendían verticalmente en este día sin viento.
Continuamos con la marcha y ahora una senda nos fue llevando hacia el Este, pasando por un navajo artificial totalmente seco.
Pasamos al lado de un refugio y continuamos más allá para buscar un sitio para almorzar que estuviera lo más cerca posible del lugar de bajada al río Magro.
Llegamos a un punto desde donde se veía el Barranco que forma el Magro y que tenía buenas vistas y allí decidimos pararnos a tomar el bocado.
A la vista de lo abrupto del barranco en ese punto, estuvimos comentando que seguramente cuando bajáramos, tomaríamos para subir a enlazar con las pistas otra alternativa que tenía guardada en cartera por si acaso, ya que ese tramo, al no tener referencias de nadie, teníamos que solucionarlo sobre la marcha.
Una vez repuestos comenzamos el descenso dirigiéndonos hacia el lugar donde había visto en los mapas que tendríamos más posibilidades de llegar abajo con menos dificultades.
Nuestro objetivo estaba allá enfrente, en las antenas del Montote, segundo vértice al que subiríamos en esta ruta, pero había que sortear este barranco.
Nos dirigíamos ahora al Barranco del Trillero, por el que pretendíamos descender hasta el río.
El descenso hasta él lo hicimos por una ladera pronunciada pero por donde se bajaba bien. Una vez en él vimos que había un lugar en el que caía a pico, por lo que tuvimos que desplazarnos un poco más a nuestra izquierda. Curiosamente vimos una fita por allí. Debería ser de los Romanos.
Ahora sí que teníamos delante de nosotros el estrecho barranquito, pero había ver si se podía progresar, por lo que para no tener que volver todos atrás, nos adelantamos Juan, José Luis y yo para ver si se podría llegar hasta abajo.
Nos fuimos quedando escalonados para avisarnos, ya que el recorrido era bastante largo, salvamos la zona que parecía desde arriba más problemática, pero que una vez allí no lo era y continuamos hasta un punto donde ya era más sencillo el recorrido y avisamos al resto del grupo para que comenzara el descenso, que sí que era factible y así que disfrutaran del momento de "barranquismo en seco" que dijeron algunos.
El descenso es empinado pero no presenta dificultades más allá de ir tomando las normales precauciones y además nos resultó divertido. Yo me quedé sentado en este frondoso lugar mientras el resto comenzaba ahora a disfrutar de la bajada.
Llegamos al cauce del río Magro. Segundo punto: había que cruzarlo. Me esperé a que bajaran los últimos y cuando llegamos al punto de vadeo, José Luis y Juan estaban colocando piedras para cruzar y por allí lo hicimos la mayoría sin ningún problema. Otros se fueron para cruzarlo un poco más a la izquierda, pero por este punto pasamos muy bien.
El barranco estaba precioso con los verdes nuevos tan intensos de la primavera y nos fuimos hacia la izquierda para buscar la subida por la segunda opción.
Resultó incluso mejor de lo que me esperaba, ya que un rastrillo de senda nos fue llevando paralelos al río y después, por el conducto de una antigua acequia fuimos progresando en altura. Sabía que la pista estaba unos metros más arriba y que sería la mejor opción para salir de allí aunque tuviéramos que subir a las bravas un tramo muy corto, pero no hizo falta.
Poco a poco fuimos subiendo, por lo que parecía a veces un antiguo camino de herradura y después nos fue fácil caminar entre los pinos para llegar a la pista.
En uno de los laterales de ella pudimos contemplar este plegamiento de estratos donde se puede apreciar lo elásticas que pueden llegar a ser las rocas, viendo que unos estratos se habían reventado y otros aún permanecían doblados sobre sí mismos.
Para ahorrarnos una larga lazada de la pista, estaba previsto que subiéramos por un empinado atajo. El día tan claro y acompañado con una brisilla fresca que soplaba en el ambiente, hacía que incluso este esfuerzo resultara gratificante.
En la pista coincidimos con el PRCV-351, que según parece está en fase de homologación y transcurre casi en todo su trayecto por pista. Indicaba que a 30 minutos de donde veníamos se encontraba el Puente El Jabonero. Debería ser cerca de donde nosotros habíamos comenzado la pista pero nosotros no vimos nada. Incluso en los mapas se decía que por allí estaba la Fuente de la Peseta. Estuvimos atentos desde que subimos a la pista por si veíamos algún rastro de humedad que indicara su situación, pero no vimos nada.
Ahora ya por la pista del Trillero al Montote pasamos al lado de unas construcciones en las que había unas mesas tipo Área Recreativa y continuamos hacia arriba.
Aún hicimos otro campo a través para saltarnos una última gran lazada y llegar al vértice Montote.
Desde allí se veía bien la "Plana", donde se asienta la población de Requena.
Tomamos algo a la sombra y comenzamos el descenso por una senda que nace allí mismo por el Norte y que nos bajaría por el cortafuegos.
Cuando acababa el cortafuegos, la senda continuaba hacia la derecha pero no era la que teníamos que seguir. Nos costó un poco encontrar el inicio de la siguiente, ya que quedaba un poco oculto entre unas coscojas, pero la hallamos y bajamos por ella, bastante difusa pero existente, hasta que nos abocó en una pista.
Combinando pistas y sendas sin problemas nos apartamos para buscar la Cueva Soterraña. La senda dispone de algunas fitas aunque puede ser algo perdedora y va descendiendo. Hay un punto donde hay que estar atentos, ya que la cueva se encuentra a la izquierda de la senda.
La cueva presentaba una entrada amplia y se podía progresar por ella hacia abajo. La luz exterior llega a perderse y había que sacar los frontales. Se veían al fondo dos ramales uno que descendía recto y otro por la derecha, pero no nos detuvimos más y volvimos a la superficie, donde nos hicimos una foto de grupo.
Volvimos sobre nuestros pasos y seguimos lo que hicieron otros senderistas en un track que encontré y que fue ir desviándose hacia la derecha hasta llegar al barranquito. Creo que es mejor opción continuar por la pista por la que veníamos y coger una buena senda que se inicia allí mismo, en la curva de la pista.
Esta senda nos llevó por un entorno precioso entre pinos hacia el río Magro
La primera amapola que he visto esta temporada.
Al llegar al río debíamos cruzarlo otra vez. Nos asomamos y vimos una pista que discurría por el otro margen un poco más a la izquierda de donde estábamos, por lo que supusimos que debía haber allí una zona de vadeo y efectivamente allí estaba, por lo que cruzamos por el puentecillo de cemento y comenzamos a caminar, en principio al lado de unos campos de cereal descuidados y más tarde ya apareció la senda que discurre al lado del río.
La sendita es una maravilla y me recordaba en cierto modo a la que recorre el lateral del río Bohilgues desde Vallanca hasta Ademúz: la senda lateral, el río estrechito, los chopos...
Si os pongo esta foto y digo que es de la senda del Bohilgues, casi que cuela, jeje.
La senda herbosa nos llevó entre floridos espinos hasta la chopera donde teníamos los coches.
Allí procedimos a refrescarnos los pies en las aguas del río Magro, bastante sucias, por cierto.
Terminamos así una ruta que nos ha encantado. Ha tenido de todo y cuando son variadas y de investigación te dejan ese regustillo de que no has parado de ver cosas nuevas en toda la mañana. Los tramos de campo a través para unir unas sendas con otras estuvieron bastante limpios y se circulaba bien por ellos, a excepción de algunos metros. Las vistas desde el lugar del almuerzo, estupendas. La búsqueda del mejor paso y la bajada haciendo "barranquismo en seco", fenomenal y divertida. La suerte que tuvimos en encontrar la subida desde el río Magro, una bendición. La visita a la Cueva Soterraña, un hallazgo. Toda la senda desde el vértice hasta el regreso al río Magro entre pinos, una gozada. Y la sendita al lado del río hasta los coches, relajante y plácida. La ruta en sí..., un regalo.
Parece mentira que estuviéramos en Requena. Un saludo especial a Carol, Juan y José Luis, que era la primera vez que venían con nosotros y los hemos sentido muy integrados en el grupo. Me habían comentado que les gustaban las rutas no convencionales y espero que con ésta se hayan saciado sus expectativas. Esperamos que repitan con nosotros siempre que quieran.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí:
PABLOONCE
Magnifica Crónica!! Un guía sensacional, nos lo pasamos genial, la ruta ha saciado más de nuestras expectativas "aventura total" y repetiremos con vosotros seguro, aunque no sean tan aventureras, sois un grupo genial! Un abrazo de parte de Juan y Carol.
ResponderEliminarHola, Juan y Carol, gracias a vosotros por venir. Enseguida os sentimos como parte del grupo y... no sé por qué dices que repetiréis en otras "aunque no sean tan aventureras".... jaja. ¡¡Suelen serlo!!
EliminarUn saludo.
Pablo, como siempre genial, ruta montañera, divertiva, sorprendente, y lo mejor la compañía.
ResponderEliminarSaludos a todos,
Miguel Arce
Gracias Migual, a ver si te vemos más a menudo.
EliminarSaludos
Saludos y Gracias por la acogida y el compañerismo ,una excursión muy buena
ResponderEliminarcon unos compañeros geniales .Las fotos muy buenas me reitero gracias.
Gracias, José Luis, vimos que disfrutaste como un enano. Vuelve cuando quieras.
EliminarUn saludo.