0163 - Vértices Geodésicos C.V.: Campero y Piedra Partida (915 m) / A+ 720 m / 14,74 km

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Seguimos con buenas rutas. Este sábado la ruta propuesta era subir al Vértice Geodésico nº 163 en altura de la Comunidad Valenciana, Campero, con 915 m de altitud, situado en el Término Municipal de Arañuel, Castellón. 

Para llegar al punto de inicio seguiríamos la A-23 hacia Teruel tomando la salida 42 y pasaríamos por Caudiel, Montán, Montanejos, Arañuel y Cirat, desde donde comenzaríamos a caminar.

Cuando en enero del año pasado leí la crónica de José, del Blog Trotasendas que, acompañados por José Tomás, buen conocedor de la zona de Cirat,  habían subido al vértice Campero, la vi muy interesante y ya entonces le hice un comentario de que la aprovecharía cuando me tocara el turno. Aquí tenéis el enlace a su crónica en la que podréis apreciar todos los detalles entre los que nos íbamos a mover. Desde hace un año que tenía ganas de hacer esta ruta y de este sábado no pasaba. Subida al Campero y la Piedra Partida.

Como esta semana no tenía tiempo no me dediqué a investigar otras posibilidades de la ruta, sólo que la haríamos en sentido inverso al que la hicieron ellos, ya que pensé que nos vendría mejor hacer el desnivel más fuerte de subida mejor que de bajada y en las primeras horas. Partiríamos de la población de  Cirat, aparcando en las cercanías del polideportivo y comenzaríamos ya subiendo y en dos fases nos plantaríamos arriba, en la Vereda del Campero, por la que seguiríamos hasta el vértice.  

Después enlazaríamos con el Camino de Valdesánchez que nos llevaría hacia el Mas de la Tejería. Continuaríamos pasando por el Alto del Cerro y una vez comenzado el descenso visitaríamos la Piedra Partida, un gran desgajamiento de la montaña que es bastante curioso.

Seguiríamos bajando pasando por el Corral del Sastre y después por un manantial y la Fuente de la Calzada. A continuación seguiríamos por el Barranco de la Losa, que nos devolvería al pueblo y a los coches.

Aquí podéis ver el vídeo de la Simulación de Vuelo sobre el track para que os hagáis una idea fiel del recorrido:

Ésta era una de esas rutas que sabes de antemano que iban a estar muy bien, por eso me hubiera gustado que nos hubiera acompañado más gente para que la disfrutaran, pero cada ruta es una historia y cada uno tiene las suyas propias.

En un precioso día que nos hizo, sin viento y con temperatura primaveral nos presentamos a las 8 de la mañana en el polideportivo de Cirat Pili, Ana, Manuel Carlos y un servidor.

Un poco más arriba, junto a esta especie de Ermita hay una fuente con agua y creo que es el lugar más idóneo para aparcar.

Comenzamos a andar por una pista de tierra y al poco nos desviamos por otra que partía en ascenso por la derecha. Esta pista entre pinos ya nos hizo envolvernos de naturaleza con los aromas de los pinos de las primeras horas. Había leído que por aquí había una piedra con una inscripción, al parecer romana. 

Íbamos atentos y conseguimos verla, a la derecha del camino.

En una curva que el camino hace a la izquierda y donde hay una cruz verde en una roca, hay que seguir por una senda que sale a la derecha.

Comienza aquí una senda de herradura fantástica. Está limpia en todo su recorrido y nos va subiendo haciéndonos coger altura rápidamente y ofreciéndonos las primeras vistas aéreas de Cirat y su entorno.

Una maravilla de senda.

 A lo lejos vimos sobresalir tras las montañas una puntita rosácea, que no podía ser otra cosa que el Gigante de Piedra mostrándonos su mejor cara, que nos acompañaría a partir de aquí durante toda la ruta.

 

Superada la primera fase de la subida llegamos a una zona más plana, desde nos íbamos acercando a la montaña rocosa encima de la cual se ubicaba el vértice del Campero. Aquí hay que abandonar la pista por la derecha, atravesando unos campos labrados en zig-zag, hasta que conseguimos ver unos plásticos como los que se usan en las carreras de montaña, que José Tomás había colgado de los pinos y que nos ayudaban a seguir, ahora monte a través, en la dirección correcta. 

Nos íbamos encarando hacia la canal por donde tendríamos que subir. Se encuentra en el centro justo de la imagen siguiente. En este tramo a veces las marcas de plástico no se veían y había que estar atentos al gps para no desviarse o corregir el rumbo.

Había que dirigirse a la izquierda de esas rocas.

Localizada la canal, ahora se acababan las marcas y había que subir por donde mejor se pudiera. Esta subida es bastante empinada. Hay que tomársela con calma y el terreno es muy resbaladizo por la inclinación y las piedrecillas sueltas.

Por aquí no hay que ir. Esto quedaba a nuestra derecha y sólo me acerqué para hacer de figurante en la fotografía.

Subiendo y regulando el esfuerzo, había que pararse de vez en cuando y observar la maravilla de paisaje que nos quedaba detrás.

Por aquí parecía que las carrascas y aliagas lo invadían todo y ya no se podría pasar, pero pegados a la roca de la derecha sí que se podía.

 Un último vistazo a la canal por la que habíamos subido. Nos la habíamos trabajado pero ya estábamos arriba. Ahora había que cruzarla hacia la izquierda y encarar el último tramo sencillo para llegar arriba.
 

Al superar la última pendiente tuvimos acceso a la parte contraria de la montaña, que nos sorprendió por la profundidad de sus vistas. Se veía claramente allá lejos y en el centro de la imagen cómo asomaba el Embalse de Arenoso y los cortados de la derecha, por donde anduvimos hace unas semanas cuando subimos al vértice Cantón.

Acercándonos con el zoom podía verse con más claridad la población de Montanejos, detrás los cortados del Barranco de la Maimona y aún más atrás y dominando la escena, El Frontón.

 Desde aquí teníamos acceso a las dos vertientes.

La vista no paraba de recrearse en el manto verde, fenomenal, que recubre todos estos montes de Cirat. Así debía estar toda la Comunidad si no fuera por los incendios, causados en la mayoría de ocasiones por el hombre por imprudencias, que más que imprudencias son una total falta de respeto por parte de algunos por el medio en que vivimos. Hay gente que se permite todavía quemar rastrojos y restos de poda cuando deberían ser triturados y ¿cuántos de nosotros hemos visto al coche de delante seguir tirando la colilla encendida por la ventanilla? ¡¡Pa encerrarlos!!

Una pasada desde la cumbre. Podía verse a la derecha la figura del Penyagolosa y a la izquierda el negro Pico Pina, también buen conocido nuestro.

Buscamos un lugar para almorzar con buenas vistas, que en aquel lugar no nos fue nada difícil de encontrar, y con vistas a todo el valle de Cirat nos sentamos a disfrutar. Abajo, a la derecha podía verse esa loma con los cortados. Sería nuestra primera toma de contacto visual con la Piedra Partida.

Los buitres también quisieron entrar en la escena, ofreciéndonos evoluciones de su majestuoso vuelo mientras almorzábamos.

Una vez repuestos y muy satisfechos con la contemplación del verdor, del que yo no paraba de soltar alabanzas, nos pusimos de nuevo en marcha. Había que descender ahora, siguiendo las marcas de plástico hasta enlazar con una pista inferior, el camino de Val de Sánchez, a la altura de una masía en ruinas.

 Allá a lo lejos ya veíamos la Piedra Partida y no nos esperamos a llegar para verla más de cerca, sino que la acercamos a nosotros con el zoom.

 Continuamos por la pista, viendo en un momento a nuestra derecha una especie de surgimiento de agua, del que caían unas gotas. Vimos como a nuestra izquierda quedaba la Piedra Partida y cómo la pista nos alejaba de ella, dejándola atrás. A mí este trayecto por pista se me hizo largo, pero no había más remedio.

Antes de llegar al Mas de Bagán, nos salimos de la pista por la izquierda. Según el mapa es una pista abandonada y aunque se ve claramente que en un tiempo fue una pista, está tan abandonada que las aliagas crecen de parte a parte y pensamos que por aquí seguro que no había pasado nadie desde que José Tomas y los de Trotasendas pasaron hace un año, ya que estaba todo invadido y a veces no se veía por donde pasar y había que ir pisando las aliagas para abrir paso.

Hubo un momento, como se puede apreciar en el track, en el que ya estábamos hartos de pincharnos y de luchar con las ramas y evitamos una de las curvas de la supuesta pista, saliéndonos monte a través, ya que estaba mucho más limpio que el interior de la pista.

Enlazamos con la parte superior de la pista, que se iba dirigiendo al Alto del Cerro, pero la situación no mejoraba mucho y continuaron las aliagas. A veces se veía un rastro y otras veces estaba completamente tapado. Hay un momento en que no se podía seguir recto, a no ser que hubiera venido Mariano con su corvella y aún así lo hubiera tenido difícil y tuvimos que desviarnos por la derecha para buscar una zona mejor por la que pasar.

En esta zona de recorrido por el cordal teníamos siempre al frente la silueta del Penyagolosa.

Y en la parte de atrás el Pico Pina.

Ya podíamos ver la población de Cirat, allá abajo, donde teníamos los coches.

Una vez superado el cordal del Alto del Cerro, que se puede ver en la siguiente imagen, había que subir a la loma donde se encuentra la Piedra Partida. Este tramo también estaba bastante empinado y hubo que hacer alguna pequeña trepadita.

 Llegamos a la Piedra Partida. Es un fenómeno geológico llamativo. Es una gran grieta producida por desgajamiento de las rocas y en cuyo interior se ha desarrollado una maravilla botánica. Hay un cartel, que debiera ser más grande, que indica que no se baje al interior para que se preserve intacta esta reserva.

Desde la parte superior de la grieta pudimos comprobar cómo en su interior crecen algunos de los últimos ejemplares de Tejo, especie protegida,  de los alrededores de Cirat.

Procedimos a bajar siguiendo el lateral de la grieta y dirigiéndonos a la cabecera del barranco de la Losa.

Antes de llegar al fondo del barranco vimos una senda clara, que es la que debíamos seguir por la derecha y que recorre a media altura el barranco. Nos llamó la atención  el que la senda continuara también hacia la izquierda, lo que podía dar más posibilidades a esta ruta.

Una vez en casa estuve mirando mapas y vi que hay una antigua senda que baja desde un poco más allá del Mas de ValdeSánchez hasta el barranco. Una vez abajo habría que ver si se puede enlazar con esta senda y así se haría una circular más corta pero en la que nos ahorraríamos un gran tramo por la pista, que no aporta nada (a mí ese tramo se me hizo largo y cansino pero no había más remedio) y todo el tramo de aliagas de la subida al cordal del Alto del Cerro, así como el tránsito por arriba, que tampoco estaba limpio. No digo que sea mejor ni peor, sino que es otra alternativa más sencilla. Sería una ruta más corta pero muy chula, ya que reuniría todos los alicientes de este fenomenal recorrido. Me la guardo en el tintero para probarla.  

El recorrido por la senda del barranco a media altura es una pasada y está completamente limpia. Hay un momento en que enlaza con una pista, a la altura del Corral del Sastre y después se acaba bruscamente en un terraplén. Había continuar de nuevo por senda y enseguida vimos un manantial en el que unas tímidas gotas nacen de un tubo que sale de la montaña.

Un poco más allá se produce el cruce del barranco, encontrando en ese lugar la Fuente de la Calzada. Es una caseta cerrada con llave y en la que se oye el correr de un buen chorro de agua en su interior. Debería estar habilitado aquí el que se pudiera hacer uso de ese agua. Nos hubiera venido muy bien para refrescarnos.

Durante el camino pudimos ver más casetas. Parece que encaucen el agua directamente para hacerla llegar a Cirat.

Desde el barranco podíamos ver ahora la silueta de la Piedra Partida, donde habíamos estado antes.

Ya lo he dicho anteriormente pero repito que el recorrido de este tramo de senda por el barranco es una gozada.

Íbamos por encima de la tubería de conducción del agua de las fuentes y hay un momento en que la senda se estrecha a la altura de una roca que sobresale de la montaña y donde hay que pasar pegado a ella y con precaución.

La senda abocó en una pista y después enlazó con la que habíamos iniciado en la mañana. Llegamos a la fuente que habíamos visto en las afueras de Cirat y trajimos el coche hasta aquí. Nos refrescamos y dimos por terminada esta estupenda ruta.

 

Fenomenal ruta en la que para mí ha sobrado el largo tramo de pista, aunque sé que es necesario tal como está planteada. También es imposible de evitar el paso por la pista abandonada, que está plagada de aliagas. Se agradecería al Ayuntamiento de Cirat que cuidara sus sendas y pistas antiguas para hacerlas transitables, ya que han tenido la suerte de ser agraciados con un entorno natural de una belleza espectacular. El tramo por el cordal del Alto del Cerro tampoco está limpio para el paso pero ofrece buenas vistas con el Penyagolosa al frente.

En general ha sido una buena ruta y agradecer tanto a José Tomás por la idea de hacer una circular enlazando el vértice del Campero con la Piedra Partida, como a Trotasendas por habérnosla hecho conocer. Se nos queda pendiente la otra posibilidad que he comentado en párrafos anteriores y que pienso que sería una buena alternativa que seguramente probaremos en breve.

La subida al Campero por la canal nos había llevado más tiempo de lo previsto, así como el paso por la pista llena de aliagas. No teníamos pensado comer por allí, pero vista la hora que se nos hizo, lo intentamos sin éxito en Cirat. Tampoco tuvimos suerte en Arañuel y por fin pudimos comer en Montanejos. A la salida de Montanejos hacia Montán, en el último restaurante, llamado "Casa Ovidio" (Tel. 964 13 13 09) nos hicieron unos bocadillos de lomo a la brasa con tomate, aceitunas chafadas y cerveza con los que disfrutamos un montón. Estaban buenísimos. Yo eché de menos el trozo que le faltaba a mi barra. Si la comida la hacen como los bocadillos que probamos, seguro que vale la pena pararse allí.

Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE