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Esta semana, afortunados ellos, casi todo el grupo estaba de vacaciones en plan "Valencianos por el mundo" y sólo quedábamos Rafa y yo para salir, por lo que decidimos hacer una ruta que teníamos aparcada. Se trataba de salir desde el Área recreativa de La Puente Alta, en Calles, recorrer el Barranco de Los Diablos, subir a la cruz de madera y bajar de nuevo hasta los coches, haciendo una ruta original del senderista Pepino Acn, que recorrió en 2020 y que, a pesar del poco tiempo transcurrido ya han cambiado las condiciones en que él la hizo. Nosotros nos encontramos el barranco con agua porque había llovido mucho la semana anterior, pero lo normal es que esté seco.
Aparcamos a las 8 de la mañana en la desierta Área recreativa en un día fantástico. Un verdadero desperdicio que no hubiera sido aprovechada para dormir allí, estando todo tan verde tras un mes de lluvias sin parar. Aunque hay carteles de que se prohíbe acampar. Hay gente a la que le gusta esto de prohibir.
Una pinada estupenda para aprovecharla y disfrutarla, en lugar de que permanezca vacía.
La fuente, que otras veces he visto con agua, se ve que tiene tapados los conductos y el agua se sale por los lados.
El puente alto o La Puente Alta, que da nombre a la zona. Un gusto bañarse aquí en época estival y cruzar con calzado de agua por debajo del puente.
La zona está muy bien equipada con paelleros, aseos, y mesas a cubierto del Sol o la lluvia.
Por tener, dispone hasta de un refugio libre y abierto con chimenea.
Cruzamos el área recreativa y en su extremos oriental se encuentra esta magnífica poza donde nos bañamos hace unos años cuando hicimos otra ruta distinta.
Un pato tranquilo vigilaba el plácido entorno.
Continuamos caminando por la senda fluvial.
Hubo un momento en que nos salimos de la pista por la derecha. Como ha bajado bastante agua por las lluvias fuertes, no hay senda ni camino pero llegamos a este punto que es el inicio del Barranco de Los Diablos. El punto de no retorno, jeje.
Nos fuimos adentrando en él disfrutando de cada recodo, que por cierto eran muy llamativos.
Eran continuas la sucesión de cascadas "en seco" que había que ir superando, pero sin ninguna dificultad.
Unas por la derecha, otras por la izquierda.
Este salto ya supone un poco de atención. No hay que intentarlo por donde en principio lo hacía Rafa porque por ahí, sin ayudas es peligroso. Hay que ir por la derecha y trepar un poco y enseguida se supera. Por estos tramos y por el de la cadena, no es recomendable hacer esta ruta con perros.
Más adelante pasamos por debajo de ese acueducto y continuamos.
Pozas transparentes, pero que en épocas de calor no existirán.
Llegamos a un paso en el que lo normal era descalzarse para pasar. Rafa hizo todo el barranco sin descalzarse, aunque entre salto y salto entre piedras, a punto estuvo algunas veces en probar el agua. Yo, como había traído sandalias de agua en la mochila, decidí cambiarme y pasar por el agua. En esta imagen Rafa decidió darse la vuelta y subir por la derecha pero como yo tenía las sandalias puestas subí por la cascada.
Y también hice este tramo por dentro del agua.
Ahora llegamos al punto en que teóricamente era el punto más complicado de la ruta, pues había que superar un salto casi vertical con la ayuda de una cadena. El problema adicional en esta ocasión era que, al haber tanta agua, el acceso a la zona de la cadena estaba cubierto por agua. Esta es la imagen de por donde había que pasar. Aunque Rafa se afanaba en tirar piedras, al final creo que llegó a sentir el agua en sus pies.
Yo seguía con las chanclas de agua.
Aquí tenemos a Rafa feliz por haber superado el paso por el agua ante la zona de la cadena.
El lugar es bastante bonito. Y en la imagen inferior está la zona por donde pasamos, por la parte de la derecha.
Por la izquierda no hubiera sido posible pues el agua nos hubiera llegado a la cintura.
Arriba por la cadena. Han esculpido huellas en la roca donde apoyar la puntera de las botas pero la cadena viene fenomenal para ayudarse.
Continuamos por el interior del barranco hasta que vimos una gran fita por la derecha, donde había un ramal del barranco. En esta zona es donde dice el autor de la ruta que estaba bastante cerrado y que se arrapó bastante, pero ahora el barranquito aparece despejado. Lo que ocurre es que este barranquito, aunque ya no tiene agua, quizás es más agreste que el inicial. Aunque para nosotros sólo alcance el calificativo de entretenido porque nos gustan las pequeñas aventuras, se entiende que para gente que no esté acostumbrada suponga alguna dificultad.
Siempre en leve ascenso y con tramos a superar.
Ya se veía el final del túnel... y del barranco.
Al lado de esta masía en ruinas decidimos parar a almorzar, comentando las agradables sensaciones que habíamos vivido en el barranco.
Después de disfrutar del momento seguimos una vieja pista al lado de la masía.
Después se fue difuminando pero había muchas fitas que hacían fácil seguir el recorrido.
Ahora caminábamos al lado de los acantilados y las vistas eran muy buenas.
Abajo los dos tubos a los que tendríamos que llegar más tarde.
Muy chulo.
Llegamos a la cruz de madera para hacer la foto y volvimos a la canal por la que había que comenzar a bajar.
Llegamos a una propiedad por la que queríamos aprovechar una vieja senda para bajar directamente a los tubos pero ahora estaba ocupara por una pareja que había vallado la zona con troncos, acariciamos al simpático burrito y Rafa no vio claro el que nos pincháramos un poco para buscar la senda, por lo que continuamos por la pista.
Llegamos al aueducto, que ahora es una abandonada acequia pero que cruza el valle.
Y nosotros caminamos con el viejo canal a nuestra derecha.
Llegamos a los tubos y, contrariamente a lo que pudiera parecer, el aguja no baja desde aquí, sino que sube. Lo cual te descuadra un poco porque parece que esta parte esté más alto que la parte de enfrente.
Y el agua sigue con una altura de dos metros por el canal.
Llegamos a la zona de la compuerta, donde si la cierran, el agua caería por todo este desnivel pero frenada de escalón en escalón hasta donde teníamos el coche allí abajo. Ahora había que seguir hasta esa compuerta verde y bajar por una senda que baja en zetas por la parte de la derecha de los escalones según se mira desde arriba.
Hay un tramo de senda en la que el agua se ha llevado parte y que hay que bajar con un poco más de precaución, pero nada del otro mundo.
Y sin más llegamos a la parte de abajo, donde nos esperaba el coche y dimos por terminada esta entretenida ruta.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí:
PABLOONCE
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