Como la familia quiere que les organice rutas de vez en cuando y no quiero perder mis salidas de los sábados con el grupo, en ocasiones me toca “doblar” como en este fin de semana, en que he salido sábado y domingo.
Como ellos no están acostumbrados a mucho pateo intento elegir rutas no muy largas, fáciles y que sean vistosas para que les siga apeteciendo salir. Para esta ocasión elegí la de Peñacortada. En muchas crónicas he visto el famoso acueducto y la gente caminando sobre él y tenía ganas de verlo en directo y sentirme dentro de esas fotos.
El día aparecía brumoso pero se fue despejando y al final hacía hasta calor. Llegamos a Calles por la CV-35 y aparcamos al lado del río. Iniciamos el recorrido dirigiéndonos hacia la Ermita de Santa Quiteria. Tras rebasarla vimos en un chalet una caprichosa construcción y un cartel que anunciaba nuestro destino pero me llamó la atención que pusiera “Piedra Cortá”, así, tan castizo. Lo de 3 km., es si se sigue directamente a Peña Cortada, pero nosotros nos desviamos antes. Nuestra ruta tuvo unos 9 kilómetros.
Pasamos por debajo del viaducto y nos introducimos en la Rambla de Alcotas. Aquí hice el cambio porque al llegar a un poste que indica seguir recto hacia Peña Cortada o ir a la derecha hacia Torre Castro, decidí primero ir hacia éste y hacer primero la subida estando frescos y dejar lo bueno, con los túneles y el acueducto para el final.
Comenzamos la ascensión que no nos daba mucha tregua y al fondo asomaba el Pico del Remedio de Chelva con sus antenas, famoso porque hace unos meses parte del Grupo Rocacoscollá participó en una media maratón que incluía la dura subida a ese pico (vale, es broma el que sea famoso por eso, pero no el que participáramos).
Al culminar la subida llegamos a Torre Castro, una cueva en la roca con restos de piedras, en la que se entra por una parte y se puede salir por la otra para continuar. Desde allí se tenía otra inmejorable imagen del Pico del Remedio que se ve en esta ocasión con una perspectiva que le hace parecer un gran volcán.
Al comenzar la bajada y a la sombra de unos pinos decidimos parar a almorzar. Una vez repuesta la energía continuamos el descenso por un tupido barranco en que la senda baja encajonada. Lo crecido de las plantas y el que hay varios pinos caídos hace que a veces se tenga que pensar por dónde es mejor pasar.
El barranco desemboca en la senda de subida a Peñacortada, muy pisada. Hay que ver la cantidad de gente que circula por esta senda.
Continuando, llegamos a los primeros túneles y ya vimos al fondo el corte de la peña, o sea, la "Peña" "Cortada". Como diría Belén Estéban: "¿Me entiendes?"
Y comenzamos a atravesar los túneles, yo agachado, que los romanos se ve que eran algo más bajitos. Uno de los tramos es completamente oscuro y cuando te cruzas con la gente tienes que ir a la palpa.
Llegamos a donde está el corte de la peña. He leído que todavía la gente se pregunta el porqué los romanos hicieron aquí este corte en la montaña cuando podían haber hecho otro túnel más como los otros y ahorrarse esta faena extra, pero no he encontrado una explicación convincente a este punto.
Al salir de la grieta enseguida está el esperado acueducto romano. Fotos de rigor,…., a cruzarlo…., más fotos y a comenzar el regreso.
Volvimos sobre nuestros pasos hasta enlazar con la senda de regreso que comienza con una bonita senda de bajada en zigzag protegida por barandillas de madera y termina con un puente y escalones que nos dirigen a un arroyo. Como teníamos calor y queríamos descansar un rato decidimos parar en la sombra y poner los pies en el agua y aprovechamos que nos habíamos traído las zapatillas de agua por si había charcos en los túneles, que no nos queríamos haber perdido la vista del acueducto por nada del mundo.
Un saludo y hasta la próxima.
Podéis descargaros el track clicando aquí:
PABLO ONCE
SOLO PIDO POR FAVOR QUE NO SE
ResponderEliminarVUELVA A REPETIR OTRA DESGRACIA COMO LA DE ESTE VERANO . POR FAVOR UNAS BARANDILLAS EN EL ACUEDUCTO ROMANO A QUIEN CORRESPONDA !!