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"Una ruta armónica"
"Una ruta armónica"
Este sábado había preparado una ruta para subir al Vértice Geodésico nº 38 en altura de la Comunidad Valenciana, Nevera, con 1286 m de altitud, situado en el Término Municipal de Catí, en Castellón.
Aparcaríamos en Catí y nos dirigiríamos hacia el Barranc de la Fontanella, por el que subiríamos un tramo. Bordearíamos la loma Pereroles hasta enlazar con el Barranc de la Masada y su fuente (km 6). Subiríamos por una senda a la zona de Campanarech y nos desviaríamos por la derecha para visitar el Balneario de L’Avellá y su fuente (km 9). Por otra senda distinta volveríamos a la zona de Campanarech, donde subiríamos por senda y por el cordal al Vértice Nevera (km 15). Descenderíamos por senda en fuerte bajada hasta la Font de la Canaleta (km 17) y bajaríamos por el Barranc del mismo nombre hasta llegar a los coches (km 21).
Para ello utilicé un track de Ángel Salom, uno de Goterris, uno del Grup de Muntanya de Catí y un poco de Super-glue por allá y por aquí, resultando una ruta creo que entretenida.
A la cita acudieron Jose y Mari, Kiquet, Toni, Manuel Carlos y un servidor. Aparcamos a la entrada del pueblo, donde había localizado una placita con lavadero donde podríamos refrescarnos y comer al acabar la ruta. A las 7, y todavía con las sombras de la noche, comenzamos a andar pasando por delante de la Font Vella.
A la cita acudieron Jose y Mari, Kiquet, Toni, Manuel Carlos y un servidor. Aparcamos a la entrada del pueblo, donde había localizado una placita con lavadero donde podríamos refrescarnos y comer al acabar la ruta. A las 7, y todavía con las sombras de la noche, comenzamos a andar pasando por delante de la Font Vella.
Al principio circulamos por el asfaltado Camino de la Masipona entre cultivos y yo iba probando las estupendas moras de los ribazos, ante el cachondeo general de que si estaba seguro de lo que comía, ya que olía mucho a oveja y como estaba amaneciendo aun no se veía muy bien.
Enseguida nos desviamos a la derecha por un camino de tierra y tuvimos que atravesar una portera de la que cuelga un cayado de madera para ayudarse a abrirla. Pasamos por detrás del Mas de Ferrer, caminando ahora por senda por el Barranc de la Fontanella. Íbamos tomando altura y podíamos contemplar estas imágenes del amanecer.
Jose y Mari, ya recuperados totalmente de la ruta de la semana anterior, se habían quedado con ganas de cruzar más pedreras, por lo que tuvimos que pasar por algunas.
Menos mal que advertí que lleváramos pantalón largo porque en este primer tramo que bordea la loma Pereroles, el paso entre carrascas se estrechaba mucho y nos hubiera arañado bastante.
Una vez en el collado tomamos el sendero de la derecha para circular por el Barranco de la Masada. Bonito sendero entre carrascas por el que se camina muy bien y en descenso. Llegamos así a la Font de la Masada, pero no pudimos probar su agua porque se encontraba totalmente seca.
Volvimos un tramo sobre nuestros pasos y cogimos por la derecha la senda que, en acusado ascenso, nos llevaría a la zona de Campanarech. Una vez arriba y en el cruce de senderos, nosotros íbamos a hacer un óvalo que por la derecha nos llevaría al Balneario de l'Avellá y por otra senda nos regresaría hasta este mismo punto. Podíamos ver asomar a nuestra izquierda, en la tercera imagen, la cima gris del Tossal de la Nevera, donde está enclavado el vértice y donde mucho más tarde tendríamos que ir.
Mirando hacia la derecha, veíamos las largas antenas situadas en un cerro cercano al Balneario. Seguimos nuestro camino por la derecha caminando durante bastante rato al lado de una baja alambrada de espino que al final hay que cruzar y llegamos al Balneario de l'Avellá, un conjunto de casas que por momentos parece un pequeño pueblo. A esas horas tempranas había ya gente cargando agua de su fuente.
Vimos la puerta abierta y decimos visitar la Ermita de la Mare de Deu de l'Avellá. Nos sorprendió ver tanto las paredes como los techos tan profusamente decorados, que parecía que ahí se había estado entrenado Miguel Ángel antes de acometer la Capilla Sixtina, y la figura de un monaguillo al entrar que solicitaba nuestras dádivas. La escultura era tan real que lo mirábamos temerosos de que se fuera a mover de un momento a otro.
Concluimos nuestra visita al balneario y nos dirigimos a unas mesas que habíamos visto antes de llegar y donde almorzaríamos más tranquilos a la sombra de un gran chopo.
Concluido el almuerzo retomamos nuestro camino para completar el óvalo y tomamos un sendero que seguía las marcas de PR y del que agradecimos que nos proporcionara una buena sombra y su frondosidad, así como la comodidad de su muy poco desnivel.
Llegamos al collado donde comenzamos el óvalo y paramos a echar un trago de agua, viendo a nuestra izquierda, en la segunda imagen, las antenas cercanas al Balneario y enfrente, en la tercera imagen, la senda que nos subiría hacia el cordal para acercarnos al vértice.
Iniciamos la fuerte subida que, una vez arriba, nos deleitó con la visión de unas buenas panorámicas y seguimos ahora una senda entre carrascas que cómodamente nos iba acercando a nuestro próximo objetivo.
Saliendo de la senda entre carrascas, ya podíamos ver enfrente de nosotros la majestuosa silueta del Tossal de la Nevera, que aparecía ante nosotros pelado como si de una mole pirenáica se tratara.
Podíamos haber seguido hasta el vértice por una pista que discurre por la parte superior, pero preferimos seguir una senda que nos acercaría a la Nevera. Vimos en las rocas de la derecha una cueva y Kiquet y Manuel Carlos se acercaron para verla.
Visitamos la antigua Nevera, cuyo pozo se puede ver a través de dos agujeros y una enredadera que crece aprovechando el frescor de su interior. Nosotros no nos acercamos más ya que ésta se encontraba plena de abejas libando entre sus flores.
Subimos el último tramo y llegamos al vértice donde hicimos la foto de grupo y un video de la vista de 360º que se observa desde allí.
Una vez satisfechos con la contemplación, comenzamos un empinado descenso.
Por momentos se veía al fondo la senda completamente definida que tendríamos que seguir cuando llegáramos abajo.
Encaramos el Barranco de la Canaleta y pasamos por su fuente. Ésta sí que tenía agua y en ella nos refrescamos.
Continuamos el curso del largo barranco caminando por una senda que caprichosamente nos llevaba por el lateral o por el interior del seco arroyo.
Al final cogimos una pista por la derecha que más adelante cruza el arroyo y que nos devolvió a Catí pasando de nuevo por la Font Vella. Me detuve un momento con Manuel Carlos para continuar con nuestra degustación de moras e higos y aprovechamos para dar una última mirada al gran recorrido que habíamos hecho esta mañana y que abarcaba toda la sierra que se presentaba ante nosotros.
Llegamos a los coches a las 13:10 y pasamos revisión a la placita y al lavadero donde nos queríamos refrescar, pero comprobamos que el agua no corría y estaba un poco sucia, por lo que optamos por cruzar la carretera y acercarnos a la Font Vella que estaba a unos metros y, en su limpio abrevadero, en ordenada cola, procedimos a nuestro refrescante baño de pies.
Una bonita ruta con bastantes alicientes, como las fuentes de la Masada, de l'Avellá, de la Canaleta y la Font Vella. Todas, menos la de la Masada, con agua. Obligada la visita al Balneario y su Ermita. Las sendas por las que se circula son cómodas y la mayoría frondosas. Hay que llevar pantalón largo por la estrechez de las del primer tramo de barranco. Y el desnivel, aunque lo hay, se ha presentado de manera más o menos gradual y no ha sido muy duro.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track pulsando aquí: PABLOONCE
Podéis descargar el track pulsando aquí: PABLOONCE
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