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sábado, 30 de julio de 2011

Cirat. El otro Salto de la Novia y Barranco de Salinas.

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Buscando rutas aptas para esta época del año encontré en el blog de José Tomás una detallada crónica sobre un lugar que me sedujo enseguida, ya que se trataba de una ruta con elementos de interés, sencilla, no muy lejana y con posibilidad de baño. En cuanto publiqué la propuesta recibí un comentario de él, que nos animaba a hacerla y nos recomendaba que la hiciéramos como él la describía, dándonos precisas indicaciones.

La ruta consistía en salir de Cirat, Castellón, ver las ruinas del Castillo árabe, las cascadas del Salto de la Novia con sus pozas, las vistas desde el Morrón de la Noguerica y terminar cerca del pueblo recorriendo el Barranco Salinas buscando un lugar donde poder bañarnos.

He puesto en el título de la crónica "El otro Salto de la Novia", porque el más conocido es el Salto de la Novia situado en Navajas. Es un lugar no exento de belleza pero demasiado popularizado y que en verano está lleno de gente.

En este caso se trata de otro "salto" no tan conocido ni tan accesible, pero no por ello menos espectacular. En este caso son dos cascadas encadenadas, cada una vertiendo sus aguas en sendas pozas de considerable tamaño.

A la cita sólo se presentó la sin par Almudena, ya que los demás habituales tenían compromisos vacacionales. Esta mañana se presentaba gris y con posibilidad de lluvia leve e intermitente. Yo le decía a Almudena que la previsión era de cayeran 0,3 mm y cada vez que paraba y volvía a chispear se reía diciendo que era un 0,3 pero constante durante toda la mañana.

Llegamos a un encapotado Cirat desde Montanejos y aparcamos un poco antes de entrar al pueblo donde, a la derecha hay marcas para estacionar los vehículos. No es aconsejable entrar con el coche en el interior de esta población. Nosotros lo hicimos al principio pero las placitas son pequeñas y están ocupadas, no habiendo muchos lugares para aparcar por lo que volvimos al sitio que habíamos visto antes de entrar al pueblo. También se puede aparcar en las cercanías del polideportivo sin problemas.

A las 7:20 ya estábamos callejeando dirigiéndonos a un horno que habíamos visto y después atravesamos el pueblo en dirección Oeste. Salimos de él y enseguida abandonamos la pista por una senda que nos sale por la izquierda en leve ascenso.

Aquí ya comenzó a chispearnos y la cantidad de relámpagos que nos iluminaban y truenos que se escuchaban hicieron que nos reuniéramos y deliberáramos sobre si nos volvíamos al pueblo y esperábamos a que pasara la tormenta, seguíamos o éramos unos inconscientes. Como parecía que la batalla más importante se estaba librando en la montaña de al lado, decidimos continuar esperando que se pasara pronto.



Llegamos a las ruinas del Castillo árabe y subimos al promontorio. Desde allí hay unas buenas vistas del Barranco Salinas que recorreríamos después pero, dado el estado del tiempo, no era muy recomendable permanecer ahí durante mucho tiempo, así que bajamos y continuamos nuestro camino. Volvimos a las losas de piedra donde nos habiamos desviado antes y seguimos por la senda en descenso, admirando las vistas que de vez en cuando se nos ofrecen.





Llegamos a la casa de la Huertica y cruzamos la cabecera del barranco que en este punto no es más que un pequeño arroyito.


Seguimos hasta que abocamos a un cruce de pistas. Nosotros tomamos la de la derecha para dirigirnos a ver desde abajo el Salto de la Novia.


Hay un momento en que hay que abandonar la pista por la izquierda en un lugar no muy evidente, cuando la pista hace una curva hacia la derecha. Hay unos postes metálicos clavados en el suelo delimitando el exterior de la curva. Tomamos la senda ascendente protegida por una valla de madera que nos conducirá al salto. El lugar es una pasada, como se aprecia en las fotos, pero la temprana hora no era propicia para el baño todavía.





Deshicimos el tramo de senda hasta el cruce de pistas donde habíamos llegado antes y tomamos la pista de la derecha, que nos lleva hasta la parte de arriba de las cascadas, donde hay un mirador desde el que se aprecia toda la escena completa: La cascada superior cayendo a una poza, desde donde sale otra cascada que cae a la poza inferior.



Abandonamos el mirador y continuamos para, después de unos metros, tomar una senda por la derecha en descenso que nos lleva a la cabecera de la cascada superior. Se dice que puede bajarse hasta la poza pero nosotros no lo intentamos ya que por la lluvia, las rocas estaban mojadas y resbaladizas.


Subimos de nuevo a la pista y continuamos hasta la Fuente Torres, donde José Tomás decía que manaba un agua muy buena y nosotros, que no necesitamos que nos animen, efectivamente comprobamos que era cierto. El cartel que indica la fuente es minúsculo y está deteriorado. Se aprecia una especie de barandilla de bajada hecha con trozos de tubería.


Seguimos ahora por la agradable pista en desuso que nos va subiendo poco a poco hacia la Noguerica.



Hay que prestar atención a la visión del Corral de la Noguerica, construcción medio derruida que veremos en un momento a nuestra izquierda y donde habrá que dejar la pista y desviarse a la izquierda. El inicio de la senda está cubierta por la hierba y no se aprecia bien. Continuamos por la pista en desuso y pasaremos al lado de unos campos de cereal abandonados.


En un momento la pista se encara al valle y veremos abajo la población de Cirat. Hay que continuar ahora por una sendita que nos lleva al borde del acantilado, donde hay unas piedras para sentarse y poder, en nuestro caso, almorzar, con unas vistas preciosas del pueblo, del Barranco Salinas y hasta del Peñagolosa.



En la terraza VIP del restaurante improvisado dimos cuenta del almuerzo deleitándonos con el extenso paisaje que se abría a nuestros ojos y viendo la evolución de las nubes.


En la imagen central, tirando de zoom, se apecia el Peñagolosa.



Como comenzaba a chispear por enésima vez esta mañana, volvimos a la pista y sobre nuestros pasos. Hay que estar atentos de nuevo a una senda que nace por la derecha. Éste es el tipo de senda que nos gusta a todos, por la que se puede andar bien pero de aspecto semisalvaje, con la que estábamos encantados y además en descenso.


Más tarde la senda aboca en otra pista en desuso que tomamos por la derecha y que pasará por la abandonada Font de la Jarica, escondida en la maleza y que no tiene agua. Nosotros no nos preocupamos en buscarla porque queríamos llegar al barranco y sus pozas cuanto antes.


La pista también sigue en descenso y haciendo varios zig zags que nos van ofreciendo distintas vistas de Cirat desde lo alto.


En la primera imagen se aprecia una crestita por la que se podría subir directamente al castillo y detrás el barranco Salinas por el que íbamos a circular en breve. Nos sorprendió que las moras por aquí estuvieran tan avanzadas y ya había algunas maduras, por lo que probamos las primeras de la temporada.


En una de las curvas de la pista tenemos que abandonarla por la izquierda. Hay una señal que indica la dirección al barranco y enseguida vimos las primeras pozas. Ésta de la tercera imagen nos gustó especialmente ya que tenía profundidad, el agua y el fondo muy limpios y rocas para tomar el sol, y nos la apuntamos en la agenda.


Empezamos a recorrer el barranco. Unas veces hay senda y otras hay que ir por las grandes rocas de rodeno, cambiando varias veces de margen, aunque predomina la derecha según viene hacia nosotros la corriente. Teníamos que ir con cuidado ya que las rocas de rodeno al estar mojadas por la lluvia y cubiertas por musgo y líquenes, eran muy resbaladizas y en alguna ocasión a punto estuvimos de resbalar.


Estas son las últimas pozas a las que pudimos acceder, ya que la inclinación de las rocas y su tinte resbaladizo por la humedad de la lluvia, nos hizo que ya tuviéramos bastante y nos dimos la vuelta. Después de ver todas las pozas habíamos decidido que la que más nos gustaba para el baño era aquélla del principio y hacia allá que nos encaminamos.



Aunque aquí Almudena parece que esté posando, en realidad me estaba esperando por si necesitaba ayuda para subir por un tramo resbaladizo.


Por fin llegamos a nuestra poza y nos lanzamos al agua que estaba en su temperatura justa, ni caliente ni exagerádamente fría, por lo que estuvimos allí disfrutando un buen rato.



Nos vestimos y emprendimos el regreso al pueblo, que estaba ya muy cerca y aún vimos una última poza, en forma de bañera y que parece bastante profunda, pero donde el arroyo ya no tiene recorrido.


Pasamos por el bar de la plaza para tomarnos la merecida cervecita y después de unos estiramientos emprendimos el regreso.

Una ruta que nos ha sorprendido muy gratamente y en la que no faltan alicientes que nos la harán amena. Es de fácil recorrido, las sendas están muy limpias, los lugares por los que pasan son muy frondosos, el Salto de la Novia (II) es espectacular, el agua de la Fuente Torres muy buena, las vistas desde el Morrón de la Noguerica son de las mejores que he visto últimamente (y me muevo bastante) y el barranco Salinas, con posibilidad de baño incluida, es lo que pone la guinda a esta magnífica ruta.




Un saludo y hasta la próxima.
Podéis descargar el track pulsando aquí: PABLOONCE
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