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sábado, 6 de abril de 2013

0101 - Vértices Geodésicos C.V.: Saragossa (1082 m) A+ 1087 m / 18,79 km

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Este sábado la ruta propuesta era subir al Vértice Geodésico nº 101 en orden de altura de la Comunidad Valenciana, Zaragoza, con 1082 m de altitud situado en el Término Municipal de Sierra Engarcerán, Castellón.

Recorreríamos en esta ocasión la Serra d’Engarcerán, cuya silueta podéis ver detrás de Manuel Carlos en una imagen que tomamos desde la Sierra de Espaneguera, que se encuentra en frente.


 Me ayudé otra vez de los fantásticos mapas de El Tossal Cartografíes que me dio a conocer Xavi (Goterris) y de tracks de algunos compañeros senderistas, viendo lo que habían hecho por la zona. Empecé con el recorrido pequeño y más o menos clásico y le fui añadiendo cosas interesantes hasta que me quedó prácticamente como uno que encontré de Jesús Blasco, por lo que pensé que saldría una ruta de la que quedaríamos satisfechos.



Nos dirigiríamos a la población de Los Rosildos y un poco más adelante,  por la derecha cogeríamos la CV-155, que nos llevaría a las cercanías de la Font del Junquet, desde donde iniciaríamos la ruta. Tras un km llegaríamos al Barranc de la Roca Roja, donde subiríamos sin pausa, pasando por el Pou de Domingo, hasta llegar al Pla de la Creueta. Por este precioso barranco circula un tramo del GR 230 y aunque no está pintado con las marcas blanquirojas, sino con las blancas y amarillas del PR con el comparte parte del recorrido, el GR existe a falta de pintar las marcas, y tiene una longitud de 65 km y una altitud positiva acumulada de 3100 m. Giraríamos después a la derecha y más adelante a la izquierda para subir al vértice del Tossal de Saragossa (1082 m) (km 5).


Bajaríamos de la loma del vértice y seguiremos por el GR y PR CV-349 hasta el Mas de Gargallo, donde tomaríamos el PR-CV-350 por la izquierda, pasando por el Tossal d’en Fosc y llegando a El Peiró. Un poco más adelante enlazaríamos en la Font de l’Ombría con la senda local SL-CV-94 que nos permitiría dar la Vuelta a La Mola por el Cingle de La Mola y nos llevaría hasta la población de La Serra d’Engarcerán. La cruzaremos, pasaremos por la Font de la Ballestera y pasando el Mas de Maio subiríamos por un tramo aventurero al Tossal de la Vila (952 m). Cruzaríamos la loma longitudinalmente y bajaremos hasta el Coll de la Bandereta.


Seguiríamos un tramo nuevamente por el PR-CV-350 y lo abandonaríamos por la izquierda a la altura del Mas de Paula, dirigiéndonos a la Roca del Figueral, senda que nos llevaría después en descenso, a partir de ella, hasta los coches.

 Aquí podéis ver el vídeo de la Simulación de Vuelo sobre la ruta que he preparado para que os hagáis una idea fiel del recorrido:




Los habituales no se quisieron perder esta magnífica ruta a pesar del fortísimo viento que, unido a las nuevas nevadas del día anterior, nos harían sufrir una sensación térmica prevista de -7 grados al inicio, llegando a las 14 horas a  0 grados.

A la cita acudieron Jose y Mari, Karmen, Ana, Kiquet, Manuel Carlos y un servidor. A las 7:30 comenzábamos a caminar poniéndonos encima toda la ropa de abrigo que portábamos porque el viento era muy fuerte y enseguida nos quedábamos helados.


Comenzamos la batalla, en principio en descenso, durante un km más o menos. La pista se convirtió  en senda y nos llevaba por bonitos campos de almendros, algunos de ellos, como el de la imagen central, de apariencia bastante longeva. A nuestra izquierda se observaba cómo despertaba la Serra de Espaneguera, que recorrimos recientemente en otra ruta memorable.


Llegamos al inicio del Barranc de la Roca Roja, que nos mostraba unos paneles detallados indicando todas las zonas de escalada y las vías de acceso.





Iniciamos los más de dos kilómetros de su recorrido disfrutando de las paredes rocosas que lo flanqueaban e iniciando una buena recolecta de espárragos que, mientras caminábamos, inició Kiquet y en la que después colaboramos todos.






El barranco es una maravilla y conforme se avanza se vuelve más frondoso, caminando entre la umbría de carrascas, a las que muchas de ellas, el peso de la nieve y los fuertes vientos de estas pasadas fechas les han roto bastantes ramas, algunas de las cuales nos hacían desviarnos levemente de las sendas.




El recorrido por el barranco es siempre en ascenso, a veces atravesando pedreras.




Todavía encontramos restos de la nieve que había caído el día anterior en las faldas de la umbría.




Cuando llegábamos al Pla de la Creueta, final del barranco, una vista atrás nos dejaba ver las sierras nevadas, supongo que por última vez en esta temporada.




La zona está perfectamente equipada con carteles indicativos en los principales desvíos y las sendas aparecen limpias y cuidadas, gracias a la fenomenal labor del grupo Amics de la Muntanya, que han hecho un trabajo fantástico dejando toda la zona en un estado ideal para que todos podamos disfrutar de este espacio en muy buenas condiciones. Resaltar que algunos de los carteles de los postes, que parecen bastante nuevos, aparecen caídos de su posición y en el suelo, espero que por la fuerza del viento que los haya arrancado.


Tomamos el desvío a la derecha  y más tarde había otro poste indicando a la izquierda la senda de subida al Tossal de Saragossa, nuestro siguiente destino. Las vistas desde allí eran magníficas, por un lado el mar con sus reflejos dorados, por otra el Penyagolosa y sus sierras próximas todas nevadas y al otro lado la Sierra de Espaneguera.





Como el lugar se lo merecía y aunque aún faltaban 30 minutos para nuestra hora acostumbrada para almorzar, decidimos buscar un lugar que nos resguardara del vendaval. Al lado mismo del vértice y un poco más bajo que él vimos un corral de piedras que nos serviría perfectamente, pero cuando ya estábamos sentados, una parte de la pared de piedras que yo tenía tras de mí comenzó a desmoronarse sobre mi espalda. Afortunadamente no me golpearon sino que se apoyaron en mí, por lo que no me moví y nos dio tiempo a sacar del lugar las mochilas, bastones, bocadillos y lo que había en las cercanías y cuando ya estaba todo despejado me ayudaron a levantarme rapidamente saliendo de la zona de peligro, cayendo parte de las piedras al suelo sin incidentes. Menos mal que no pasó nada, para lo que podía haber sido.

Nos cambiamos de lugar un poco más allá y allí comenzamos a disfrutar del merecido almuerzo donde, como siempre no faltó de nada.


Además pude satisfacer uno de mis deseos que hace tiempo llevaba en mente. Hace un par de años, en febrero de 2011, cuando nos tocó hacer el vértice del Peñascabia, había nevado y para terminar el almuerzo me tomé un vasito del pacharán casero que suelen traer Jose y Kiquet, con un poco de nieve y desde entonces he querido repetirlo, pero no se habían dado las condiciones hasta ahora, en que no desperdicié la ocasión de que teníamos nieve a mano,  para repetirlo y volver a disfrutarlo.



Nos deleitamos con las panorámicas que teníamos a nuestra disposición desde allí. En la imagen central podéis ver el abandonado aeropuerto de Castellón que luce como monumento a los muchos de los despropósitos de los que hemos sido testigos ultimamente y en otras imágenes el cercano mar Mediterráneo y el Penyagolosa nevado.







Una vez satisfechos continuamos con nuestra ruta, bajando por sendas que nos permitían ver a nuestra izquierda las placenteras imágenes de los dorados del sol reflejados en el agua del mar.







Pasamos por un antiguo horno de cal y llegamos al Mas de Gargallo. Continuamos siguiendo ahora el PRCV-350.



En un momento se producía una bifurcación. Kiquet y Manuel Carlos cogieron la que ascendía y los demás seguimos por la derecha el track que teníamos previsto, que es por donde están las señales del PR pero esta zona, que pasa por un bancal abandonado, la están repoblando y estaba el terreno arado. Como las dos llegan al mismo sitio, pienso que sería mejor usar la que sube, que es la que cogieron ellos. La senda al final aboca en una pista. Nosotros continuamos recto sin usar la pista para salvar una curva de ésta. Es un tramo corto y se puede bajar a la trocha pero si se sigue la pista a la derecha, tras una lazada, se llega al mismo sitio.




El día estaba tan claro que se veían a simple vista las Islas Columbretes.


En la siguiente imagen ya veíamos la población de Serra de Engarcerán, por la que tendríamos que pasar a continuación y la montaña que está tras de ella, el Tossal de la Vila, a la que tendríamos que ascender.

Llegamos a la Bassa de l'Arguila, de considerables dimensiones y continuamos por una preciosa senda que nos llevaría hasta la Font de l'Ombría.


Desde la Font de l'Ombría, que tiene agua, continuamos un poco más hasta un poste con indicaciones de la SLCV-94, senda local que seguiríamos a continuación y que nos haría cruzar a la otra parte de la mola.




Esta senda es una maravilla. Está muy cuidada y desde ella se tienen unas vistas muy buenas. La senda recorre el Cingle de la Mola, llegando a atravesar una zona rocosa particularmente atractiva.






Llegamos a la población de Serra d'Engarcerán y salimos por su parte Oeste. Hay que estar atentos al comienzo de la senda, al inicio de la primera curva. Es corta pero no está indicada y aparece en sus inicios algo invadida por el matorral.



La senda nos fue bajando hasta un barranquito rocoso. Buscamos un lugar que no nos supusiera problemas para cruzarlo y seguimos hasta la Font de la Ballestera.








Comenzamos a ascender de nuevo dejando atrás la población.


Nos enfrentábamos ahora al tramo más aventurero de la ruta. Queríamos subir al Tossal de la Vila para enlazar con la pista que discurre por su cresta. Para ello, cuando dejamos atrás el Mas de Maió, iniciamos este tramo de trocha "prevista". En principio seguiríamos una vieja senda medio invadida por los matorrales pero por la que se podía progresar bien.


Mas tarde, cuando llegamos al collado iniciamos la subida lateral por la derecha, buscando los mejores pasos. No tiene problemas porque, aunque hay un tramo de aliagas, éstas presentan huecos por los que pasar sin pincharse en absoluto. Tras culminar los últimos metros de pedrera, llegamos arriba.



En la parte alta y cerca de las antenas vimos los restos de una excavación arqueológica. Soplaba allí el viento con fuerza y continuamos ahora por la pista que nos fue bajando hacia el Coll de la Bandereta.


Este descenso nos permitía observar por completo la Serra de Espaneguera y Manuel Carlos y yo fuimos relatándoles la ruta que hicimos por esa sierra y sus zonas más interesantes.




Llegamos al Coll de la Bandereta, lugar en el que, como decía Jose, si hubiera una bandereta se hubiera volado por la fuerza del viento en ese lugar y momento. Cogimos la pista en ascenso que nos llevaría hasta el Mas de Paula y después la senda que nos haría llegar al paraje de la Roca del Figueral.


Cuando llegamos al lugar, la sensación fue de alegría ante esa belleza, que ponía la guinda a esta variada ruta.







La senda discurre por la base de los cortados y se podía ver allá arriba la presencia de un puente tibetano, que acerqué gracias al zoom de la cámara.




Un poco más allá se encontraba el inicio de una vía ferrata, donde nos hicimos las correspondientes fotos clásicas del momento.








Un lugar muy bonito. Lo abandonamos siguiendo la senda. Ésta termina en una pista en descenso, por donde abundan las casetas de piedra de pastor, muy bien conservadas y un poco más allá abandonamos la pista por la izquierda a la altura de una fita que nos permitió salvar las revueltas que hace la pista en su descenso, bajando practicamente en línea recta hasta la Font del Junquet.











Quinientos metros más allá teníamos aparcados los coches y nos pareció un remanso de tranquilidad cuando entramos en ellos y cerramos las puertas. El viento no había parado ni un minuto en toda la mañana y escuchar el silencio y sentir el calorcillo del coche cerrado la verdad es que se agradecía.

Decidimos ir hacia el Pou del Mas de Paulo para "refrescarnos" y comer allí. Este lugar lo habíamos empleado Manuel Carlos y yo cuando hicimos la ruta del vértice Espaneguera. Para ello volvimos por la carretera hasta la V-15, la cruzamos y seguimos por pista hasta cruzar la Rambla Carbonera. Un poco más allá  en subida, se encuentra el pozo.


 

 Una ruta con la que hemos disfrutado muchísimo. Resulta muy variada por todo lo que hay que ver y que va salpicando el recorrido con nuevos alicientes a cada poco, que hace que resulte muy amena y agradecida. La vegetación de la zona, los paisajes, las rocas, los barrancos, los destellos del mar, las fuentes..., la compañía... no sé qué me dejo, pero el conjunto, al que ha sobrado el fuerte viento, ha hecho que pasemos una mañana de senderismo estupenda y que podamos, sin dudarlo, recomendar el recorrido.




Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE



7 comentarios:

  1. Con la mochila a cuestas y en el garaje, nos vemos...
    Ana

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  2. Hola Pablo, nos vemos el sábado.
    Saludos.

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  3. Hola Pablo: Mari y José acudiran a L´Eliana.

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  4. Pablo cuenta conmigo. Mandame el trak
    nos vemos.

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  5. Yo tambien voy
    Saludos...Carmen.k

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  6. Excelente ruta Pablo, que tengo pendiente de hacer y muy pronto tendré que solucionarlo, aunque recortaré algo de tu track, sois muy cañeros.

    Un abrazo

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    Respuestas
    1. Hola Simón, pues a ver qué recortas porque está dificil. La senda que recorre el Cingle de la Mola está muy bien y yo no me la perdería. Si quieres un consejo, si tuviera que recortar algo recortaría la subida al Tossal de la Vila y desde la población de Serra de Engarcerán buscaría la manera más rápida de ir hacia la Roca del Figueral.

      Saludos.

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