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"Bien está lo que bien acaba"
Para este sábado había preparado una ruta para subir al Vértice Geodésico nº 37 en altura de la Comunidad Valenciana, Escalamunda, con 1288 m de altitud, situado en el Término Municipal de Vistabella del Maestrazgo, en Castellón. El llamativo nombre parece provenir, según los filólogos, del término “Esclaramonda”, que era de uso común en la Edad Media. En algunos textos aparece, por ejemplo, el nombre de Esclaramonda de Foix como esposa de Jaime II de Mallorca allá por el 1300.
Aparcaríamos en Vistabella y comenzaríamos a andar por el Camino de las Sierras, que coincide en parte con el GR-7 y subiríamos por detrás de la loma hasta el vértice Escalamunda (km 7). Bajaríamos entre azagadores y volveríamos a conectar con el GR. Lo seguiríamos un pequeño tramo hasta pasar el Mas de la Coixa, donde lo abandonaríamos por la derecha (km 9,5). Avanzaríamos a media ladera del Barranc del Mas de Coix por una antigua senda que nos llevaría a la Font del Perdigó y llegaríamos a una fuerte bajada que estaría combinada con pedreras. Seguiríamos buscando el mejor paso hasta que llegáramos al Barranc del Forcall (km 12,5), desde donde seguiríamos parte de un track de Goterris que, por pista, nos llevaría hasta la Cova Santa (km 16), Mas de les Roques y a los coches (km 22).
A la cita acudieron Jose y Mari y un servidor. A las 7:30 ya estábamos en el punto de inicio, en la gasolinera de Vistabella con una temperatura de unos agradables 17 grados.
Empezamos en bajada por el GR 7 y tras tomar unas fotos de la fabulosa visión del amanecer que se nos brindaba, Jose y Mari continuaron, mientras yo me quedaba un momento para intentar grabar ese instante.
Retomé la marcha y cuando me estaba acercando a ellos vi una manada de 5 cabras montesas que estaban pasando por su lado y me dije que qué afortunados eran y qué magníficas fotos les habrían sacado. Yo intenté tomar algunas con mi zoom pero cuando llegué hasta ellos y se lo comenté me miraron sorprendidos porque ellos no las habían visto pasar.
Al llegar al collado echamos la vista atrás para contemplar Vistabella desde la distancia y seguimos por el azagador, pasando por el abrevadero que vimos cuando recorrimos este tramo del GR 7.
Al cruzarnos con la pista asfaltada abandonamos el GR 7 y continuamos por la izquierda, bordeando las montañas donde se encuentra el Escalamunda por su base. Como aquí todavía no había dado el sol la temperatura rondaría los 10 grados pero nos quitábamos el frío con nuestro paso vivo.
Cuando superamos la montaña abandonamos la pista y, por la derecha, comenzamos a subir por un azagador y después tomando como referencia la valla de piedras que delimitaba una de las propiedades.
No tardamos mucho en llegar a la cima y tuvimos suerte de que el día fuera claro y nos ofreciera unas buenas vistas panorámicas en los 360 grados.
Se observaba despejado el Peñagolosa al Sur y hacia el Este podíamos ver el gran mar de nubes de la tercera imagen.
Una vez plenas nuestras retinas continuamos nuestra marcha hacia la siguiente loma.
Por la izquierda podíamos ver el Mas de Baix y el de la Coixa, tras el cual debíamos encontrar una vieja senda. Sabíamos que nos encontraríamos con un empinado descenso y fuimos buscando el mejor paso hasta que llegamos abajo y salimos del bosque de carrascas.
Enlazamos de nuevo con el GR 7 que habíamos dejado antes y lo seguimos por la izquierda. Nada más pasar el Mas de la Coixa localizamos el inicio de la olvidada senda. No sabíamos en qué condiciones se encontraría pero, aunque se notaba poco pisada resultaba muy agradable circular por ella.
Habíamos escogido esta senda para que nos llevara a la Font del Perdigó y así salvar lo más dificil del Barranc del Mas de Coix. Es imposible pasarlo andando por su fondo, ya que cerca de su tramo final se necesitan cuerdas para hacer varios rápeles de 30 y 35 metros. Os dejo un gráfico hecho por el grupo de barranquismo de David Tomás (pinchad en la imagen para ampliarla).
Nosotros no íbamos a utilizar ese recorrido, por lo que yo había trazado el track por las zonas donde, a primera vista, se pudiera pasar andando aunque sabíamos que tendríamos mucha pendiente y que cruzar algunas pedreras.
Cuando llegamos a la zona de la Font del Perdigó, estuvimos dando unas vueltas para ver si la encontrábamos y, aunque vimos zonas más húmedas con rastro anterior de paso de agua, sólo encontramos un grupito de piedras a modo de pequeño pozo, desconociendo si se trataba de la fuente. Buscamos un lugar en unas grandes piedras para almorzar y la vista del barranco con sus grandes pendientes hacia donde teníamos que bajar, impresionaba.
Terminamos de almorzar y comenzamos nuestro descenso tratando de bajar en diagonal para eludir el tramo de los saltos, encontrándonos con las primeras pedreras.
Vimos un grupo de buitres que nos sobrevolaban en circulos como si auguraran malos presagios.
El monte no molestaba pero la inclinación era fuerte y se sucedían las largas pedreras. Yo, a cada tanto, me iba adelantando para ver que podíamos continuar o si había que rectificar antes de que bajaran y me quedaba a esperar hasta que llegaban ellos descendiendo con cuidado y entonces volvía a hacer lo mismo.
En una de las reagrupaciones se le oyó a Mari susurrar la letra de esta canción:
Al llegar abajo de la última pedrera Jose comentó que hubo un momento en que Mari se había bloqueado pero se recuperó y siguieron bajando y que él mismo iba ya muy justo de fuerzas. Llegamos al cauce del barranco y el GPS empezó a comportarse mal debido a estar rodeados de montañas, situándonos en lugares que no eran reales. Al llegar a una bifurcación del cauce nos confundimos y seguimos por la izquierda, cuando deberíamos haber ido a la derecha. Al rato Jose me dijo que tenía el presentimiento de que no íbamos en la dirección correcta. Tras consultar el GPS, ahora ya nos situaba bien y comprobé que Jose estaba en lo cierto por lo que volvimos a media ladera intentando evitar el cauce que se prodigaba en zarzales y rosales silvestres.
Seguimos por el estrecho cauce un tramo ahora ya en dirección correcta y buscamos un lugar despejado para subir a la pista. El lugar que escogimos estaba en verdad despejado, pero tenía una pendiente tan fuerte que nos teníamos que agarrar a cualquier rama de carrasca o de pino que pudimos para lograr, con bastante dificultad, llegar a la pista. Cuando llegué arriba me tuve que sentar porque casi estaba mareado del esfuerzo y Jose, cuando lo consiguió, volvió a repetir que se encontraba muy agotado.
El ritmo tan lento que llevábamos jugaba en nuestra contra ya que nuestras reservas de agua iban flojeando y cada uno iba conservando su reserva.
A lo lejos podíamos ver una de las pedreras por las que habíamos bajado.
Caminamos durante un buen rato por la pista de la Vall d'Usera, que discurre paralela al Barranco del Forcall, mientras Jose iba diciendo a ratos que no podía más y que avisáramos a alguien para que viniera a recogernos. La verdad es que el cansancio nos estaba venciendo a todos. Era extraño, porque nos decíamos a nosotros mismos que nos habíamos visto en empresas más difíciles, pero en esos momentos estábamos bastante agotados.
Sin información fiable del GPS, no cogimos la pista que nos salió a la derecha y que nos hubiera llevado siguiendo nuestro track hacia la Cova Santa y momentos más tarde me dí cuenta del error. Veíamos al otro lado del barranco el Mas de la Torta y comenté que para volver a circular por el track previsto debíamos bajar al barranco y subir por la ladera que veíamos enfrente que, aunque despejada, tenía bastante inclinación. Los tres nos miramos y nos dijimos que no estábamos para afrontar ese esfuerzo, teniendo en cuenta, además, que como se puede apreciar en la gráfica del perfl previsto, por aquel recorrido aún había que superar bastante desnivel.
En la búsqueda de posibles soluciones, bajamos al Barranco del Forcall para desviarnos un poco más adelante por el Barranc de la Ferrería, que discurría paralelo a nuestro track y después alcanzar una pista que nos llevaría a la carretera por el camino más corto, pero cuando llegamos donde debía estar la bifurcación de los barrancos, no la vimos. Continuamos entonces un poco más por el lecho para buscar un lugar donde volver a subir a la pista. Lo encontramos y seguimos por ella, pasando por dos decepcionantes masías abandonadas. En ese momento, aparte de cansados, lo que queríamos era agua. Pasamos al lado de una balsa elevada para incendios y Jose se refrescó un poco. Continuamos y al poco vimos a lo lejos una fuente con abrevadero al lado de la pista. Se trataba de la Font del Pi y creo que los tres pedimos el mismo deseo: que tuviera agua.
Comprobamos con alborozo que el abrevadero tenía agua y que de la cañería caía un pequeño hilillo. No estábamos para hacer ascos, así que nos refrescamos y nos descalzamos para poner un rato los pies a remojo, a la par que íbamos intentando recoger con las botellas la mínima cantidad de agua nos suministraba la fuente. Aunque poca, nos supo a gloria y también el descanso de los pies. Algo más animados continuamos y comentamos que en la siguiente bifurcación podíamos, bien seguir rectos hacia la carretera, o desviarnos un poco por la pista de la derecha y pasar por unas masías que se veían en el mapa. Cuando llegamos al desvío vimos desde lejos que una de las masías tenía en el techo una antena parabólica y nos dirigimos hacia ella dejando el Mas del Clérig a la derecha.
Saludamos y preguntamos a una chica si podía rellenarnos una botella de agua y mientras bebíamos Jose le comentó que estábamos bastante cansados y que si podía alguien hacer el favor de acercarnos hasta Vistabella aunque fuera pagando por ello. La chica que resultó llamarse Sol, se comportó como tal y nos dijo que nos llevaba ella. Por el camino fuimos hablando y resulto que este alma caritativa trabajaba en el Área de interpretación del Parque del Peñagolosa y estuvimos contándole nuestras andanzas por esa zona.
Nos dejó al lado del coche y no quiso aceptar que le diéramos nada a cambio. Bueno, tuvo que aceptar un beso de agradecimiento que le dio Jose. Y aunque no hubo más besos, se lleva nuestro total agradecimiento porque, como ella misma dijo: a ella también le hubiera gustado que le ayudaran si alguna vez se viera en un aprieto ¡¡Muchísimas gracias, Sol. Eres un idem!!
Esta vez fue a Jose al que, mirando en la lejanía por donde habíamos caminado este día, se le oyó tararear esta otra canción:
Nos aseamos en la fuente de la gasolinera con nuestro baño de pies habitual, nos tomamos nuestra cervecita fresca y emprendimos el regreso, que con 10 horas de caminata ya estaba bien.
La ruta no tuvo complicaciones hasta la Font del Perdigó. La bajada, para mí tampoco estuvo mal, aunque creo recordar que es la pedrera más larga y con más inclinación que hemos bajado. Eso y la lentitud con la que, por precaución, se hace el descenso, hizo que nos fueramos cansando. Seguimos diciéndonos que hemos hecho rutas más duras y no hemos estado tan cansados pero uno tiene sus días, y en este caso los tres, jeje.
Resumiendo, una ruta bonita pero difícil y no apta para todos los públicos, en la que se necesita de una buena orientación y portar bastante agua porque el esfuerzo la consume.
Este es el perfil que estaba previsto hacer:
Y éste el que al final recorrimos:
En el mapa topográfico he marcado en azul el track que teníamos previsto recorrer y en rojo el que realmente hicimos hasta el Mas del Clérig donde nos recogieron.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track pulsando aquí:
PABLOONCE
Tota una aventura per una de les zones més inhòspites i solitàries de les nostres muntanyes.
ResponderEliminarSupose que la ruta es va fer molt dura per la calor i la sed, l'important és tindre una altra aventura que contar.
(si que estàveu cansats que no hi ha fotos de la part final).
¡Vaya aventura!, pero como dices, bien está lo que bien acaba.
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