km2020 - 12 Los Carcamales (Marines Vell) A+ 376m / 8 km

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Esta semana queríamos hacer nuestra ruta de Navidad. Solemos organizar una comida en algún restaurante al terminar pero como este año es especial por la pandemia, decidimos alargar el almuerzo en el monte que es un sitio abierto y el año que viene seguro que podremos celebrarlo mejor.

Se trataba de hacer una ruta que recorrimos Jose, Mari y yo en 2016, Los Carcamales, saliendo desde Marines Vell. En aquella ocasión la alargamos hasta el Molino de la Ceja de Gátova, pero en esta oportunidad la recortamos utilizando primero una senda que se nos quedó por explorar aquella vez y así nos quitábamos de encima casi todo el recorrido por pista. Y después utilizaríamos una senda que no conocíamos y que la tracé sobre el mapa, evitando repetir la parte final, con lo que queda una rutilla totalmente circular.

A la cita acudieron Mari, Pili, Jose, Rafa, Manel, Gala, Nolo, Juan Carlos, Quico, Manuel Carlos y un servidor.

Comenzamos subiendo por las calles del pueblo pasando al lado de la Iglesia, que se encuentra en delicado estado de conservación.

Salimos por la parte alta y nos dispusimos a seguir la senda que circula al lado y por encima de la pequeña y bonita acequia.

Este tramo es muy chulo y sin ningún desnivel.

Llega un momento en que hay que estar atentos a salirse por la izquierda de la cómoda senda para coger una pequeña en descenso que nos lleva a una pista y a circular 15 metros por la carretera para cruzar un barranquito por encima del puente. A continuación cogeríamos la pista de la derecha en ascenso.

Cuando parece que la pista desaparece hay que cruzar un pequeño campo de olivos y continuar la senda que aparece a continuación. La senda nace a mitad del campo a la izquierda. Nosotros fuimos hasta el final del campo y nos tocó subir un poquito campo a través para enlazarla.

La senda más adelante nos subirá por unos antiguos bancales.

Y llegaremos al punto donde tendremos a la vista la zona del caos de rocas de Los Carcamales, con sus dos canales en la parte superior. Nosotros pasaríamos por la de la izquierda. La de la derecha no tiene salida.

Este tramo hay que disfrutarlo e ir siguiendo las fitas de piedra o buscar el modo que cada uno crea más fácil.

Aquí tenemos a Juan Carlos mirando la canal y pensando: ¡A ver por donde nos va a meter éste!

Pues por ahí.

Aquí tenemos  a Nolo llegando al punto desde donde puede ver la losa inclinada y la cadena instalada para ayudar en la bajada. Por la parte derecha de ese arbolito que se ve en la parte central de la imagen también hay disponible una cuerda que presenta una bajada más sencilla para los que estén menos experimentados.

Unos utilizaron la cuerda y otros la cadena. Había donde elegir.

Esta era la parte más entretenida de la ruta. Una vez superado ese descenso venía subir por la pared de la derecha.

Yo subí por esa piedra vertical como la otra vez, pero lo normal y mas sencillo es hacerlo arrimados a la pared y subir por el angosto pasillito entre las rocas.

Esto es mirando hacia abajo.

Ahora había que salir de allí subiendo por la senda y ayudados por una cuerda para aquellos que lo necesiten.

Superado.

Seguiríamos subiendo por la senda hasta llegar a la cima de la Peñarroya, donde queríamos almorzar.

Allí arriba nos esperaban unas losas de piedra cerca del acantilado que nos servirían para sentarnos cómodamente.

Vistas desde el lugar del almuerzo. Asoma la población de Marines Vell, desde donde habíamos salido y la montaña de La Solanilla por donde se encuentra la senda por la que  bajaríamos al final.

En estas dos imágenes dos vistas hacia el Gorgo.

Ahora bajaríamos al barranquito por una senda que vimos en la anterior ocasión.

El descenso presenta bastante inclinación y hay que tomárselo con la debida precaución para evitar resbalones indeseados.

Llegamos al barranquito y caminamos un tramo por su frondoso lecho.

Volvimos a probar algunos madroños. Estos tan maduros y dulces que parecían mermelada.

Llega un punto en que se observa una salida en ascenso del barranco y la tomamos. Quizás se pueda continuar por el barranco hasta llegar a la pista pero desconocíamos si después estaría más cerrado y este era un buen punto para salir porque la pista estaba justo encima.

Desde la pista podíamos visualizar la grieta por donde habíamos cruzado.

Más adelante dejamos la pista por una senda a la derecha.

Llegamos a una pista que nos levaría a otra más principal donde aparcamos el coche en una ruta anterior y más adelante tomamos la senda que íbamos a pisar por primera vez y que bordearía la loma de La Solanilla para devolvernos a la población.

La senda como todas las que habíamos pisado durante la mañana estaba perfectamente definida y cuidada.

Una maravilla caminar por estos parajes y tan cercanos.

Apareció ante nosotros una pequeña construcción de piedra con una fuente en su interior aunque seca.

Y si más, llegamos a la población dando por terminada una fenomenal rutilla muy agradecida y disfrutona.

Un saludo a todos y hasta la próxima.

Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí:  PABLOONCE