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domingo, 18 de marzo de 2012

0058 - Vértices Geodésicos C.V.: Romance (1209 m) / A+ 550 m / 23,35 km

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"La montaña siempre gana"

Esta semana la ruta propuesta era subir al Vértice Geodésico nº 58 en altura de la Comunidad Valenciana, Romance, con 1209 m de altitud, situado en el Término Municipal de Ademuz, Valencia.
Haríamos la ruta en el sentido contrario de las agujas del reloj. Saldríamos desde las cercanías de la población de Mas del Olmo, en Ademuz, aparcando en la Fuente de Malpaso y su Área Recreativa. Comenzaríamos siguiendo el PR-CV 131.9 que enseguida nos abandonaría por la derecha.
Continuaríamos por el Camino de Torre-Baja hasta la loma de Vallurgo, donde se encuentra el vértice Romance. A continuación retrocederíamos un poco y bajaríamos a través de una senda por el Barranco del Charcal, pasando por Las Clochas hasta llegar a la población de Val de la Sabina.
Desde ahí seguiríamos la Rambla del Val en un tramo aventurero hasta el Área Recreativa del Molino de los Cuchillos, donde volveríamos a pisar otro tramo del PR 131.9 que nos acompañaría prácticamente hasta la Fuente de Malpaso donde tendríamos los coches.
Aquí podéis ver un video de la simulación de un vuelo en 3D que preparé para la ocasión para que os hagáis una idea fiel del recorrido:


A la cita acudieron Mari y Jose, Manuel Carlos y un servidor. En un día brillante y luminoso el termómetro llegó a marcar en el coche los 2 grados y, de hecho, en los primeros compases una brisilla helada nos acompañó, pero se disipó en cuanto empezamos a descender y al final acabamos en manga corta.

Aparcamos en el Área Recreativa de la Fuente de Malpaso, en las afueras de Mas del Olmo y aunque el lugar pintaba bien, comprobamos que, otra vez, su fuente no tenía agua. Sí la había en el abrevadero pero se notaba frecuentemente usado por las ovejas y no iba a ser apetecible. Llegada la hora, buscaríamos otro lugar para detenernos a comer.

Siendo las 7:40 nos pusimos en marcha, subiendo, claro. Nos acompañó en un principio el PRV-131.9, también llamado Senda de los Barrancos y al poco nos abandonó. Nosotros seguimos por la pista, que no dejaríamos hasta llegar al vértice.


Íbamos admirando la espectacularidad de las nubes, que para sí las hubiera querido Toni Duarte, y la profusión de almendros en flor, que en esta zona estaban ahora en todo su apogeo.


También pudimos comprobar que las pinadas que nos salieron al paso hasta llegar al vértice estaban afectadas por una grave plaga de procesionaria y que necesitaban de una cura fumigadora urgente.


Animados con las conversaciones llegamos a la loma donde se encuentra el vértice y nos quedamos asombrados de la vista que se nos ofrecía desde allí arriba, acrecentada su profundidad por la sombra de las nubes. Desde allí podíamos ver las poblaciones de Ademuz, Torre Baja, Los Santos...






Tras contemplar las vistas y hacer la foto de grupo volvimos un poco sobre nuestros pasos para desviarnos hacia la derecha y coger la senda que nos bajaría por el Barranco del Charcal.





En una de las revueltas, el firme se tornó rocoso y comenzamos a descender por una zona de cascadas, pero tuvimos que volver atrás porque los dos últimos tramos había que saltarlos y no valía la pena arriesgarse a hacernos daño. Retrocedimos un poco y subimos por nuestra diestra hasta que descendimos en diagonal hacia la pista, que nos devolvió a la parte de abajo de la cascada. Yo tuve que trepar un poco pues, en un principio, había tirado los bastones en el primer escalón con intención de saltar y había que recuperarlos.


Entre floridos campos de almendros continuamos nuestro descenso con la intención de que, aunque se nos hiciera algo más tarde de lo normal, pudiéramos almorzar en la población de Val de la Sabina.


Manuel Carlos y yo, de vez en cuando y para calmar el hambre, nos entreteníamos comiendo almendras, que no todo iban a ser flores.


Cuando atravésamos un último collado, pudimos ver la población de Val de la Sabina que estaba rodeada de Almendros en flor y parecía que nos encontráramos en el Valle del Jerte, aunque con almendros en lugar de cerezos.








Preguntamos a unas señoras por la Fuente y resulta que estábamos muy cerca, por lo que nos aposentamos en unos bancos al sol en un agradable lugar del que nos costó después despegarnos de lo bien que se estaba.


Concluido el almuerzo salimos de la población dirigiéndonos al Barranco de la Val y, al inicio, vimos un poste del PR 131.10 Sendero de los Cuchillos. En la página web de Ademuz están tanto los senderos a pie como en bici y de éste no aparece información, ni tampoco en la red, a pesar de que al parecer se creó en 2006. De todas formas, nosotros continuamos a lo nuestro, si bien veíamos de vez en cuando alguna marca bastante desgastada.

Una de las paredes rocosas del barranco presentaba unas hoquedades curiosas y yo bromeaba diciendo que eran unos jeroglíficos de una visita alienígena quejándose de lo que hacían los terrícolas con las fuentes ultimamente.





Por el lecho del barranco corría un arroyo caprichoso que tuvimos que vadear en numerosas ocasiones.


La cosa se iba ponniendo interesante y el barranco se estrechaba. Llegamos a una presa que salvamos por la diestra y tuvimos que cruzar por lo alto aunque, una vez arriba, vimos que quizás hubiera sido más sencillo hacerlo por la izquierda.



Mas tarde llegamos a otra. Esta vez formada por escalones de piedra enmalladas y que solventamos por la derecha.




Cambiábamos de margen según se presentaba más fácil por un lado o por otro. En la siguiente primera imagen me encontraba yo haciendo una excursión por la derecha mientras el resto ya había cruzado a la otra parte. De pronto nuestros planes se iban a alterar. Llegamos donde el arroyo presenta una cascada insalvable de unos 5 metros de altura y con paredes verticales a los dos lados. Nada. La montaña nos obligaba a retroceder y ella siempre gana.



Miramos hacia atrás y a los mapas. Nuestra intención desde el principio había sido continuar por el barranco hasta el área recreativa de los Cuchillos. Seguramente el poco marcado PR 131.10 se desviaba a la derecha al poco de entrar en el barranco, aunque en el mapa solo se ve una sucesión de pistas.

Vimos que recuperar esa opción ya no era posible pues deberíamos retroceder bastante y la vuelta que tendríamos que dar era impresionante, además de no saber bien si contaríamos con más imprevistos cuando volviéramos a acercarnos al barranco. Nos quedaba la otra opción que es la que cogimos. subir por el acantilado de nuestra derecha buscando el mejor lugar para hacerlo, ya que a unos cientos de metros de la cima veíamos en los mapas que circulaba la carretera que iba a Mas del Olmo.


Así lo hicimos y nos pusimos manos a la obra, por una fuerte pendiente, despacio y asegurando.


Recorrimos parte de la base de las piedras, subiendo en diagonal por la ladera y mirando hacia donde habíamos venido se veía la otra opción, que hubiera sido ir hacia los campos de almendros y subir por la izquierda una vez superada la loma hasta encontrar una pista que discurría más allá. Demasiado lejos. Eso sí, las vistas desde aquí de ambas partes del barranco eran impactantes.



Tomamos como referencia una roca con forma de cara que era el final de la mole rocosa y hacia allí nos íbamos dirigiendo.



Aquí tenemos en la segunda imagen, la roca de la cara una vez superada y los primeros nuevos rastros que indicaban la proximidad de civilización.


Abocamos a la carretera y continuamos hacia nuestro destino. Más tarde vimos a la derecha una señal de una pista que se dirigía a nuestro objetivo no conseguido, pero como el cartel no decía la distancia y ya se nos hacía tarde, dejamos esa visita para una futura ocasión.




Siendo las 14:45 llegamos al final de nuestra ruta, un buen sitio para haber comido. Lástima que no cuiden el tema de las fuentes.


Nos montamos en el coche y nos dirigimos a la Puebla de San Miguel, donde habíamos acabado varias de nuestras rutas comiendo en las escaleras de la Iglésia y donde sabíamos que había un cuidado abrevadero con un chorro de agua muy fresca y de la que siempre me lleno una botella cuando paso por ahí.

Nos refrescamos y como el olmo de las escaleras de la Iglésia todavía no tenía hojas para darnos sombra, nos metimos en el ya visitado otras veces bar de la esquina, donde acompañamos los bocatas con unas cervezas frescas, aceitunas, café y buñuelos que había hecho Mari la tarde anterior.


Una ruta en la que el principio es pista hasta el vértice, pero que se compensa con las vistas desde lo alto. A partir de ahí se anima y la investigación por el barranco estuvo bien. Lástima que la cascada interrumpiera nuestros planes previstos pero es lo que tiene cuando vas por donde no has visto rastro de nadie que lo haya hecho antes. La montaña nos paró en esta ocasión y ella siempre gana. Disfrutamos con la adrenalina de la aventura y con los paisajes que impresionaron nuestras retinas.

La ruta se puede hacer así, pero estando atentos en el comienzo del Barranco de la Val a seguir el PR que en algún momento abandona el barranco por la derecha y seguir por una combinación de pistas hasta el área recreativa de los Cuchillos. Desde allí no hay problema para continuar de regreso hasta Mas del Olmo.





Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track pulsando aquí: PABLOONCE

1 comentario:

  1. Hola Pablo, pero bueno!!!! como te has pasado con esta ruta, es espectacular las fotos que has realizado. La verdad es que me ha encantado tanto los paisajes como el recorrido. En especial me gusta la foto del pequeño pueblo con lo almendros en flor. Impresionante. Espero la próxima.
    Un abrazo de caminandoporgalicia. Nos vemos en el camino

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