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Esta semana nos fuimos hasta la localidad valenciana de Alcublas para recorrer la ruta de Los Ventisqueros, ya que algunos todavía no la conocían. La ruta no tiene más complicación y recorre tanto asfalto como pistas, pistas antiguas y sendas. En ese orden del principio al final del recorrido.
Nada más salir de la población nos encontramos con este monumento a los caídos.
En esta zona hace un frío que pela y estaba previsto que hoy no pasáramos de los 6 grados, pero como sabían que veníamos al final no hacía casi frío, ni nada de viento, por lo que los polares fueron yendo enseguida a la mochila.
Desde lejos se podían ver las siluetas de los Molinos similares a los manchegos...o ¿eran gigantes querido Sancho?
Durante toda la jornada veríamos multitud de antiguos hornos de cal, algunos muy bien conservados/restaurados.
En esta ocasión no visitaríamos ni el vértice Cubre ni la Cueva Sabuquera.
Pero sí pasaríamos por la Balsa Silvestre, que todavía tenía agua.
Y una zona de extracción de las rocas para la cal.
En esta parte del recorrido es donde se comenzaban a apreciar las huellas de los carros que transportaban la nieve desde los ventisqueros a la población.
Más hornos de cal.
Al ver los ventisqueros más de uno puede llevarse una decepción, ya que en esta zona hacían en las laderas de la montaña una especie de media luna con piedras y ahí es donde se acumulaba la nieve. Una forma muy distinta a la de acumular la nieve en las neveras excavadas en tierra como las que hay en la Sierra Mariola y otros puntos de la Comunidad.
Al Ventisquero II no nos acercamos. De todas formas parece que la senda se encuentra algo tapada.
Ahora que el solecillo calentaba algo y que habíamos subido prácticamente a lo más alto de la ruta, nos salimos del camino para asentarnos en unas piedras a disfrutar del almuerzo.
Al fondo asomaba el Penyagolosa.
Ahora comenzábamos el descenso, primero por pista antigua y después por senda.
Bajaríamos hasta aquel barranco, donde se encuentra un abrevadero con agua.
Y ahora circularíamos un rato por el interior del barranco.
Pasaríamos por debajo de las rocas de escalada de la Peña Ramiro y en la parte de la derecha del barranco se apreciaba la "Roca de la ....."
Y más adelante estas curiosas oquedades que recordaban a las covetes que hacían los moros en las laderas de los barrancos para guardar el cereal y que desconocemos si serán algo similar o simplemente caprichos de la naturaleza.
Salimos del barranco y cogimos la carreterilla asfaltada entre almendros que nos dirigiría hasta la población.
Aquí, en el parquecito de la Virgen de la Salud habíamos aparcado. Hay dos fuentes y las dos tenían agua. La probamos y dimos por terminada esta ruta.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
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