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"Improvisando la improvisación"
"Improvisando la improvisación"
Este sábado había preparado una ruta para subir dos vértices a lo largo de la Sierra del Negrete, ya que están bastante cerca. El nº 34, Negrete, con 1292 m de altitud y el nº 35, Marisancho, con 1291 m, ambos situados en el Término Municipal de Utiel, en Valencia.
Aparcaríamos en la Ermita del Remedio, cerca de Casas de Medina. Primero bajaríamos a la Rambla del Remedio, punto más bajo de la ruta (km 4,5). La cruzaríamos y comenzaríamos a subir. Anunciaba en la propuesta que habría un punto en que para unir nuestro camino con la pista superior, lo haríamos a través del cortafuegos y que sería un km con un desnivel importante, de subir poco a poco, pero el viernes repasé la ruta y cambié esa subida por otra más llevadera. Llegaríamos a las Antenas (km 9) donde estaría previsto que almorzáramos. Desde ahí iríamos al Vértice del Negrete (km 11,5), cogeríamos un trozo del Barranco del Hontanar y, por el Camino del Barranco del Choto llegaríamos al segundo Vértice, Marisancho (km 15,5). Continuaríamos hacia la Fuente del Hontanar (km 19) y llegaríamos del vuelta a la Ermita (km 21,3).
Aparcaríamos en la Ermita del Remedio, cerca de Casas de Medina. Primero bajaríamos a la Rambla del Remedio, punto más bajo de la ruta (km 4,5). La cruzaríamos y comenzaríamos a subir. Anunciaba en la propuesta que habría un punto en que para unir nuestro camino con la pista superior, lo haríamos a través del cortafuegos y que sería un km con un desnivel importante, de subir poco a poco, pero el viernes repasé la ruta y cambié esa subida por otra más llevadera. Llegaríamos a las Antenas (km 9) donde estaría previsto que almorzáramos. Desde ahí iríamos al Vértice del Negrete (km 11,5), cogeríamos un trozo del Barranco del Hontanar y, por el Camino del Barranco del Choto llegaríamos al segundo Vértice, Marisancho (km 15,5). Continuaríamos hacia la Fuente del Hontanar (km 19) y llegaríamos del vuelta a la Ermita (km 21,3).
A la cita se apuntaron: Mari y Jose, Manuel Carlos, Paqui, Miguel, Ivelina y un servidor.
En la zona existen 3 PRs circulares de los que intenté aprovechar lo que nos venía bien para hacer la ruta circular que incluyera los dos vértices y el resto lo improvisé intentando, como siempre, evitar la mayor parte de pista posible.
Aparcamos en el área recreativa de la Ermita del Remedio y a las 7 de la mañana comenzamos a andar hacia la Rambla del Remedio. Quedaban rastros de nieblas bajas que desaparecerían enseguida que calentara un poco el Sol.
En la zona existen 3 PRs circulares de los que intenté aprovechar lo que nos venía bien para hacer la ruta circular que incluyera los dos vértices y el resto lo improvisé intentando, como siempre, evitar la mayor parte de pista posible.
Aparcamos en el área recreativa de la Ermita del Remedio y a las 7 de la mañana comenzamos a andar hacia la Rambla del Remedio. Quedaban rastros de nieblas bajas que desaparecerían enseguida que calentara un poco el Sol.
A estas horas tan tempranas pillamos a las arañas en plena faena de tejer sus redes.
Tras cruzar la Rambla del Remedio comenzamos a ascender, levemente al principio y con tramos bastante empinados más tarde. Veíamos a lo lejos las antenas donde teníamos previsto almorzar y surgieron los comentarios jocosos habituales de que si por qué no íbamos rectos, que si menuda vuelta... todo de broma y de buen rollito. Si fueramos recto acabaríamos enseguida y a casa.
Cruzamos un frondoso vallecito antes de que la subida se tornase dura.
La senda de subida estuvo preciosa y cada uno se impuso su propio ritmo, esperandonos en las bifurcaciones hasta que nos veíamos para que no hubiera riesgos de pérdidas.
Cada vez teníamos más cerca las antenas. Por lo menos ya estábamos casi en su cota de nivel, pero aún se hacían de rogar.
Ahora ya las teníamos a tiro. Sólo había que subir por ese cortafuegos.
Una vez arriba vimos la caseta de vigilancia forestal y en su parte lateral, en un murete "a sol y sombra", sacamos las viandas y nos metimos en faena. Dos botas para los que éramos... así costaba después reanudar la marcha, jeje.
Desde este punto veíamos en la primera imagen que en la montaña siguiente asomaba el Vértice del Negrete, que era nuestro próximo objetivo. Algo más tarde, hacíamos la foto contraria, como podemos ver en la segunda imagen, ya desde el vértice.
Desde este punto veíamos en la primera imagen que en la montaña siguiente asomaba el Vértice del Negrete, que era nuestro próximo objetivo. Algo más tarde, hacíamos la foto contraria, como podemos ver en la segunda imagen, ya desde el vértice.
Aunque el track que había planteado indicaba que debíamos volver hacia atrás un tramo, no pudimos retistirnos a bajar directamente hacia la carretera. Se consultó al grupo y todos aceptaron la idea aventurera, por ello nos lanzamos por la empinada pendiente sin encontrar ningún obstáculo.
Bueno, hasta que llegamos a la carretera, donde había un corte de unos dos o tres metros. Primero bajé yo de prueba para localizar un punto cómodo por el que bajar, pero no encontré ninguno mejor que el que yo había empleado, por lo que ayudándonos unos a otros bajamos todos. Acto seguido y como teníamos la adrenalina todavía en el cuerpo, dije que ahora que estábamos animados podíamos ir a por otra, así que saltamos el guarda rail de la carretera y bajamos directamente para encarar el Barranco del Hontanar, saltándonos de nuevo el track previsto.
Cuando terminamos el barranco, abocamos a una pista que cogimos por la izquierda y a los pocos metros volvimos a saltarnos el plan inicial de ese tramo de pista a la vista de un bonito cortafuegos que nos salía por la izquierda y que se nos ocurrió subir para después ir por la cresta de la montaña. Fue un acierto ya que, al circular por lo alto de la sierra, nos acariciaba una brisa fresca que no soplaba abajo en la pista y además íbamos todo el rato contemplando una vista tan amplia de la Plana de Utiel que la vista se perdía en el horizonte.
Después, tras un tramo de pista llegamos al segundo vértice de la jornada, Marisancho, que está suplementado y bastante alto.
Después, tras un tramo de pista llegamos al segundo vértice de la jornada, Marisancho, que está suplementado y bastante alto.
Tras la visita al vértice tocaba un largo y empinado descenso.
Tras pasar la pista que lleva a la Fuente del Águila, tenía previsto utilizar una vieja senda que encontramos y seguimos durante medio kilómetro pero al final se fue cerrando hasta que nos impidió el paso. Intentamos buscar la continuación pero como el calor ya apretaba y no queríamos meternos en berenjenales a aquellas horas, optamos por la razonable opción de darnos la vuelta (cosa que no suele suceder), volver a la pista y buscar un camino más cómodo.
Es que hay veces en que no se puede tener todo... aunque se quiera hasta la cena... ¡que ya es el colmo! jaja.
Es que hay veces en que no se puede tener todo... aunque se quiera hasta la cena... ¡que ya es el colmo! jaja.
Bueno, ahora en serio, (que tampoco), lo que pasa es que siempre queremos más en lugar de querer menos. Es normal y con ese espíritu luchador salimos cada sábado a la montaña.
A mitad de este recorrido, Manuel Carlos que también trató de encontrar otra salida, encontró una fuente que no tenía relacionada en el mapa y de la que manaba un buen chorro de un tubo (primera imagen) y que aunque no fuera apta para beber, seguro que puede utilizarse para refrescarse.
Más tarde volvimos a enlazar con el track previsto y pasamos por el Área recreativa del Hontanar y nos refrescamos, ahora sí, con su agua fresca.
Más tarde volvimos a enlazar con el track previsto y pasamos por el Área recreativa del Hontanar y nos refrescamos, ahora sí, con su agua fresca.
Tras una breve parada continuamos nuestro camino y al cruzar la carretera vimos que pasaba un rally de coches antiguos y estuvimos saludándolos gritando y ellos nos pitaban con sus bocinas de sonidos musicales.
Llegamos a los coches y como vimos que de la fuente que está al lado de los paelleros sólo salía un minúsculo chorrillo, nos montamos en los vehículos y fuimos 500 metros en nuestra dirección de salida hasta la zona de camping, donde ya habíamos localizado otra fuente con abundante agua.
Nos refrescamos y procedimos al clásico y relajante baño de pies.
Nos refrescamos y procedimos al clásico y relajante baño de pies.
Una buena jornada senderista donde ha salido bien lo de evitar las pistas de esta zona para lo que queríamos hacer y hemos circulado por sendas muy agradables. Hemos disfrutado con la montaña y hemos salpimentado la ruta con pequeñas dosis de aventura que nos la han hecho más amena todavía. La compañía... un buen rollo excepcional. Nos ha encantado que se nos incorporara hoy Ivelina y esperamos que repita pronto, a la que no veíamos desde hace más de un año y que es de las personas que disfrutan y se apasionan con esto que nosotros hacemos cada sábado y que no por ello se convierte en rutinario sino que esperamos cada día de la semana para que llegue el momento en que tengamos que enfentarnos de nuevo a lo..... ¡inesperado!
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track pulsando aquí: PABLOONCE
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