Albarracín. Barranco del Cabrerizo, Pinturas Rupestres del Prado del Navazo y visita fluvial.

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Esta semana nos acercamos a la población turolense de Albarracín. Llevaban mucho tiempo Jose y Mari diciéndonos que nos acercáramos, ya que ellos veranean allí y son conocedores de la zona y ante los calores de estas semanas nos decidimos por hacer esta visita turístico-senderista.

Jose nos preparó lo mejor de dos rutas: la parte que va por dentro del Barranco del Cabrerizo hasta las pinturas rupestres y un trozo de la ruta fluvial. Para hacer la ruta lineal dejamos primero un coche en la zona recreativa del Prado del Navazo y bajamos con el otro hasta Albarracín.

Pasando por un aula de interpretación donde se explica una avanzadilla de lo que es el parque de Dinópolis, nos metimos enseguida en el Barranco del Cabrerizo.

El barranco encandila con las formas de las piedras y los colores del rodeno.

Pasamos por la Fuente de la Cruz, sin agua, aunque todo el entorno del barranco se mostraba frondoso. Debe ser una pasada cuando rezume agua por todas las piedras.

 De la Fuente del Cabrerizo sí que manaba un buen chorro de un agua muy fresquita.

 Visitamos el primer abrigo que está en el mismo barranco, pero en éste, por más que nos esforzamos no conseguimos ver las pinturas.

 Más adelante pasamos por otra fuente de la que caían apenas unas gotas y despreciamos por la diestra la subida a un mirador para el que se hay dispuestos más de 250 escalones.

 Salimos del fenomenal barranco y llegamos al Área recreativa del Prado del Navazo donde, en unas mesas de piedra nos dispusimos a almorzar.

 Una vez apaciguados los estómagos continuamos con nuestra ruta, visitando ahora los seis abrigos con pinturas rupestres que vimos en la zona. Se dice que estas pinturas, junto a las de las Cuevas de Altamira, fueron de las primeras en reconocerse como prehistóricas en España.

 En la última imagen superior puede verse una roca de rodeno con manchas blancas. Éstas son debidas al magnesio que utilizan los escaladores para practicar un deporte que es muy popular en esta zona: el Boulder, o Bouldering, del que podéis ver en este vídeo una pequeña muestra publicada en youtube. Se trata de ir agarrándose con pies y manos y trepar, sin ayuda de cuerdas pero a muy poca distancia del suelo. De hecho resulta chocante ver a los practicantes de esta modalidad cómo se dirigen hacia las piedras cargados con unas colchonetas cuadradas que parecen los asientos de espuma de sofás y que les sirven  para amortiguar los golpes de las pequeñas caídas:

Nos acercamos a asomarnos al mirador sobre los cortados del paraje protegido de los Pinares de Rodeno y tomar una panorámica de la zona.

Esto no son pinturas pero bien podrían haber sido esculturas, aunque son formas casuales producidas por la naturaleza. La primera parece la cara de un guerrero mirando hacia la derecha y la segunda es la llamada roca de la cara del gorila.

 

Terminamos con las visitas a los abrigos en el punto de información del arte rupestre que hay en el área recreativa, cogimos el coche que habíamos dejado antes y volvimos al pintoresco pueblo de Albarracín.

Aparcamos en un parque cerca del río y comenzamos la ruta fluvial pasando por unos puentes de madera que parecían pasos levadizos y que se movían al pasar, cruzando así un manso río Guadalaviar, antesala del río Turia hasta Ademúz. De este tramo no he puesto track al final de la crónica porque no hay pérdida.

Arriba podía verse el edificio de la Fundación Santa María que, entre muchas de sus actividades, organiza concursos de pintura en la zona.

No es de extrañar ante estos paisajes.

Con este entorno, uno hasta se anima y todo.

En el cauce pueden verse truchas jóvenes y algunas norias. Pasamos por una pasarela que a media altura nos llevaba al lado de la pared de rocas y que en una de sus revueltas nos dejó ver una buena imagen de las murallas.

Llegamos de vuelta a Albarracín y comenzamos a callejear por la población, que tiene un encanto especial y donde no me cansaba de hacer fotos.

En un patio de unas casas se podía ver un mosaico que mostraba cómo estaba dispuesto el recinto amurallado en la antigüedad.

Llegamos a la Plaza Mayor, donde se encuentra el Ayuntamiento y en una de las ventanas a la derecha de las banderas, hay una cámara web que funciona las 24 horas y desde la que se puede ver en directo este lugar.

Nos acercamos a visitar la Catedral pero, aunque estábamos dentro del horario, permanecía cerrada y no se podía entrar.

Volvimos al parque donde teníamos el coche y dimos por finalizada esta ruta-visita turística en la que hemos contado como guías con la ayuda de nuestros compañeros de todos los sábados, Mari y Jose, a los que les agradecemos desde aquí la fenomenal acogida y todas las pormenorizadas explicaciones.

Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track pulsanso aquí: PABLOONCE