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sábado, 1 de junio de 2019

2019 - 06 Picos Martés y Ñoño y las 3 Sorores del Martés / A+ 680 m / 14,11 km


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Esta semana la ruta propuesta era volver a hacer una que realizamos en 2013 sólo 3 integrantes del grupo y en el que hicimos una interesante y divertida extensión a lo que en aquella ocasión denominamos como las 3 Sorores del Martés por la semejanza en forma, que no en altura, a las de Pirineos. hace unas semanas vi que la recorrió también el amigo Dani Alcalá (Per dalt i per Baix) haciéndole una pequeña variante.

De este modo, a la par que ofrecíamos conocer la extensión de la ruta al resto del grupo, aprovecharíamos para quedarnos a comer en el restaurante-carnicería Iranzo de Venta Gaeta y así disfrutaríamos de la mañana completa.


A la cita acudieron Ana, Pili, Mari, Ángela, Jose, Quico, Juan Carlos, Nolo y un servidor.



Antes de las 8 ya comenzamos a caminar entre los verdes pastos dirigiéndonos a las faldas de la Sierra del Martés. Una gozada lo verde que estaba todo y sentir el frescor de esas primeras horas.




La pista, que va siguiendo el GR-7, pronto se  convertiría en senda y al llegar a un poste indicativo de bifurcación, nosotros tomaríamos la derecha y volveríamos por la izquierda. Aquí se encuentran los dos desniveles más fuertes de toda la ruta, el de la derecha que cogeríamos ahora de subida es bastante exigente, pero no lo es menos el de la izquierda de bajada al final.






Como se puede observar cogíamos altura rápidamente.


Allá entre los prados y, en esta época, semejando a cualquier estampa de Asturias, estaba la población de Venta Gaeta de donde habíamos salido.


Al fondo las dos columnas de vapor de las torres de la central nuclear de Cofrentes y detrás de ellas y aumentadas con el zoom tierras más lejanas hacia la parte de Ayora, Puntal de Arciseco y Sierra del Mugrón. Zonas visitadas que recordamos con nostalgia. 





Llegamos al Collado de Pepín y a nuestra derecha ha podíamos ver parte de las Tres Sorores que visitaríamos después y más allá la silueta puntiaguda del Pico del Ave.










Esta piedra al lado de la senda estuvo a punto de subir a mi mochila: "la cara del perro", pero era mucho peso para estar al todavía al principio de la ruta.






Llegamos al Pico del Martés y su vértice y al lado de la caseta que hay un poco antes nos dispusimos a almorzar para así tener Sol y sombra, según las preferencias. Habíamos elegido volver a hacer el mismo recorrido que en 2013 porque así Ana se quedaría aquí a esperarnos hasta que volviéramos de hacer la extensión de las Sorores, ya que a la vuelta pasaríamos de nuevo por aquí.


 Desde aquí, y en un día como hoy, las vistas son muy buenas. Al fondo el embalse de Forata.









La Sierra del Ave.


Comenzamos a caminar en esa dirección intentando seguir el cordal de la Sierra y pronto tuvimos que hacer las primeras destrepaditas.







El Ave aumentado con el zoom.










La aventurilla es casi continua y bastante entretenida.






En este paso hay una sombra para descanso muy aprovechable.








Aquí se puede ver con claridad la línea que indica la frontera entre lo que se quemó en 2012 y lo que se salvó. Nos ha alegrado ver que después de 7 años desde la última visita en que estaba todo gris de ceniza, la zona ha recuperado al menos los todos verdes y van creciendo las carrascas y el monte bajo.


Mirad cómo lo vimos en 2013:



 A partir de aquí estaba todo calcinado. Nada que ver con el aspecto que presenta ahora, bastante más recuperado.






En la imagen superior vista de la balsa de agua de Cortes de Pallás, con la vista de la tubería de desagüe hacia la central eléctrica y las fajas de sus laderas. Me hicieron recordar una ruta de investigación que me marqué en solitario y rememoré los intentos que hice en aquella ruta.

Podéis leerla aquí: Vértice Cuesta Millares

 Sólo de ver el track sobre el mapa ya te cansas, jeje. Salí de  Cortes de Pallás para intentar seguir una senda que salía desde la central eléctrica, pero cuando llegué había habido desprendimientos de tierra y la zona estaba acotada, por lo que me tocó improvisar ya de inicio. Bajé a la carretera y la seguí desviándome por las pistas que me fueran acercando a las fajas. Tomé una que seguí como pude durante bastante tiempo pero necesitaba subir a la faja superior y no encontraba por dónde. Al final conseguí subir y llegar hasta el vértice Cuesta Millares. Recuerdo el almuerzo en solitario en el vértice pensando que la primera parte de la aventura ya la había podido hacer, pero ahora habría que volver e intentar superar otra incógnita. Me dirigí a la balsa y la bordeé por la derecha para llegar a la tubería esa que se ve en la imagen superior. La idea era pasar siguiendo la valla por encima de ella y unir con la senda clásica de bajada de cuando se hace la ruta de La Cortada, pero al llegar allí la acción entrañaba cierto riesgo y 15 metros de dificultad me hicieron dar una vuelta completa a toda la balsa, y no es pequeña. En fin, bien está lo que acaba bien y puedes contarlo, jeje.

Llegamos a la última de las tres lomas, la de la Ventolera y desde allí vemos a Mari señalando a un monte con forma de casco: El Motrotón, en las cercanías de Yátova.



Ahora tocaba disfrutar con los pasos de la cresta a la vuelta.



Esto teníamos por delante.


Se puede observar a la derecha de las rocas un grupo de vegetación que se salvó de las llamas.




Pasamos de nuevo por el Martés, recogimos a Ana que estaba allí tan plácidamente y continuamos por la cresta hacia el Ñoño.








Las últimas rampas por la pista cementada para llegar al Ñoño ya van pesando en las piernas.



Regresamos a la pista y en la primera curva hay que salirse de ella para tomar el monte a través. No hay senda definida y hay bastante desnivel, por lo que hay que tomárselo con calma e ir bajando en diagonal hacia la izquierda hasta llegar a un collado donde confluye una pista que va por debajo. Este centinela nos indica la dirección a seguir.


Llegamos a la pista y la seguiríamos. Nos iría bordeando el Ñoño hacia la izquierda y pasaríamos bajo él. Más adelante hay que estar atentos a desviarse por una senda que nos saldría por la derecha. Hay fitas de piedra. Más adelante y antes de enlazar con la desviación de la senda que en la mañana hicimos de subida, vendrá una fuerte bajada en la que hay que ir con precauciones para no resbalar.




Y después uniríamos con la senda de la mañana llegando al pequeño grupo de casas de Venta Gaeta, donde la imagen de la comida que íbamos a tener a continuación nos mantenía animados y con ganas de llegar.



Tratar de hacer esta ruta en épocas en que no haga mucha calor y llevar abundante agua pues no hay ningún punto de recarga en todo el recorrido.











Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE




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