2017 - 03 - El Penyó de Vallada / A+ 433 m / 7 km

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Este sábado la ruta propuesta discurriría por los alrededores de Vallada, Valencia, donde caminaríamos por el territorio del logo de Juane Alemany (Esto se empina) y seguiríamos en principio un track de nuestro amigo Dani (Per dalt i per baix), que en uno de esos sueños raros que uno tiene de vez en cuando, en el que aparecía que "el sur también existe", jeje, decidió abandonar su territorio de Castellón, repleto de preciosas rutas, para cruzar la peligrosa frontera de Valencia y llegar hasta Vallada para hacer este bonito recorrido. No hace falta que diga que estoy de coña.

Por cierto, que tengo ya muchísimas ganas de hacer alguna ruta por el Castellón profundo y no creo que tarde.

Saldríamos, pues, de Vallada y en esta ruta salpicada de varios puntos interesantes y con muy buenas vistas, subiríamos primero a la Penya del Águila y después al Castell de Vallada. Volveríamos un poco sobre nuestros pasos y subiríamos al hipnótico Penyó, que ha tiempo que era objeto de mis deseos, símbolo del logo del blog de Juane y que parece un pico de imposible subida por la cara que veremos al inicio, aunque sí que se puede ascender fácilmente por detrás.

Después nos dirigiríamos  hacia El Tossal y bajaríamos por una trocha que le vi hacer a Dani hacia la Font de Espanya, razón ésta por la que elegí su track y desde allí volveríamos a los coches.

Para llegar al punto de inicio, desde Alginet seguiríamos la A-7 hacia Alicante y después la A-35 hacia Fuente la Higuera y nos saldríamos por la salida 32 hacia Vallada.  

A la cita no acudió... nadie. Creo que es la única ocasión hasta ahora en que se ha dado la coincidencia de que todo el personal tenía otros compromisos o preferencias. De todas formas no iba a renunciar a caminar y la hubiera hecho en solitario. Al final fue mucho mejor y Ana, que en principio no iba a salir, decidió acompañarme y la haríamos en plan relax, disfrutando de todo el recorrido.

Dejamos el coche en el parking del Paratge de les Ermites y comprobamos que ni llovía, ni hacía frío, ni ná de ná, después del miedo que nos habían metido las predicciones durante toda la semana. Lucía un Sol fantástico y el día era radiante.

Salimos de nuevo a la carreterilla principal y una vez pasado el bar, nos desviamos por la derecha.

Esta pista cementada nos encararía hacia el Penyó, que ya se manifestaba imponente. La pista acababa en la valla de la piscina, que estaba cerrada y en ese punto había que bajar al lecho del pequeño barranquito y cruzarlo.

Debido a las magníficas lluvias caídas este invierno, muchos arroyos que hace años que no veían el agua, ahora vuelven a disfrutar de pequeñas corrientes, como era normal hace bastante tiempo.

En esta zona al parecer se habían montado anteriormente entre los pinos diversas atracciones y pasarelas y se ve que habría un puente colgante. Menos mal que íbamos sólo dos personas, sino no hubiéramos podido cruzarlo, jeje. 

 Enlazamos con la senda superior y nos fuimos hacia la izquierda para rodear la mole rocosa que se nos anunciaba delante, la Peña del Águila.

Aún tuvimos que hacer algún que otro sencillo vadeo sobre el arroyo siguiendo la senda, con la que daríamos la vuelta a la Penya por la izquierda.

Teníamos a tiro también el Penyó, en el que se distinguía su cruz en la parte superior.

La Peña del Águila es un estupendo mirador con Vallada al fondo.

Desde aquí teníamos una estratégica visión de los siguientes objetivos de nuestra ruta. Por una parte y primeramente el Castillo.

Y a continuación, el Penyó de Vallada con su característica figura.

Y en esta panorámica los cacé a los dos en la misma imagen.

Bajamos de la Penya y caminamos por la senda de umbría recogiendo los tiernos espárragos que nos salían al paso y que, como hoy no teníamos competencia, serían para nosotros solos.

Otra visión distinta del Penyó, ésta menos agresiva y con un dedo rocoso anejo a él.

Estábamos en la senda que nos encaraba ya al Castillo y que veíamos enfrente y lo acercamos con el zoom. A nuestra derecha el Penyó.

Para meternos en el recinto del Castillo, la senda nos llevaría por su izquierda.

Muy buenas vistas de Vallada también desde esta atalaya.

Volvimos por la senda por la que habíamos accedido hasta una anterior bifurcación y nos dirigimos ahora en fuerte subida hacia el Penyó. Por aquí también tendríamos que bajar después, teniendo especial cuidado en no resbalar por la inclinación del caminillo.

En la parte superior rocosa del Penyó había instalados unos cables y aunque la ascensión es muy sencilla, nunca vienen mal sobre todo en situaciones del lluvia o si sube gente poco acostumbrada.

Visita a la cruz del Penyó y para abajo de nuevo.

Desde abajo veíamos cómo otro grupillo estaba llegando a la cima del Penyó.

Una vez descendido el Penyó llegamos a una pista y continuamos con nuestra ruta. Cuando estuve leyendo sobre esta zona, había visto que quedaba muy cerca de este punto el Túnel del Sumidor. Es una cavidad muy larga y según lo que aparece en la página web del Ayuntamiento de Vallada:

"El túnel del Sumidor es la cavidad más importante del mundo en desniveles Kársticos y representa un desnivel provisional de 205 m., en un recorrido de aproximadamente 1.300 m., lo que la convierten en la cavidad más profunda del mundo de las desarrolladas en yesos. La entrada del túnel se encuentra en una pequeña depresión en la cabecera del barranco del Penyó, junto al propio cauce."

En la misma pista vimos el poste que anunciaba el desvío hacia el Túnel y como nos gusta la improvisación decidimos ir a visitarlo. De todas formas, a partir de aquí teníamos una considerable cantidad de pista en la ruta prevista y en la planificación desde casa ya me había venido a la mente saltármela.

Para llegar a la abertura había que seguir una senda que nos bajaría en acusado descenso y por la zona ya se veían aflorar los cristales de yeso.

Llegamos a la abertura y comprobé que para descender el último tramo había un paso vertical de un metro de paredes resbalosas dada la humedad que había allí, ya que por el interior de la ruta circulaba un río subterráneo.

De todas formas, decidí bajar yo sólo para hacer unas fotos y subir enseguida.

Os dejo aquí un enlace donde podéis ver una excursión por su interior: CAVITATS SUBTERRÀNIES . Para hacerlo hay que ir equipado y tener experiencia pues hay varios rápeles que hay que hacer tanto de bajada como después de subida.

Era curioso ver el río correr a través de la gruta.

Por aquí se continuaría río abajo en su parte más larga y difícil.

Y por aquí río arriba.

Salí del agujero y vimos que desde allí mismo salía una senda que nos llevaría de vuelta a la zona de la Ermita, donde teníamos los coches. Como para volver al trazado previsto en un principio teníamos que volver a subir el buen tramo de senda que habíamos bajado y teniendo en cuenta que nos quedaba por delante bastante tramo de pista, decidimos aceptar la propuesta que se nos presentaba y variar el recorrido previsto. De esta manera lo acortaríamos pero también disfrutaríamos de una bonita senda.

La preciosa senda discurre por la vertiente izquierda y a media altura del barranquito. Seguimos con nuestra labor de recogida de espárragos cuando los veíamos a tiro y, ya que no teníamos ninguna prisa, disfrutando de cada detalle del paisaje.

La senda nos volvió a enlazar con la que habíamos utilizado en la mañana para subir a la Peña del Águila y llegamos de nuevo al cauce del pequeño arroyo, viendo desde arriba la cerrada piscina del área recreativa.

En el área recreativa se encuentra un bar llamado "La sal del romer" y cuando pasábamos por su lateral olía fenomenal a la paella que estarían preparando. Como estaba el teléfono colgado, lo dejo caer aquí por si alguna vez queréis que tengamos una ocurrencia.

Llegamos a los coches y nos dispusimos a comer a la sombra de uno de los olivos del parking, alargando así un poco más el disfrute de este fenomenal día en el que habíamos podido saborear esta corta pero interesante y amena rutilla.

Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE