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sábado, 23 de junio de 2012

Cara del Indio (Sierra de Corbera) / A+ 698m / 9,33 km

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 Mariano llevaba tiempo diciéndonos que a ver cuándo hacíamos una ruta que él y un hijo suyo habían estado limpiando durante dos jornadas por la Sierra de Corbera y siempre la desplazábamos por una cosa o por otra. Él la llamaba "La Cara del Indio" porque es el perfil que se ve de la cresta de la montaña cuando vas por carretera desde Valencia hacia el Sur por la costa, un poco antes de llegar a Cullera.

Este sábado, por fin, nos decidimos a hacerla aprovechando que Jose y Mari saldrían con el grupo de José Manuel. Echamos en falta a Manuel Carlos, que tenía un compromiso y que seguro que la habría disfrutado.

A la cita acudieron, Mariano y dos de sus hijos, Raquel y Guillermo, dos amigos suyos, José María y Victor, dos perros, Morgan y Dana,  Kiquet, mi hermano Teo, que se estrenaba con nosotros, y un servidor.
 
Aunque ya habíamos recorrido algunas sendas por la zona, del recorrido de Mariano sólo sabíamos que nos acercaríamos al Ouet y después seguiríamos la cresta hacia la izquierda siguiendo el perfil de la cara y, tras subir a la segunda Oreja de Burro (Les Orelles d'Asse, dos piquitos de la zona) bajar más adelante por el Pas del Pobre y regresar a los coches. También nos había dicho que había un tramo en el que habría que hacer una fácil trepada, pero sin complicaciones.

Aquí podéis ver un video de la simulación del vuelo en 3d sobre el track que preparé para que os hagáis una idea del recorrido:


 Siendo las 6:53 iniciábamos nuestra jornada aparcando en una pinada un poco antes del desvío hacia el Bar de la Casella. Nustros primeros pasos tras dejar atrás el bar, cerrado a esas horas, nos dejaban ver la silueta de nuestra ruta en el perfil que veíamos a nuestra izquierda.
 


Pasamos por un cercado en el que hay un grupo de ciervos en semi-cautividad, llegando un poco más adelante a La Font del Tormo, sin agua. Subimos las escaleras y ya nos metimos en faena.



Vimos las señales del PR CV 304, que nos dirigirían hacia l'Ouet en un principio.




Ayudados por el zoom pudimos ver l'Ouet: un pequeño recinto cilíndrico, coronado por una cúpula y con ventanitas hacia varios puntos, que tiene forma de huevo y que se puede utilizar de observatorio.





Seguimos por la senda admirando a nuestra derecha el agresivo perfil de la Serra de les Agulles.





Sin llegar a l'Ouet, hay un momento en que nos desviamos por otra senda menos pisada hacia la izquierda, encarando ya la dirección de nuestro recorrido y seguimos subiendo en diagonal.



Cuando llegamos a lo alto de la cresta pudimos ver a nuestra derecha l'Ouet y hacia el mar una dormida Cullera. La perra Dana quiso posar para una bonita foto.





Y Morgan tampoco quiso ser menos y lo hizo junto a Kiquet.







Este es el perfil que nos quedaba por delante y que íbamos a recorrer por la cresta.






En la última imagen, Mariano llegaba a la boca del Indio y comenzaron las trepadas. Cada una que hacíamos Mariano nos decía que ésa era la más fuerte, pero después siempre venía otra más expuesta y al final ya no le hacíamos caso y tomándonoslo a risa bromeábamos con él y le preguntábamos: ¿Qué, Mariano, seguro que ésta es la última?








Ahora nos tocaba subir al Llom del Matxo flac. Había sitios en que no sabías por dónde tirar, pero poco a poco íbamos encontrando por donde continuar. Por ejemplo: las dos primeras imágenes son de la bajada que hicimos por la tercera.









Trepadas y más trepadas y el paisaje impresionante, aunque lo mejor es no mirar hacia abajo cuando estás pasando un paso comprometido.





Menos mal que esta roca caliza no resbala y tiene muchos agarraderos. Aún así, Teo se raspó con una de las rocas en una pierna y le tuvimos que hacer una cura.













Habíamos pensado en almorzar en lo alto de la Segunda Oreja de Burro (Oreja d'Asse), pero se hacía de rogar y parecía que no iba a llegar nunca. Aquí se ve. Es el primer pico más alto de los que se ve en el centro.








Ahora ya la teníamos enfrente pero todavía quedaba un largo trecho de incertidumbre. Menos mal que nos acompañó el día, que se mantuvo nublado encima de nosotros y con una nieblecilla, aunque la sensación de humedad era grande.





Hay que sentirse afortunado de poder tener estos perfiles tan afilados tan cerca de Valencia y del mar. Perecen impropios de estas latitudes.








Al fondo, desde una curva de la sierra se podía apreciar la mole del Cavall Bernat.



Por fin llegó la hora deseada, la del almuerzo, donde pudimos relajarnos un poco. Lo hicimos al lado de una caseta de registro como las que hay en algunos picos y tramos de GR, donde dejamos nota de nuestro paso por allí en la libreta.


Ya habíamos hecho lo más difícil. Ahora nos quedaba descender hacia los campos de naranjos que se ven en la fotografía central.





Aquí tenemos el Cavall Bernat con su vértice y a la derecha la Cruz del Cardenal.





Vimos allí abajo el Monasterio de la Murta y nosotros cogimos la bifurcación de la senda de la izquierda para bajar por el Pas del Pobre. Dicen que era utilizado por los pobres que se acercaban a pedir entre los monasterios.



La senda nos bajaba en acentuada y desgranada pendiente en algunos casos, lo que hizo que alguno probara el suelo levemente al producirse algún que otro pequeño resbalón. Al final de la ruta las piernas ya no responden con la misma rapidez.


Con una última mirada atrás, hacia el valle por el que discurre el Pas del Pobre por el que habíamos descendido, nos despedíamos de la sierra donde habíamos pasado esta mañana aventurera.

Ahora ya se había despejado el cielo y los dos kilómetros de carretera que nos quedaban hasta los coches se hacían más pesados con el sol. Terminamos a las 12:00 horas.  Para otra ocasión, es mejor aparcar aquí, en la salida del Pas del Pobre y hacer estos dos km de asfalto al comenzar la ruta, que con el fresco de la mañana se hacen con facilidad y sirven hasta de calentamiento.

Una ruta que no esperábamos que fuera así. Creíamos que iba a ser senda poco pisada con alguna trepadita, pero al final ha sido al revés, todo trepaditas con alguna senda poco pisada. No es recomendable para personas que tengan vértigo porque los pasos aéreos son constantes, así como tramos muy verticales. Hay que llevar bastante provisión de agua, ya que no se puede reponer en todo el recorrido y el esfuerzo hace que se consuma más líquido de lo habitual. También recomendable el pantalón largo para evitar los arañazos que producen las coscojas.

Por lo demás, nos ha dejado el buen sabor de boca de circular por unas crestas afiladas, impropias de estas zonas, con unas vistas impresionantes durante todo el recorrido y unas sensaciones muy aventureras. De todas formas, creo que las fotos lo dicen todo. Por último agradecer a Mariano y a su hijo César la labor de desbrozar los tramos de senda que se iban cerrando y el que nos haya permitido acompañarle y disfrutar de esta ruta.





Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track pulsando aquí: PABLOONCE


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