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Esta semana le haríamos un ocho al Mondúver. Subiríamos por otras sendas diferentes a las de otras veces. Hay tantas posibilidades que cada uno se puede hacer una ruta a la carta. Y todas interesantes.
A la cita acudieron Mari, Jose, Manuel Carlos y un servidor, dispuestos a aprovechar este fenomenal día de primavera para disfrutar de la montaña.
En lugar de aparcar en la Font del Molí y tener que hacer 1 km de pista a la ida y otro a la vuelta, decidimos aparcar justo donde está el poste de bifurcación y vimos que no éramos los únicos, porque cuando llegamos ya había allí 3 coches, la mayoría de corredores.
Finalizamos la pista cementada y tomamos la pista de la diestra.
Caminando por esa zona de umbría llegamos a una caseta y la bordeamos por la izquierda siguiendo una sendita que nos llevó al nacimiento de la fuente.
Un pequeño estanque de aguas transparentes donde se escuchaba caer un chorrillo pero que no se alcanzaba a ver.
Volvimos a la senda, que experimenta en este tramo un buen desnivel.
El siguiente hito era el Corral de les Cabres. Un recinto grande que cuenta con divisiones en su interior.
Continuamos caminando por nuestra senda viendo a lo lejos nuestro punto de almuerzo, la cima del Mondúver con sus antenas.
En esta imagen inferior se puede ver parte del recorrido que teníamos por delante. Primero subiríamos al Picaio, que es la elevación de la derecha, pero para hacerlo la senda nos iría llevando hacia la parte contraria, hacia la izquierda, para pasar por la Font del Mondúver y después hacia la derecha para subir a él.
Comenzamos a escuchar el ruido de motos que se acercaban, hasta que llegaron detrás de nosotros. Eran tres motos de motocross y al llegar a una curva nos detuvimos para dejarles pasar y Manuel Carlos tuvo unas palabras con uno de los motoristas. La verdad es que caminando detrás de ellos se podían ver en la senda las piedras recién desprendidas que iban dejando a su paso. Tenemos entendido que tienen prohibido circular por las sendas y que deben hacerlo por las pistas, para evitar la contaminación y degradación de la montaña.
Llegamos a la Font del Mondúver un lugar en el que en ocasiones las rocas rezuman agua por filtración y hay alguna charca, pero en esta ocasión el lugar sólo presentaba algo de humedad. De todas formas el lugar es fresco y agradable para hacer una pausa en la mesa de merendero que hay allí instalada.
Continuamos ahora con la exigente subidilla a la que le han habilitado algunas lazadas.
Llegamos a la parte superior, pero en lugar de desviarnos hacia la derecha para ir a la cima del Picaio, decidimos dejarlo para la vuelta y nos fuimos hacia la derecha a encontrar la pista y enseguida desviarnos por la senda de la izquierda.
Desde aquí la subida no da tregua hasta alcanzar la cima del Mondúver.
Vistas hacia atrás para ver Cullera aumentada con el zoom.
El Montgó también a la derecha en la lejanía.
Y detrás de aquellos Frarets, la Sierra de Corbera, que no hace mucho la recorrimos en su totalidad.
Aumentando con el zoom el comienzo de la Sierra de Corbera se podían ver las cruces de aquella primera etapa en las cercanías de Tavernes de la Valldigna.
Cullera de nuevo.
La roca del vigilante enfadado.
Y esta que parece Jaume I
Otra con forma de camello.
Hay cuerdas instaladas en varios tramos, que pueden servir de ayuda sobre todo si el terreno está húmedo.
Ahora teníamos vistas de la vertiente del interior, donde la Sierra del Alt de la Figuerola presentaba un aspecto muy pelado.
Subimos el último tramo y llegamos a la cima del Mondúver, deteniéndonos a almorzar en unas rocas antes de llegar. Se estaba tan bien allí que costaba después reanudar la marcha. Después nos acercamos al vértice para hacer la foto de grupo.
En el descenso por la pista hay varios sitios señalizados por donde se pueden hacer recortes.
Veíamos ahora delante nuestro el Peñalba, al que subimos en una ocasión conjuntamente con el Mondúver y la Peña Negra. Todo un rutón.
Continuamos descendiendo por la senda que nos llevaría a la zona de els Frarets con curiosas formaciones rocosas.
Llegamos al Corral del Obreret con su pino piñonero al lado y más adelante tomamos la pista por la derecha para llegar a las inmediaciones del Picaio y subirlo ahora.
Foto cimera.
Ahora, tras comentarlo sobre la marcha quisimos hacer una variación a lo que llevábamos propuesto y en lugar de repetir recorrido y tomar la senda que nos llevaría de vuelta a los coches por el Barranc dels Emboscats, cogimos una que desciende hacia la costa y que después nos llevaría por la parte de arriba del Pla de la Vella, con vistas al mar durante mucho rato.
La senda nos iría bordeando hacia la derecha para unir con otra que nos dejaría justo en los coches.
Dimos así por terminada esta ruta que cuenta con una fenomenal subida y muy buenas vistas y que nunca nos defrauda.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el trak de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
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