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domingo, 15 de abril de 2012
18ª Etapa GR-7 Comunidad Valenciana: Vallada a Bocairent / A+ 1347 m / 36,20 km
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"Camals mullats"
Esta semana tocaba acompañar a Kiquet en la etapa nº 18 del GR-7 a su paso por la Comunidad Valenciana. Hacía un año que empezamos esta aventura desde tierras tarraconenses. Se trataba en esta ocasión de hacer el recorrido entre Vallada y Bocairent (o viceversa). Como siempre, nos dividimos en dos grupos. En uno iban Mari, Jose, Carmen K y Kiquet, que lo harían a la inversa, desde Bocairent. Y en el otro, Juan Carlos, Manuel Carlos y un servidor.
Podéis ver aquí un vídeo de la simulación de vuelo en 3D que he preparado para que os hagáis una idea fiel del recorrido previsto:
A las 07:20 comenzamos a caminar desde Vallada, en un día ventoso y nuboso. Se preveían lluvias para el final de la mañana. Nos fascina estar en el punto de inicio en el momento en que amanece. Es la única manera en que puedes admirar en directo imágenes como éstas, al lado de unas "flasheadas" amapolas, las primeras que he visto esta temporada.
Abandonamos Vallada dirigiéndonos hacia la montaña. Teníamos que subir a Penya Barrota y veíamos arriba el derruido castillo como referencia. En seguida el camino se convirtió en estrecha senda, una senda auténtica de GR, estrecha, empinada, de a uno, de las que te hacen sentir dentro de la naturaleza.
En contínuas lazadas llegamos al castillo, que dejamos a la izquierda y vimos enfrente la mole rocosa de El Penyó y a la derecha todo el valle que a continuación íbamos a recorrer. Hoy nos encontrábamos los tres muy bien y empezamos a tirar con ganas. Queríamos intentar llegar a La fuente de La Morera, a tiempo de coincidir con el otro grupo. Teníamos 16 kilómetros por delante y había que ir ligeritos ¡y valla que fuimos!
Habíamos visto en el mapa que el GR en un punto hacía una curva que podía salvarse "rectamente" por una senda que había en un cortafuegos, ahorrándonos casi dos kilómetros, y dada la longitud prevista de la ruta, en torno a los 30 km, decidimos aprovecharla. Al llegar arriba, marcamos una flecha en el suelo y pusimos una fita de piedras para que el otro grupo también viera el desvío y pudiera aprovecharlo.
Llegamos así al Alt de les Figueroles y un poco más tarde pasamos por un Crucero, Peiró o Cruceiro, depende de cómo se le quiera llamar, que estaba al lado mismo de la senda y, a partir de aquí se nos presentaba una muy larga senda de bajada, con piedra suelta y empinada, que se nos hizo cansina y puso a prueba nuestros tobillos hasta que llegamos al valle y a los extensos viñedos que nos indicaban su "punto de fuga", aunque de allí no se quería ir nadie, sino disfrutar del día que estabamos teniendo.
Llegamos a la Finca del Port, un muy cuidado conjunto de casas que parecía un hotelote rural.
Cruzamos la carretera y enfilamos el Azagador del Plá, pasando el Barranco de Loria por un antiguo puente restaurado que deja ver muy en el fondo el lecho y que da un poco de vértigo asomarse a su barandilla de reja. Al fondo, la cosa se estaba poniendo muy oscura y pensábamos que igual sí se cumplían las predicciones.
El GR nos llevaba ahora por las cercanías de la Casa de Don Tomás, una gran casona en estado de abandono y ya vimos allá abajo, enfrente nuestro la Casa de la Morera, donde teníamos previsto almorzar. En la primera imagen tenemos otro "punto de fuga", a partir de aquí ya no hay escapatorias.
Llegamos al paraje de la Font de la Morera y comprobamos que su fuente estaba seca y nos entretuvimos mirando los paneles de la "Senda dels Ingeniers".
El lugar es un encanto de frescura y tiene una mesa de madera que pensábamos usar. Yo también aproveché que habíamos llegado 10 minutos antes que el otro grupo para refrescarme los pies en el arrollito que circulaba bajo el puente de troncos. Cuando estuvimos todos, procedimos a almorzar estupendamente, como todos los sábados y al acabar hicimos las fotos de grupo.
Proseguimos cada uno por su lado. La senda dels ingeniers iba a coincidir durante un tramo con nuestro recorrido. Al llegar a la Casa Corral de Martínez vimos que a su lado había una puerta abierta que dejaba ver una Almácera abandonada que contenía tres grandes barricas que llegaban hasta el techo.
Continuamos entre pistas y sendas y se nos ofreció esta estampa lírica, no por los cantos de los dos "X-Carlos" sino por los preciosos lirios que no me pude resistir a fotografiar.
Seguimos para adentrarnos en el Barranco de Aspre, donde circulábamos por una senda que nos maravilló por lo bien mantenida que se encuentra y el trabajo que debió haber supuesto su construcción, apoyada siempre en bloques de piedra.
Llegamos a la Fuente de Ballester, otro delicioso paraje donde bien vale pararse a almorzar o a comer. Dispone de una mesa de madera y de fuente con grifo. Yo bebí del agua y la encontré fresca y buena. La tenía en mente desde que comenzamos a preparar la ruta, o sea que tenía deseo acumulado y me dí un buen festín.
A partir de aquí, si hubiéramos ido hacia la izquierda hubiéramos acabado la ruta antes de las dos, ya que habíamos ido todo el camino al límite de lo que es andar. Lo siguiente ya es correr. En lugar de ello, no me dí cuenta de que la pantalla del gps se me había bloqueado (me ha pasado dos veces seguidas y voy a solucionarlo ¡ya!) un poco antes del desvío del barranco de Aspre, que es hacia la derecha y eso es lo que me mostraba la pantalla, por lo que continuamos a ritmo de entrenamiento por la bonita senda de la derecha que, además, como no ofrecía desvíos la seguíamos sin dudar y entretenidos hablando entre nosotros.
Cuando llegamos a una pista y no vimos marcas fue cuando nos dimos cuenta de lo del bloqueo y aunque el recorrido por la senda había estado bien, el regreso por la pista no lo estuvo tanto y la ruta que íba a ser de 28, 5 kilómetros, se convirtió para nosotros en 36 km. Menos mal que ese día los tres nos encontrábamos fenomenal y nos lo tomábamos todo con humor.
La pista nos llevó a enlazar con el GR y más tarde con una estrecha carretera, ya teniendo a la vista Bocairent. Esta carretera hay que dejarla por la derecha a la altura de un peiró e ir descendiendo por las rocas en un recorrido poco claro, pero siempre buscando el siguiente peiró. Llegamos a la carretera de Bocairent y nosotros teníamos el coche aparcado al lado de unas naves del polígono.
Al final sólo nos habían caído una gotas intermitentes que ni siquiera nos obligaron a sacar los chubasqueros, pero de todas formas mantuve el título y la música para el vídeo que ya tenía pensados de antemano para una ruta en que creía que íbamos a acabar como se dice en la canción del grupo "La Gossa Sorda", con los "camals mullats" (perneras mojadas).
A las 15:20 dimos por finalizada nuestra etapa de hoy. Procedimos con el refrescante baño de pies y buscamos una gasolinera para comprar unas cocacolas y después, dirigiéndonos a Ontinyent encontramos un buen sitio para pararnos a comer los bocatas que portábamos, dando por finalizada esta ruta que nos ha resultado muy entretenida, a la par que hemos disfrutado con los colores cambiantes de las nubes típicos de los días de viento, del esfuerzo por el ritmo que imprimimos en la jornada e incluso del tramo adicional. Como dijo Manuel Carlos al terminar: "A una ruta como ésta, de aniversario, bien se merecía que le hiciéramos un extra".
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
Etiquetas:
02-GR-7 Comunidad Valenciana,
Valencia
2 comentarios:
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Vaya recorrido más majo, Pablo. Y por lo que he visto en los datos ¡le pegásteis caña!
ResponderEliminarSaludos,
Nuestra mas sincera enhorabuena al trio, cualquier mañana almorzais en Lisboa. Un saludo
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