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"I'm walking... and thinking... in the rain"
Esta semana hemos hecho la segunda etapa del GR-7 en su recorrido por la Comunidad Valenciana organizado por Kiquet. La etapa planteada discurría desde la localidad de El Boixar hasta la población de Morella.
A la cita acudieron Kiquet, Carmen-K, Mari y Jose, Juan Carlos y un servidor.
Esta vez, para solventar las dificultades propias de las rutas lineales, y como éramos 6 participantes, fuimos con el coche de Kiquet y el mío a Morella. Allí Kiquet dejó aparcado el suyo y cogió el mío y se fue con él al inicio de la ruta, a El Boixar. En esta ocasión las circunstancias era propicias pues, yendo de Morella hasta El Boixar en coche, eran 30 km y se tardaba sólo media hora. De esta manera, Juan Carlos y yo haríamos la ruta desde Morella hacia El Boixar. En este sentido la ruta tiene algo más de desnivel, y los otros cuatro dejarían mi coche en El Boixar y caminarían hasta Morella. Cuando nos encontráramos en el recorrido me darían las llaves, así, al llegar nosotros a El Boixar, ya cogeríamos nuestro coche y nos reuniríamos con ellos en Morella.
Las previsiones meteorológicas para el día no eran muy halagüeñas. Iba a estar nublado, con algunas lloviznas intermitentes y rachas de viento.
Cuando llegamos a Morella estaba nublado y nos pusimos a andar. El GR-7 cuando llega a Morella discurre unos 3 kilómetros por la misma carretera. Debería intentarse salvar esta nota negra en este bonito recorrido haciendo que pasara por otro sitio más acorde a sus características, pero parece que hay dificultades porque habría de atravesar campos particulares cuyos propietarios no están muy por la labor.
Hemos cambiado de mes y, aunque estamos en pleno mes de las flores, el día no acompañaba mucho para la fotografía lirica y pastoral ¡Cómo pasa de rápido el tiempo! Es como si te hubieran robado el mes.
A la cita acudieron Kiquet, Carmen-K, Mari y Jose, Juan Carlos y un servidor.
Esta vez, para solventar las dificultades propias de las rutas lineales, y como éramos 6 participantes, fuimos con el coche de Kiquet y el mío a Morella. Allí Kiquet dejó aparcado el suyo y cogió el mío y se fue con él al inicio de la ruta, a El Boixar. En esta ocasión las circunstancias era propicias pues, yendo de Morella hasta El Boixar en coche, eran 30 km y se tardaba sólo media hora. De esta manera, Juan Carlos y yo haríamos la ruta desde Morella hacia El Boixar. En este sentido la ruta tiene algo más de desnivel, y los otros cuatro dejarían mi coche en El Boixar y caminarían hasta Morella. Cuando nos encontráramos en el recorrido me darían las llaves, así, al llegar nosotros a El Boixar, ya cogeríamos nuestro coche y nos reuniríamos con ellos en Morella.
Las previsiones meteorológicas para el día no eran muy halagüeñas. Iba a estar nublado, con algunas lloviznas intermitentes y rachas de viento.
Cuando llegamos a Morella estaba nublado y nos pusimos a andar. El GR-7 cuando llega a Morella discurre unos 3 kilómetros por la misma carretera. Debería intentarse salvar esta nota negra en este bonito recorrido haciendo que pasara por otro sitio más acorde a sus características, pero parece que hay dificultades porque habría de atravesar campos particulares cuyos propietarios no están muy por la labor.
Hemos cambiado de mes y, aunque estamos en pleno mes de las flores, el día no acompañaba mucho para la fotografía lirica y pastoral ¡Cómo pasa de rápido el tiempo! Es como si te hubieran robado el mes.
A las 7:20 comenzamos a andar por ese tramo de carretera, que más tarde abandonamos por la izquierda.
Caminamos ahora por una pista entre campos de trigo "windows" y veíamos al fondo la niebla hacia donde nos dirigíamos.
Salió a nuestro encuentro por la derecha una gran poza con una bonita cascada y más tarde un pozo rústico. Ahora ya nos metimos de lleno en la niebla y chispeaba de vez en cuando.
Aunque durante todo el recorrido no llovió con fuerza, la intermitente llovizna te iba calando, por lo que optamos por ponernos los chubasqueros. Desestimamos la opción del paraguas porque el viento en ocasiones soplaba con rachas fuertes, pero sólo en el principio de la jornada.
Llegamos al Peiró trencat, lugar donde confluye (empieza o termina, según le convenga a uno) una variante del GR-7 que llega hasta Vallibona por otro recorrido. Ángel Salóm, oriundo de esta población, me había comentado en conversaciones previas que esa variante es mucho más frondosa y bonita que el recorrido digamos... oficial, aunque éste tampoco está mal. Utilizaré parte de esa variante en la futura ruta que tengo prevista para subir al vértice del Tossal Gros con los Más de Mil, utilizando una ruta de Ángel que creo que estará muy bien.
La niebla y la lluvia le dan otro punto a la visión de los senderos. El viento desaparece, los ruidos cesan y flota un sentimiento de calma y paz que te embarga y hace que te sientas afortunado de poder estár ahí. Casi te dan ganas de empezar a bailar y hacer el payasete con el paraguas...
Cuando se iban haciendo las 10 andábamos pendientes de encontar un lugar donde poder almorzar y lo encontramos en el Mas del Cap de la Umbría, donde en unos bancos de piedra que había bajo un porche muy bien cuidado repusimos nuestras fuerzas.
Continuamos y vimos desde lejos la población de Vallibona. Pasamos por delante del poste que indica el inicio (o el fin) de la variante del GR que comentaba antes y dejando el pueblo a nuestra derecha seguimos ahora por una pista cementada en empinada subida.
Esta pista nos ofrece una buena vista del Barranc de la Gallera. Dejamos la pista por la izquierda y seguimos una senda que nos sube y nos hace llegar a un plano.
Allí vimos con alegría a la otra parte del grupo caminando en sentido contrario a nosotros. A ellos no les había llovido nada, mientras que a nosotros la llovizna nos había acompañado la mayor parte del tiempo.
Nos hicimos la foto de grupo ya que a partir de aquí cada uno iba a seguir de nuevo con su camino.
Nos intercambiamos las anécdotas de cada minigrupo y nosotros continuamos por el cauce del Barranc de la Gallera un largo tramo de unos 4 kilómetros.
Salimos del barranco en las inmediaciones del Mas de Prades y circulamos por una pista a buen ritmo de marcha y de conversación. Como la niebla espesaba, nos dimos cuenta más adelante de que hacía rato que no veíamos marcas de GR. Consulté el GPS y comprobamos que teníamos que habernos desviado antes a la derecha, por lo que tiramos campo a través para enlazar con el track. Ir campo a través aquí no reviste ninguna dificultad, ya que la vegetación no molesta en absoluto.
Nos situamos sobre el track y continuamos aunque la niebla se espesaba cada vez más. Debíamos estar atentos ahora pues había un momento en que deberíamos desviarnos por la derecha, ya que nosotros dos queríamos aprovechar que el GR pasaba muy cerca de un vértice Más de Mil para subirlo de paso. Cuando pasamos por el waypoint que tenía marcado en el GPS y al sonido de "¿qué pasa nen?" nos desviamos por la derecha.
Aunque al principio una senda nos dirige más o menos hacia el vértice, al final lo tuvimos que encontrar a la palpa debido a la espesura de la niebla. Las vistas desde aquí... como clavijo: ¡ni un pijo! No sabemos como será en un día despejado. Nos hicimos la foto de rigor en el vértice nº 52 en altura de la Comunidad Valenciana, Devesa, con 1224 m de altitud y situado en el Término Municipal de La Pobla de Benifassá y seguimos hasta nuestro destino final.
Como la llovizna no paraba, la cámara fue a descansar al fondo de la mochila. Llegamos a la población de El Boixar, cogimos del coche las bolsas con la ropa para cambiarnos y bajamos al, ya conocido por nosotros, bonito lavadero, y que hemos visitado en tres ocasiones en poco tiempo.
Nos aseamos, nos hicimos la foto del baño de pies y comimos a resguardo del acogedor recinto. Cuando terminamos, nos montamos en el coche y fuimos a Morella, muy despacio porque la niebla no nos dejaba ver más allá de 15 metros durante buena parte del trayecto. Allí nos estaba esperando el resto del grupo, nos saludamos y emprendimos el regreso a casa.
Nos aseamos, nos hicimos la foto del baño de pies y comimos a resguardo del acogedor recinto. Cuando terminamos, nos montamos en el coche y fuimos a Morella, muy despacio porque la niebla no nos dejaba ver más allá de 15 metros durante buena parte del trayecto. Allí nos estaba esperando el resto del grupo, nos saludamos y emprendimos el regreso a casa.
Una ruta agradable de recorrer y que, aunque con la niebla tenía su encanto, seguro que tiene mucho que ofrecer a las retinas en un día despejado ya que la zona es una maravilla.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track pulsando aquí: PABLOONCE
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