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Este sábado nos hemos ido a
la Comarca del Valle de Ayora – Cofrentes a visitar el Castillo de Chirel y Los
Charcos del Ral. La ruta propuesta era inusual para nosotros ya que es lineal de
ida y vuelta.
Para llegar al punto de inicio
seguiríamos la A-3 hasta Buñol y nos saldríamos para coger la CV-425, que nos
haría pasar cerca de Macastre. Seguiríamos por ella dirigiéndonos a la población
de El Oro tomando un desvío hacia la izquierda en dirección a Cortes de Pallás
- El Oro por la CV-428.
Dejaríamos atrás el Caserío de El Oro y continuaríamos un buen rato hasta que viéramos una señal azul marino con los bordes naranja del PEVA. Justo a la izquierda hay un poste indicativo del sendero y comienza una buena pista de tierra que tras unos metros acaba en una explanada donde se puede aparcar.
Comenzaríamos siguiendo la senda que
nos llevaría en 1,5 km hasta el fenomenal Castillo de Chirel. Desde este punto
hay unas vistas espectaculares de los acantilados y de los meandros que hace el
río allá abajo, viendo abajo el recorrido del GR-7 y un poco más arriba la faja
por la que circula una preciosa senda que recorrimos en una ruta anterior.
Volveríamos sobre nuestros pasos hasta
los coches y seguiríamos un tramo por la carretera hacia la derecha hasta
salirnos por una pista, que nos iría llevando hacia el paraje de los Charcos del
Ral, en la encajonada Rambla del mismo nombre. Veríamos si hay una forma cómoda
de bajar desde allí y si no los admiraríamos desde arriba y volveríamos por el mismo
camino hacia los coches.
Aquí tenéis el vídeo de la simulación
de vuelo sobre la ruta que he preparado para que os hagáis una idea fiel del
recorrido.
A la cita acudieron Ángela, Ana, Pili, Ana2, Quico, Jose, Paco Escrivá, Miguel Arce, Juan Carlos, Mariano, Manuel Carlos y un servidor.
Para aparcar nos metimos en la pista y fuimos hacia la izquierda, pero no llegamos a la explanada donde comienza la senda con escalones ya que la bajada se ha destrozado con las lluvias. Poco antes existe otro ensanchamiento donde caben cinco o seis coches.
Seguimos la pista y llegamos a la explanada donde comienza la senda en subida y están los carteles anunciativos.
De vez en cuando ya se nos permitía ver la magnífica silueta del Castillo de Chirel, adornado entre los colores del amanecer.
A nuestra izquierda y abajo veíamos las aguas del pantano.
Y a nuestra derecha, al fondo, veíamos el Puntal de Sácaras con el Alto del Francho.
El Castillo tiene una planta imponente y nos dirigimos hacia su pequeña puerta de acceso.
Nada más comenzar a circular por su interior la imaginación se te dispara hacia otras épocas.
Enseguida nos dirigimos hacia un espolón rocoso con una gran caída vertical que ofrecía unas vistas impresionantes y donde hicimos una foto de grupo.
Continuamos con nuestra visita al Castillo y después nos fuimos hacia la derecha de la imagen inferior para contemplar las vistas hacia el Este.
Tuvimos la fortuna de ver a lo lejos una cabra montesa con su cría.
Una vez hecha la visita volvimos sobre nuestros pasos por la senda hasta conde teníamos los coches y al lado mismo de ellos vimos que nacía una senda por la derecha que llevaba hasta la carretera, adonde teníamos que ir a continuación.
Como en principio no sabíamos si esa senda tendría buena salida, el grupo continuamos por la pista hacia la carretera, mientras que Mariano y Miguel Arce se fueron por ella a investigarla. Como resultó que sí que era buena para ir a la carretera, la utilizamos después a la vuelta y he modificado el track para que parezca que la hayamos utilizado también a la ida. Así se ahorra un pequeño rodeo y es más agradable.
Llegamos a la carretera y la seguimos por la derecha durante un tramo, hasta que en una curva hacia la derecha nos salimos rectos por la pista, hacia la izquierda.
En esta pista nos encontramos más adelante con una cadena y carteles de propiedad privada y de prohibido pasar. Nosotros pasamos, ya que en el mapa lo único que se veía era una casita. Llegamos a la casita, muy bien cuidada y en la que no había nadie y continuamos por la pista. Dudo que TODO, los montes y todo lo de alrededor sea propiedad privada y menos de los dueños de esa casita, y que habrán puesto la cadena para que no se les meta gente con los coches.
La pista continuó y ya buscábamos un lugar para almorzar, que encontramos al sol junto a esta caseta en ruinas.
Cuando conseguimos levantarnos de allí, con lo bien que se estaba al solecito, volvimos a la pista y continuamos. La pista hacía de vez en cuando algún buen descenso y pensábamos que después, todo eso que bajábamos lo tendríamos que subir a la vuelta.
Llegamos a un cruce de pistas donde había una mesa con sus asientos. Buen lugar para descansar un momento. Nosotros continuamos recto. Hacia la izquierda se iría hacia la Fuente de Pinoval, de la que desconozco su existencia.
Ya nos pusimos paralelos a la Rambla del Ral y vimos una pista que nos salía por la derecha en descenso. Como desde el mapa, la que llevábamos al final se cortaba, decidimos probar a ver si ésta tenía continuidad por el centro del barranco. Al poco la pista de acaba y se cierra con una gran maraña de aliagas y zarzas, por lo que no insistimos y volvimos a la pista principal contiuando por ella.
Sabía que para ir a los charcos se suele ir con coche hacia la parte derecha del barranco y después bajar por una senda, pero en esta ruta, como íbamos a pie, a nosotros nos venía bien acercarnos por esta vertiente. Veíamos enfrente de nosotros como se encañonaba la rambla. Tenía una vista muy atractiva.
La pista acaba en un cartel de Peligro y en verdad que es así, pues el relieve cae en picado y por allí no tenía continuidad.
Veíamos los charcos en los laterales y enfrente pero no había ninguna senda para bajar. Decidimos comenzar a volver por el mismo camino una vez contemplado el lugar, pero aún Mariano y Manuel Carlos bajaron hasta abajo agarrándose de las ramas y Mariano hasta probó con sus pies la frescura y transparencia de las aguas.
De vuelta nos asaltaba de vez en cuando la silueta del dominante Castillo de Chirel.
Llegamos a la carretera y al lugar donde teníamos que coger la senda que habían investigado en la mañana y subimos por ella. Hemos puesto unas piedras a modo de pequeña fita para señalarla.
Y ya en los coches nos hicimos la foto de grupo, pues esta semana, inusualmente, no había vértice en nuestro recorrido.
Una ruta sencilla y sin complicaciones que lo tiene todo ganado desde el inicio con las vistas del Castillo, el pantano y las montañas. Teníamos pendiente su visita ya que habíamos visto muchas veces el Castillo desde las montañas de enfrente y nos había atraído siempre por su belleza como un imán. Nosotros quisimos alargarla en modo paseo por pistas hasta los Charcos del Ral, aunque no se puede bajar desde la pista, que termina en un cortado. Para llegar a ellos hay que coger los coches e ir por la otra parte del barranco del Ral y bajar por una senda.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
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