Este blog tiene como objetivo aportar mis comentarios, fotos y tracks de las rutas de senderismo en las que participo.
¡¡CONSEGUIDO!! el reto de subir a todos los Vértices Geodésicos de la Comunidad Valenciana de más de 1000 m. ///
Recuerda, como decía Lluis Llach: "Si véns amb mi, no demanis un camí planer, ni estels d'argent, ni un demà ple de promeses, sols un poc de sort... i que la vida ens doni un camí beeeeeen llarg..."
Vía Ferrata Cascada del Sorrosal
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Tras un tiempo barruntando la subida al Moncayo al final pudimos hacerla, aunque estuvo a punto de que no pudiéramos ir, pero a última hora se arregló y nos fuimos para allá. Queríamos tomas como base de operaciones la pequeña población de San Martín del Moncayo y nos alojamos en los apartamentos La Corrala, llamados así porque es una construcción de dos plantas con un amplio "corral" o patio interior donde dan todas las habitaciones. Estas tienen nombres de setas en la puerta y nosotros cogimos una con capacidad de hasta 6 plazas con el nombre "Champiñón".
Llegamos viernes por la tarde y tras una pequeña vuelta por el pueblo buscamos un lugar para cenar y después a dormir, que había que madrugar. El día siguiente amaneció buenísimo como indicaban las predicciones. Con Sol, sin nubes y sin viento. Perfecto para subir al Moncayo, que es famoso por la cantidad de viento que hace allí arriba y que ha hecho en ocasiones que muchos se dieran la vuelta y no pudieran hacer cumbre.
Dejamos el coche en el parking que hay antes de llegar al Santuario y comenzamos a caminar por la pista de acceso a él, que ya nos mostraba lo altos que estábamos respecto a todo lo que nos rodeaba.
En esta imagen se ve claramente la línea que diferencia los pinos replantados, en color más oscuro y las hayas en verde más claro.
Llegamos al Santuario, albergue, restaurante, dormido todavía a esas horas.
Nada más pasarlo hay una fuente de la que mana agua fresca por dos buenos chorros.
Coincidimos un poco con el GR-90, por el que volveríamos y tomamos la senda de la derecha para hacer la subida directa al Moncayo y bajar más suavemente por la otra dando un buen rodeo.
Las sendas son fenomenales y el primer tramo lo hicimos bajo los altos pinos.
Como la senda iba en continuo ascenso, llegó un momento en que la arboleda se acabó y dejó paso a las pedreras. Allá arriba aún quedaban los restos de las ultimas nieves de la temporada.
Entre la pedrera hay una senda que nos iría subiendo serpenteando entre ella.
A la derecha se ve la Cumbre del Moncayo, en estos momentos despejada.
La subida nos deja vistas sensacionales que íbamos disfrutando.
De pronto comenzamos a ver cómo las nubes atravesaban con rapidez la zona del cordal y bajaban hacia nosotros.
El viento comenzaba a arreciar con fuerza conforme nos acercábamos al cordal de la montaña.
Y al llegar al collado superior, el viento llevaba una velocidad impresionante. La niebla lo había cubierto todo y parecía un día completamente distinto al que habíamos comenzado. Nos pusimos los cortavientos y para adelante, eso sí, con la ayuda de los gps, porque por momentos no se veía ni torta.
Sin saber por dónde caminábamos más que mirando nuestros pasos, llegamos a un hito lleno de insignias que va dejando la gente.
Y enseguida vimos este pre-vértice con la imagen de la Virgen del Pilar en lo alto.
Y un poco más allá estaba el vértice oficial sobre una gran base de hormigón. Menos mal que un senderista se ofreció a hacernos la foto de grupo porque no hubiéramos podido sujetar la cámara con ese viento.
Buscamos refugio en el recinto de piedras que hay allí construido al efecto para poder almorzar.
Una vez allí agachados se estaba de lujo y no corría nada de viento. Además, como el viento era fuerte, el ambiente tan pronto se despejaba como se volvía a cubrir.
Una vez disfrutado el almuerzo en la cima, comenzamos el regreso y, aunque las nubes nos habían dado mientras un momento de tregua, enseguida volvieron a estar de nuevo entre nosotros.
Una vez hecha la primera bajada y al volver la vista atrás vimos lo que habíamos subido desde el collado y del que no habíamos visto nada en la subida a causa de la niebla. Subía mucha gente y como el día aparentemente y abajo era tan bueno, lo hacían muchos en pantalón corto y se les enrojecían las carnes del frío.
Continuamos caminando por el cordal y llegamos al Alto del Corralejo.
Al pasar este refugio circular de la misma factura que el de la cima, nos tiramos para abajo por la derecha. Aquí se echa de menos la existencia de fitas que indiquen el camino a seguir y cada uno va bajando por donde elije. De todas formas no hay dificultad.
Allí abajo teníamos el Collado de Morcas.
Nos abandonaron por fin las nubes y volvimos a estar bajo el Sol, aunque el viento permanecía. En ese punto nos cruzamos con Rafa, que venía haciendo una ruta en sentido inverso al nuestro y tras los saludos y los buenos deseos continuamos. Ahora teníamos por delante otra subidita.
En la parte superior llamaba la atención la existencia de un gran prado que hacía que camináramos como sobre el césped.
Allí hay un piloncillo pero no es el verdadero vértice.
Seguimos nuestro camino y ya lo vimos allí esperándonos, el Vértice del Lobera.
Otro senderista que subía se ofreció a hacernos la foto de grupo ya que aquí aún continuaba el fuerte viento.
Con una vista atrás y con la ayuda del zoom podíamos ver la cima del Moncayo, ahora totalmente despejada. Nos gustó el que a nosotros nos hubiera tocado la niebla y el viento fuerte. Le daba un toque aventurero y distinto y lo disfrutamos mucho.
A partir de aquí todo era practicamente descenso y el viento fue amainando poco a poco hasta desaparecer del todo, así como nuestra ropa de abrigo, que se dirigió a la mochila, volviendo a dejarnos un día fantástico y luminoso.
Tras un largo descenso llegamos al Collado de Bellido y allí tomamos el GR-90 por la izquierda, que nos devolvería al Santuario y a los coches.
Este sendero GR-90 es una auténtica maravilla. Recorre la ladera practicamente sin desnivel pasando entre los pinos y si no fuera porque lo sabes podrías creer que estas totalmente en Pirineos. Es como si esta montaña se hubiera desgajado y se hubiera desplazado 200 km más al Sur pero conservando sus características.
Aproximadamente a la mitad de este tramo hay un nacimiento de agua. Está debajo de la senda por la que íbamos, en la parte derecha y se puede recargar agua en caso de necesidad...y muy fresca.
Ahora ya veíamos allá abajo el Santuario.
Llegamos a él, bebimos agua de su fuente y continuamos un poco más hasta llegar al aparcamiento de los coches, dando por finalizada esta ruta que ha superado y con mucho las expectativas con las que veníamos. Añadiendo como guinda las condiciones un poco extremas que se nos presentaron arriba y la hicieron todavía más especial.
Al día siguiente en que nos volvíamos a casa, aún aprovechamos para hacer una ruta por el Hayedo de Penya Roja, que contaremos en la siguiente crónica.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
Muy bien aprovechada la escapada al Moncayo, con ese Hayedo de Peña Roya y por supuesto con la cima del emblemático Moncayo ¡¡¡enhorabuena!!! en la mochila, además de otras cotas de su cuerda sur. Muy guapa esa circular, con muchos más alicientes que subir y bajar por la normal, sin duda. Me la apunto para si alguna vez me da por subir al Moncayo fuera del invierno jeje. Esta ascensión no hubiese sido completa sin la visita del habitual y frío cierzo del Moncayo, veo que no os volvisteis a Valencia sin haberlo sentido en vuestras carnes jejeje. Por cierto, cuando estuvimos en febrero también nos alojamos en la Corrala, y que casualidad, en el apartamento Champiñón.
Hola Dani, que alegría verte. Qué casualidad que estuviéramos en los mismos apartamentos y en la misma habitación. Se ve que nos la tienen reservada a los de Valencia, jeje.
No teníamos muchas expectativas con el Moncayo haciéndolo en veranillo pero la verdad es que nos sorprendió y mucho para bien. Fenomenal ese cambio de tiempo que nos toco, del Sol y buen tiempo a el viento fortísimo y helado con la niebla en la cumbre. Y después, al comenzar el descenso después de subir al Lobera, vuelta al Sol y buen tiempo. Y ese último tramo por el Gr-90 llaneando a mitad de ladera es espectacular. Creemos que el Gr-90 en sí sería una seria posibilidad porque tiene muy buena pinta. Saludos montañeros.
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Hola Pablo.
ResponderEliminarMuy bien aprovechada la escapada al Moncayo, con ese Hayedo de Peña Roya y por supuesto con la cima del emblemático Moncayo ¡¡¡enhorabuena!!! en la mochila, además de otras cotas de su cuerda sur. Muy guapa esa circular, con muchos más alicientes que subir y bajar por la normal, sin duda. Me la apunto para si alguna vez me da por subir al Moncayo fuera del invierno jeje. Esta ascensión no hubiese sido completa sin la visita del habitual y frío cierzo del Moncayo, veo que no os volvisteis a Valencia sin haberlo sentido en vuestras carnes jejeje.
Por cierto, cuando estuvimos en febrero también nos alojamos en la Corrala, y que casualidad, en el apartamento Champiñón.
Un abrazo.
Hola Dani, que alegría verte. Qué casualidad que estuviéramos en los mismos apartamentos y en la misma habitación. Se ve que nos la tienen reservada a los de Valencia, jeje.
ResponderEliminarNo teníamos muchas expectativas con el Moncayo haciéndolo en veranillo pero la verdad es que nos sorprendió y mucho para bien. Fenomenal ese cambio de tiempo que nos toco, del Sol y buen tiempo a el viento fortísimo y helado con la niebla en la cumbre. Y después, al comenzar el descenso después de subir al Lobera, vuelta al Sol y buen tiempo. Y ese último tramo por el Gr-90 llaneando a mitad de ladera es espectacular. Creemos que el Gr-90 en sí sería una seria posibilidad porque tiene muy buena pinta.
Saludos montañeros.