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sábado, 25 de abril de 2009

Circular al Bartolo. Desierto de las Palmas.

Esta semana José Manuel nos propuso hacer una ruta circular por el Desierto de las Palmas, próximo a Benicasim, saliendo del Monasterio, dirigirnos a la Ermita de San Miguel y sus antenas, Castillo de Sufera, Les Santes, subida al Bartolo y regreso a los coches, con una longitud de alrededor de 15 km.

Aunque Canal 9 está últimamente muy catastrofista, quizás para curarse en salud, y el AEMET pronosticaba una probabilidad de lluvia del 70%, yo soy mas fiel a Accuweather, que sólo predecía lluvia para el domingo a las 21’00 horas. La realidad fue que llovió a las 20’30 del domingo ¡Buena precisión, ¿no?!

Llegamos un poco antes de las 8 al aparcamiento del Monasterio y comenzamos ya la subida. Esta ruta tiene la particularidad de que se pueden observar unas vistas fantásticas al estar tan alto y cerca del mar, pero el día se presentaba con una neblina persistente que si bien nos protegía del sol, no nos abandonó totalmente en toda la mañana. No tuvimos muy buenas vistas pero la temperatura fue muy agradable para andar durante todo el trayecto, aunque en las antenas tuvimos que ponernos las chaquetas porque el aire que soplaba era bastante fresco.


Al haber coincidido este día gente de muy distintos niveles, en seguida parte del grupo comenzó a distanciarse y éste se dividió en dos. Toni y yo nos quedamos con el de retaguardia, ya que también llevábamos el track en el gps, mientras José Manuel se había ido con los del primero. Con el walkie José Manuel me iba dando indicaciones sobre el camino que ya habían hecho ellos. A mitad de la subida y en un tramo en que la senda era estrecha, Luis Gispert, que iba justo detrás de mí, dio un traspié, resbaló y como no pudo apoyarse con las manos, estrelló la cara contra el suelo, de resultas de lo cual sufrió varias magulladuras alrededor de la nariz, labio y barbilla.

Cuando enlazamos con una pista más ancha nos detuvimos a reagrupar nuestro grupo "B " y como llevábamos todo un lujo de enfermera particular, Merche procedió a curarle y yo aproveché para comunicarme por el walkie con José Manuel y decirle que habíamos sufrido un pequeño resbalón pero que enseguida les alcanzábamos.

Durante la mañana, cuando a ratos caminaba junto a Luis, bromeábamos con su aspecto, ya que se le estaba hinchando un poco el labio por la parte derecha y decíamos que su cara se parecía a la de Silvester Stallone en Rambo e imitábamos sus frases: “Dios mío, esto es un infierno. No siento las piernas”. Y es que difícilmente perdemos el sentido del humor.

Llegamos a la base de la enorme cruz donde nos estaba esperando el primer grupo y algo más tarde a la Ermita de San Miguel que se encuentra exageradamente rodeada de antenas en lo que algún día habría sido un idílico paraje. (Nota del E.: La foto no está borrosa ni he puesto un dátil en el objetivo, es que la niebla rozaba las antenas).


Continuamos nuestro camino por una cómoda pista rodeados de una enorme pinada que nada tiene que ver con un “desierto”.


Y llegamos al paraje del Castillo de Sufera guiados por una senda llena de jaras en flor que parecía que hubieran sido plantadas para delimitarla. En este paraje llama la atención que no hay castillo ni recinto de piedras, ni nada que se le parezca. Según la página de “Castillosnet.org”: “Sufera parece ser el enigmático Azafúz citado en un documento de Pedro I del año 1100 y, como tal entidad quedó absorbido por el vecino y prepotente Miravet después de la conquista”.


En este lugar sabíamos que un tal "Caminauta" había escondido un “tesoro de Geocaching”. Teníamos las coordenadas y estuvimos un rato buscándolo, pero en el lugar donde a José Manuel le indicaba el gps, no había rastro, por lo que desistieron de la búsqueda y se dirigieron a una loma vecina donde José Manuel decía que sobre la imagen del satélite le parecía que había restos de alguna construcción. Yo opté por quedarme en solitario (ya que ellos iban a volver) y continuar con la búsqueda del tesoro. Aumenté el zoom de la imagen del gps al máximo y me fue dirigiendo a otra zona distante unos 20 metros de la búsqueda anterior y cómo dijo aquél: ¡¡Eureka, lo encontré!!.

Esperé a que regresaran y bajaron José Manuel y Juan Carlos donde yo estaba para verlo mientras el grupo se disponía a almorzar. Lo abrimos y estuvimos viendo lo que contenía. Al final José Manuel intercambió un botón de bronce por una moneda extranjera que le hizo gracia y firmamos en el libro de visitas. Estuvimos leyendo las anotaciones y resulta que la persona que originariamente puso el tesoro se pasaba de vez en cuando por allí para ver su estado y escribía nuevos comentarios y uno de ellos nos llamó especialmente la atención ya que decía que en una grieta próxima había dejado escondidos unos botellines de agua por si alguien llegaba al lugar en época calurosa. Y ciertamente estaban allí ¡Qué cosas! Gracias por la aventura “Caminauta”.


Continuando la ruta llegamos al entorno de la Ermita de Les Santes donde hicimos la foto de grupo y algunos aprovecharon para refrescarse en la fuente.


Después nos dirigimos por una pista hasta encontrar una preciosa, sin tregua y frondosa senda que nos subió otra vez a la cima del Bartolo. Menudas vistas hubiera habido en toda esta excursión si el día hubiese sido claro… Pero en fin, así y todo es una de las rutas que en un futuro no me importaría repetir.




Un saludo y hasta la próxima. Ah, y una llamada a los “infieles” que se les hecha de menos.
Podréis descargar el track clicando aquí: ROCACOSCOLLA.

4 comentarios:

  1. Gracias Pablo, por lo de "enfermera" jejeje...No soy titulada, pero para una emergencia...
    Tienes razon en el valor de la ruta. Preciosa en todos los sentidos.
    Incluso a mi, que me "cuesta" la cuesta, no me importaria repetirla.
    Saludos.

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  2. Pablo, que guapo me has sacado, mi cara refleja los efectos de mi percance, pero la verdad es que con la cura que me proporcionó Merche, casi ni se notan las magulladuras, me puso como nuevo. Es una gozada caminar con nuestro grupo por el gran compañerismo que nos une. Y el sentido del humor fue muy importante para mí, pues me dio "alas" para disfrutar de todos los momentos de la ruta. GRACIAS amigo, gracias a todos. Saludos.

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  3. Al César lo que es del César y a Arquímedes lo de "¡Eureka!"Gracias a tu empecinamiento en la búsqueda del tesoro tengo yo una moneda de 2 rupias. Lo que lamento es que te perdieses la vista del castillo fantasma de Sufera (al menos la muela si que se ve) y tendrás que conformarte con ver las fotos.

    Saludos.

    José Manuel.

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  4. Sí, he visto las fotos y la verdad es que la de Toni al lado del precipicio impresiona, pero piensa que yo iba de corto y por lo que he oido había un montón de aliagas y matas que hubieran añadido señales a mis, ya por aquel entonces, marcadas piernas.

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