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sábado, 28 de febrero de 2009

GR-33 Les Useres - Xodos - Les Useres


“Las psicorutas o las rutas cilicio”.

En esta ocasión José Manuel nos propuso otra de las rutas de entrenamiento, extralargas y extraduras. Se trataba de hacer otro tramo del GR-33 o Sendero de la Luna Llena, en este caso saliendo de Les Useres hasta Xodos y volver por el mismo camino. Con la extensión que hicimos hasta el pueblo de Xodos serían 40 kilómetros y algo más de 1500 metros de desnivel acumulado de subida. Nos pusimos a andar a las 7’15 de la mañana y regresábamos a los coches, los últimos, Miguel Arce y yo, a las 16’30. Los demás creo que una media hora antes.

Con esto del desnivel me he puesto a hacer el cuento de la vieja… A ver, si un edificio de 7 plantas tiene unos 30 metros de altura y subirlo por las escaleras (quien quiera que lo intente) ya es pesado, esto sería como subir un edificio de kilómetro y medio de altura (y bajarlo), más la distancia, más los impactos de las piedras en tus pies… Bueno, era sólo por imaginar y volar un poco.

Lo de las “psicorutas” viene porque no hace falta que venga el gran Hari Seldon (de La Fundación de Asimov) con todos sus complejos cálculos matemáticos de la psicohistoria para predecir cómo van a acabar estas rutas. Ya lo digo yo: Mal, porque al acabar siempre te duele algo y qué casualidad que como dice Alejandro Sanz: “nunca es lo mismo”.

Y lo del “cilicio” es porque estas rutas son como un cilicio, porque después no te apetece nada… pero nada de nada.

Bueno, al grano, como dicen los dermatólogos. Aunque aún era de noche cuando llegamos a Les Useres, ya comenzaba a clarear y no nos iban a hacer falta los frontales. Kiquet se puso en contacto con Dioni y como le dijo que él y María Jesús se iban a retrasar un poco en llegar, los menos maratonianos decidimos empezar la ruta tranquilamente sabiendo que enseguida nos alcanzaría el tren expreso. O sea, Dioni, Mª Jesús, Kiquet y Juan Carlos.

El amanecer sobre el pueblo de Les Useres era precioso y las fotos no le hacen justicia. Justicia era lo que habría que hacerle al fotógrafo.

Comenzamos la ascensión ya desde el inicio, con pena de ver lo desolado que había quedado esa parte del paisaje por un gran incendio ocurrido hace dos años.

Al fondo se veía el Peñagolosa, que será objeto de nuestra presencia en una próxima ocasión y al final de una pronunciada bajada se encontraba esta especie de mural explicativo y es que esta ruta es el camino oficial que se utiliza para la peregrinación desde Les Useres hasta San Juan de Peñagolosa.

Llegamos a la Ermita de Sant Miquel de Torrocelles, un lugar muy bonito y cuidado donde paramos a tomar un trago y quitarnos algo de ropa.

Pudimos comprobar que aunque este año está siendo especialmente nublado y lluvioso, la naturaleza sigue su curso y anuncia que vendrán tiempos mejores.

Hay que ver la cantidad de masías abandonadas que hay por esta zona y eso que algunas, como ésta, son especialmente bonitas. Ellas y el entorno en el que están.

Aquí os dejo unas panorámicas que son como pomada para las doloridas articulaciones.

Esta cuesta se hizo especialmente dura porque las piernas ya llevaban bastantes metros en la cuenta de la subida acumulada, que también miden la altura. No va a ser sólo el GPS.
Estas tres imágenes es para ver si podéis sentir “La soledad del corredor del fondo” o sea, yo, que iba de los últimos. En una de las fotos se puede apreciar cómo nos han puesto un alambre electrificado en el lado de la ruta para que no nos salgamos del camino.

Ya llegando a Xodos pasamos por un bosquecillo donde habían colocado carteles con los nombres de las distintas especies y tras él apareció ante nosotros la visión de la peculiar disposición geográfica del pueblo de Xodos. Antes de llegar a su base hicimos una paradita para reagruparnos.

Xodos fue tomado al asalto por el grupo Rocacoscollá que hacía resonar sus bastones por sus estrechas y empinadas calles. Y junto a esta fuente de la que manaba un agua fresquísima, entramos en un bar a tomar un café calentito porque la temperatura no subía, yo creo que incluso bajaba. Invitó Fernando pero no fue desinteresado sino que lo hizo para quitarse peso adicional y así mejorar sus tiempos en la vuelta. ¡Je!, aquí el que no corre vuela.

Como suele ocurrir en estas últimas rutas en las que la probabilidad anunciada de lluvia es del 50%, se cumplió también a la perfección: secos en la ida y mojados en la vuelta, ya que no paró de chispear casi en todo el regreso.

En el camino de vuelta yo paré un momento a sacar el chubasquero y el gorro de lluvia, me quedé el último y perdí al grupo de vista. Tras un rato alcancé a Miguel Arce y a Juan Carlos, que al ver éste que yo llegaba le dijo a sus piernas: ¡ale, a por el otro grupo! Y le obedecieron y todo, ¡qué tío!, con lo cual nos quedamos ya los dos haciendo el resto del camino juntos.

Cuando llegamos a la Ermita vimos que en ese momento se iban los demás, que habían llegado antes y me acerqué a ellos para decirles si no se iban a quedar a comer aquí ya que era un sitio bonito y resguardado para ello y para hacer la foto de grupo, pero me dijeron que no tenían hambre todavía y preferían continuar y de la foto no parecía haber mucho interés tampoco. Visto lo visto, Miguel Arce y yo decidimos quedarnos a comer solos en la Ermita. Nos sentamos en uno de los bancos de cemento que había bajo las arcadas y allí degustamos tranquilamente nuestras viandas, en un lugar en el que Luis Gispert le hubiera tenido que sacar punta al lápiz, ya que era relajante escuchar el continuo y leve chapoteo de la lluvia sobre el piso empedrado, acrecentado su sonido por el eco que producían las arcadas.

Cuando terminamos de yantar proseguimos nuestro camino como una pareja de “civiles” y en animada charla y ritmo llegamos a Les Useres ya comidos. Kiquet nos invitó una lata fresca de coca cola que había traído en una neverita para todos y que nos supo a gloria.

Un saludo a todos y hasta la próxima.

Podréis descargaros el track clicando aquí: ROCACOSCOLLA.

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sábado, 21 de febrero de 2009

PR CV-177.2 Circular Ermita del Remedio - Estenas - Ermita.


“Como un niño con zapatos nuevos”

Como la semana pasada no pude salir y me perdí una gran ruta, ya tenía el mono y a ello se sumó el que estrenaba botas –hecho éste poco relevante pero que acrecentaba mis ganas de caminar y ver cómo se comportaban las nuevas herraduras en la práctica- (aunque durante la semana ya había hecho dos pequeñas saliditas para ir acomodándolas). Llevaba meses buscando unas buenas botas para sustituir las que tenía pero no me acababa de llenar nada de lo que veía hasta que la semana pasada en el Decathlon de Alfafar pusieron a la venta estas botas con un 30% de descuento, con lo que el precio se hacía bastante atractivo. Me gustaron nada más tenerlas en mis manos y les pedí a mis pies que decidieran y tras 20 minutos de dar vueltas con ellas, se pusieron de acuerdo con mis ojos y con mi bolsillo.
Contaba además con la opinión favorable de Salva, que tiene las mismas o unas parecidas y me había hablado bien de ellas.

Esta semana, para la prueba de mis botas José Manuel nos había preparado otra “bricoruta”: “Fácil, sencilla y para toda la familia”. Se trataba de seguir el PR 177.2 desde la Ermita del Remedio, pasando por Estenas y regreso.

Cuando llegamos a la Ermita con los coches la temperatura era de 1º C y había una niebla a la que le costó bastante levantar. No sé si se habían helado las piedras pero las imágenes son contundentes.

En esta ruta nos encontramos con varios ejemplares de árboles monumentales. El más nombrado es el pino de las 4 garras por la peculiaridad de sus 4 brazos. Vimos también varias encinas de un tamaño colosal y al lado de los restos de la vieja casa de los Mancebones, el tronco seco de lo que antaño sería un gran ejemplar de olmo ¡Si se pudiera escuchar todo lo que se habrá dicho bajo su antiguamente apacible sombra!
"A un olmo seco" de Antonio Machado.
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los alamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
hunden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que, rojo en el hogar, mañana
ardas, de alguna misera caseta
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hacia la mar te empuje,
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
(Lo siento, no he podido resistirme)

Después pasamos por el área recreativa de Los Mancebones.

Atravesando un tupido juncal cuyo piso rezumaba a nuestros pasos, enfilamos la Rambla de Estenas, que si hubiera llevado agua como pensó José Manuel, hubiera sido más divertida…

Almorzamos a mitad de camino, en Estenas, en la plaza de El Reguero, aunque también podría haberse llamado la "plaza de la Buena Crítica", porque tiene unos largos y frescos bancos de hormigón en los que en verano seguro que se sientan los vejetes a dar un buen repaso a los que no se encuentren presentes.
Continuando el PR cruzamos unas frondosas pinadas.

Y a una hora desacostumbrada porque serían más o menos las 12’30, llegamos al final e inicio de nuestra ruta, a la zona de la Ermita, en la que el interior de la arcada lateral se convirtió por momentos en la alfombra roja de los Oscar, de tantos flashes que se disparaban a la vez, y es que la luz y los efectos de la perspectiva hicieron que seguro que todos tengamos muchas fotos repes en nuestras distintas cámaras.

En uno de los jardines que hay alrededor de la ermita vi esta especie de “Oda al árbol” que no está mal aunque pienso que se podían haber esmerado un poco más embelleciéndolo con rimas.

La bricoruta fue de unos 15’6 km., que nos supieron a poco.
Hasta la próxima.

Podréis descargaros el track clicando aquí: ROCACOSCOLLA.

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