A la cita acudieron Pili, Ángela, Ana, Quico, Juan Carlos, Paco, Manuel Carlos y un servidor. A las 7:30 ya estábamos aparcados en el punto de inicio. Elegimos la placita donde tiene parada el autobús, que además en la esquina tiene una pequeña fuente con grifo y que nos serviría para refrescarnos al final de la ruta.
Hacia el este se veían las estelas de muchos aviones a la vez, que parecía que salían despavoridos en estampidas como hacen las perdices cuando nos acercamos en el monte.
Ya veíamos ante nosotros la situación de la canal de las cadenas por donde habríamos de subir.
Y enseguida hubo que meterse en faena disfrutando como niños con las consecutivas trepadas.
En algunos pasos más esforzados no viene mal ayudarse unos a otros.
En este punto y cuando parece que no hay salida, hay que meterse por la grieta que hay entre la pared y esa roca que se apoya en ella. Todo un clásico de este ruta y que siempre llama la atención a los que la hacen por primera vez.
Las personas de cierta envergadura tendrán que quitarse la mochila para poder pasar, pero lo harán sin problemas.
Tras el paso por la grieta, una pared con paso lateral. No hay cuartel.
Todo un rato de pleno disfrute que da hasta pena que se acabe.
Llegamos a la parte superior y final de la canal donde vimos a la derecha esta roca que Manuel Carlos bautizó como la roca del Águila Real.
Salimos de la canal y nos fuimos por un senderillo a la derecha que nos llevaría a la pista. Ésta nos conduciría hasta la Ermita y la zona recreativa del mirador del Garbí.
Zona recreativa con su mirador. Aquí hay unas cuantas mesas de piedra pero nos fuimos al lado del otro mirador que queda más alto para poder almorzar en sus rocas con unas increíbles vistas.
Aquí se nos ve almorzando en las rocas mientras Paco hacía esta magnífica panorámica.
Terminado el almuerzo volvimos al punto desde donde habíamos salido de la canal, aunque por otro sitio para no repetir y continuamos la senda de frente.
La senda nos llevaría al inicio de la pedrera por donde teníamos que bajar.
La pedrera se va cruzando en diagonal hasta que salimos de ella y continuamos por buena senda. Allí enfrente, un poco a la derecha se veía la Mola, adonde nos dirigíamos ahora.
Nos despedimos y continuamos con nuestro camino y abajo, en el inicio de la senda de subida a la Mola había un grupo de gente grandísimo.
Cogimos la senda "tó pa riba" hasta llegar al pilón conmemorativo del Centro Excursionista de Valencia que muestra las direcciones de los lugares más emblemáticos de la zona.
Las vistas desde todos los puntos altos en el fenomenal día que nos había tocado en suerte eran magníficas.
Nos hicimos la foto de grupo y enseguida nos fuimos hacia el vértice, ya que subía el enorme grupo y queríamos llegar antes de que nos lo copasen y poder hacer la foto conmemorativa.
Este es el masivo grupo visto ahora desde el vértice.
Una maravilla, mucho mejor y más entretenido que bajar por el otro sitio, pero para los que quieran hacerlo por el lado más sencillo deben volver a bajar por la senda de subida.
Vista de la canal, en este caso la "caries" de la muela.
El monte se está poniendo en su punto más bonito y si no mirar estas flores...las blancas, me refiero, que en esta zona lo pueblan todo.
Dejamos atrás la Mola, con su característica forma que recuerda a los Western americanos.
La senda de bajada también es muy bonita y unimos con la que venía del otro track por el que habríamos venido de haber bajado por el mismo sitio.
Os dejo con otro Capítulo de "Las Flores de Paco":
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
Buena ruta Pablo y de las que hace afición...y Empinada...jejeje,a pesar de la poca altitud de sus cimas...Seguro que la disfrutareis.Nosotr@s nos vamos a Gudar con una I+D pero sin complicaciones...
ResponderEliminarUn abrazo.
Espectacular Pablo, muchas como esa
ResponderEliminarGracias