"...y no quiero preguntar dónde vamos,
ni quiero saber de dónde venimos,
sólo sé que tengo el tiempo en mis manos,
si te quedas un ratito conmigo, leré, leré..." (Estopa en el vídeo)
Este sábado, la ruta propuesta incluía subir a dos Vértices Geodésicos: el nº 62 en altura de la Comunidad Valenciana, Cinco Pinos, con 1177 m de altitud y el nº 71 Pico Ropé (1140 m), ambos situados en el Término Municipal de Chera, Valencia.
Haríamos la ruta en el sentido contrario de las agujas del reloj. Aparcaríamos en la Fuente del Barrio, en Chera y seguiríamos casi en su totalidad el PRCV 101 por el Barranco de la Arcolla, que dejaríamos después y subiríamos por una fuerte pendiente directos hasta el Pico Ropé. Allí seguiríamos hasta asomarnos al Piquillo de las Nieves y a continuación visitaríamos el Vértice Cinco Pinos. Después, bordeando las lomas de la Corcera y el Burgal, tomaríamos el Camino de la Majada de los Borregos hasta que nos encontráramos con el Barranco del Agua, por el que bajaríamos y volveríamos a los coches.
Aquí podéis ver un vídeo de la simulación del vuelo en 3D que preparé para que os hagáis una idea fiel del recorrido, aunque esta vez resalté muy poco el track.
Como el fresquillo no acaba de levantar pero la primavera sigue su curso y se hace paso, diciendo que "ya me toca", os dejo unas fotos de la alegría que ya van presentando las montañas.
A la cita acudieron Mari y Jose, Kiquet, Salva y un servidor. Aparcamos junto a la Fuente del Barrio y a las 7:23 comenzamos a andar. Hacía viento y bastante fresco, por lo que sacamos hasta los guantes.
El perfil previsto indicaba que eran 400 metros de desnivel de tirón pero empezamos poco a poco, viendo ante nosotros ya el Pico Ropé, nuestro primer objetivo.
La subida se va animando y enseguida tomamos altura, comprobando al mirar atrás cómo íbamos progresando. Llegamos a un poste de señales donde debíamos desviarnos por la izquierda. Abandonamos la pista y continuamos ahora por senda hasta el vértice. Ahora comenzaba lo bueno y la senda ya toma una inclinación acusada que sería constante hasta la cima.
íbamos viendo los cortados que nos salían al paso y hacia lo alto el Pico cada vez estaba más cerca.
Salva, que por motivos de trabajo, hacía tiempo que no salía con nosotros, tenía ganas acumuladas y se le notaba. La próxima vez le pondremos un par de piedras en la mochila.
Poco a poco y cada uno a su ritmo, no tardamos en tener a la vista el vértice. Como la zona acaba en acantilado, hay una valla de madera de protección que recorre un tramo de la cresta.
Las vistas desde allí eran magníficas pero hacía un viento que nos estaba dejando helados y no tardamos en hacer las fotos y seguir con nuestro camino.
En esta primera imagen podíamos ver nuestro siguiente objetivo, el vértice Cinco Pinos, un poco tapado por las nubes.
Nos fuimos alejando, pero mirando atrás se podía distinguir el vértice y la caseta forestal donde habíamos estado, con este fuerte contraluz.
Al lado del camino vimos un panel informativo hecho con azulejos en el que había pintado parte del relieve que se nos ofrecía enfrente: Las "dolomías de la ciudad encantada" y el pináculo. Como se suele decir "queda pendiente para otra ocasión". Un poco más adelante nos salimos de la pista por la izquierda para asomarnos a lo que en el mapa figura como "Piquillo de las Nieves", aunque no nos ofreció nada más espectacular de lo que ya habíamos visto desde otros puntos hace un rato.
El viento comenzaba a dejarnos un poco tranquilos y podíamos ver el valle y Chera allá abajo.
Ante la vista de la siguiente imagen Salva me preguntó en broma que si aquella montaña era el Cinco Pinos a donde nos dirigíamos y le contesté que no, que aquél era el "Quinto Pino" de lo lejos que estaba. En realidad era el Atalaya, ya próximo en nuestra lista. En las siguientes imágenes veíamos la Loma de la Corcera, que más tarde bordearíamos.
A la izquierda del camino vimos un pozo con agua que tiene una pendiente por la que puede resbalar algún animal que se acerque a beber.
Ya íbamos buscando un lugar para almorzar pero no encontrábamos nada que nos acomodara. Pasamos un poste que indicaba el camino al Pico Nieva pero no entraba en nuestros planes. Continuamos y después lo vimos en la segunda imagen, con la pista un poco más abajo, por donde regresaríamos. Y en la tercera imagen podía apreciarse lo que habíamos recorrido desde el Pico Ropé.
Al final encontramos un sitio apetecible y nos dispusimos a tomar cuenta de los idem manjares.
Ya nos quedaba poco para llegar al vértice, superamos la última loma y se nos regalaron unas estupendas vistas del Pico del Tejo, al que subimos con una etapa del GR-7 y estuvimos identificando por dónde habíamos pasado.
El Tejo y la Plana de Requena-Utiel.
Comenzamos el descenso dirigiéndonos a la pista que habíamos visto antes.
Como suele suceder en los días ventosos, disfrutamos con la disposición cambiante de las nubes y podíamos ver allá en el valle como refulgía el verde nuevo de los almendros. El viento, que a primera hora nos molestaba, ahora se agradecía, ya que hacía que hubiera una temperatura muy agradable para caminar y que no pasáramos calor.
Abajo, Chera, tirando de zoom.
Dentro de un rato pasaríamos por la pista que va por encima de esta faja.
Vimos un poste que indicaba la presencia de la Fuente de Juan Blanquilla, que se encontraba a pocos metros y de la que caía un poco de agua, junto a una balsa que seguro que en verano se agradece para refrescarse.
Llegamos a un mirador desde el que se ve el valle y donde se puede continuar hacia abajo para llegar a Chera, pero nosotros cogimos el desvío de la izquierda, el Camino de la Majada de los Borregos, para dirigirnos al encuentro del Barranco del Agua y que nos llevó bajo unas buenas formaciones rocosas.
Llegamos al punto en que abandonamos la pista por la derecha y cogimos una frondosa pista en desuso.
Más adelante y cuando tuvimos a la vista la faja de la otra vertiente, nos desviamos por la derecha en descenso, por una senda indicada con fitas.
Esta senda, muy agradable, nos bajaba por el Barranco del Agua mientras admirábamos los cortados que se nos ofrecían a nuestra derecha.
Cuando llegamos abajo alteramos nuestros planes previstos y en lugar de seguir el track para llegar al pueblo y cruzarlo, al ver la indicación de una senda local que se nos ofrecia por la izquierda, la tomamos sin dudarlo y fue un recorrido final muy cómodo entre los campos que nos llevó directamente hasta la Fuente del Barrio donde teníamos los coches.
En las frescas aguas de la fuente, procedimos al relajante baño de pies y dando un vistazo a los paneles de los senderos de Chera, dimos por finalizada esta gratificante excursión. Una ruta que nos ha resultado muy cómoda, sin ninguna complicación y que, aunque el recorrido es en su mayoría por pista, lo compensa con las estupendas vistas que se tienen en todo el recorrido.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
Otra preciosa entrada llena de vida y color, os estais saliendo.. jejej. Voy a probar con las fotos del cielo porque son estupendas.
ResponderEliminarUn abrazo, nos vemos en el camino
Jooooo, Salva ha vuelto, dadme un poco de tiempo, que ahora me operé de un "little John", en Junio lo intento yo también!!!!
ResponderEliminarUn abrazo fuerte a todos!
Almudena
No desesperes, Almu, que tu sitio lo tienes reservado.
EliminarÁnimo con tus pies.
muchas gracias por el aporte, creo que me animare a hacerlos, no se lo que tardare... pero me pondré manos ala obra
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