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Ya habíamos estado aquí en 2010 haciendo una ruta parecida y en 2011 hicimos una ruta de 20 km con los Vértices más de Mil para subir al Cabezo, pero ahora queríamos tomar como base la de Casiaventurillla de 2008 a la que hicimos unos pequeños cambios.
A la cita acudideron Mari, Jose, Manuel Carlos y un servidor. A las 8 de la mañana ya estábamos en Alpuente con las primeras luces que, en este caso, nos recibió todo bañado de color rosa por las luces del bonito amanecer.
Las previsiones eran que estuviera nublado toda la mañana aunque sin lluvia y sin viento y la verdad que es no hacía frío.
Comenzamos a callejear por la bonita población para tomar la calle de subida al Castillo.
Subimos un primer repecho y después bajamos por una escalera que da a la pared del Castillo y con la senda que le da la vuelta por abajo.
Bajamos al lado de la pared y tomamos la senda marcada de subida.
Por arriba está marcado un itinerario con cuerdas.
Nos metimos a curiosear por unas galerías. Se veía luz al otro lado, por lo que parecía que tendrían salida pero acaba en una estancia sin techo y hay que dar la vuelta.
Asomados a los miradores con muy buenas vistas.
El lavadero que utilizamos para refrescarnos la vez anterior.
Salimos de la población dirigiéndonos a la zona de la cascada.
En la ladera de enfrente se recortaba la senda que seguiríamos más tarde.
La senda en un momento muestra una variante por la izquierda para acercarse a la Cascada y la tomamos.
El día que vinimos en 2011 había llovido y estaba todo resbaladizo y no pudimos acercarnos mucho, pero esta vez llegamos hasta el final.
El entorno es mágico, rodeados de esa gran grieta y la poza transparente que la salvaguarda. Nos llamaba mucho poder habernos metido por ese desfiladero hasta su fondo, que seguramente será muy corto, pero no se pude hacer sin mojarse atravesando la poza...quizás en épocas veraniegas.
Volvimos hacia atrás y continuamos por la senda que llevábamos.
Bajamos y cruzamos a la otra ladera para pasar por esa senda clavada en la roca.
Ahora teníamos a nuestra derecha la formidable pared en lo alto de la cual habíamos estado antes visitando el Castillo.
Si nos aproximamos con el zoom puede verse la pasarela por la que habíamos cruzado.
Salimos de la Hoz de Alpuente y teníamos a la vista la montaña donde se asienta el Vértice de El Cabezo.
Como ahora teníamos un recorrido por la pista del Camino de Anduriel, vimos que nos salía según el mapa una vertiente del GR-37 por la derecha y aunque vimos la cruz decidimos seguirla para investigar. La senda acaba junto a esas moles de arena y si continuó alguna vez, ahora ya no existe.
Bordeamos las arenas por la parte de abajo y sabíamos que teníamos que subir de nuevo a la pista.
Para ello una buena opción que encontramos fue meternos por una de las escorrentías que araña el agua en este terreno tan frágil.
Bueno, fue una pequeña aventurilla, pero se puede evitar continuando por la pista en lugar de tomar ese desvío.
Seguimos ahora sí por la pista y en una curva a la derecha abandonamos ésta para tomar la del GR-37 por la derecha. Un tramo más adelante vimos una fita a la izquierda del camino que indicaba la senda de subida al Cabezo.
Vimos en el mapa la presencia de una cueva a nuestra derecha y después la localizamos con la vista. Es la Cueva del Dinero.
La subida es larga y bien empinada. No la recordaba yo con tanta inclinación... o será que entonces éramos 10 años más jóvenes.
El bonito entorno nos llevó hasta el Vértice del Cabezo, situado en un lugar privilegiado con unas maravillosas vistas, aunque lo enmarañado del día no acompañaba en lo visual.
Debajo de él y en unas rocas resguardadas de la brisa nos dispusimos a almorzar. En esos días de neblina no se escuchan ni los pájaros. Todo está en silencio.
Para continuar decidimos no volver a bajar por la misma senda, dada su inclinación y su longitud y así no repetíamos camino y bajamos sin senda definida como la otra vez, a buscar la pista que se veía abajo y que, haciendo un rodeo pero mucho más cómodo, nos llevaría de nuevo al track previsto.
El monte no presentaba ninguna dificultad para caminar por él.
Llegamos a la pista y la cogimos hacia la izquierda. No seguirla hacia la derecha porque no tiene salida.
La pista nos acercó a las zonas en las que se hizo un enorme trabajo para intentar sujetar las tierras con las raíces de pinos plantados, pero el terreno tiene muy poca consistencia.
Al fondo veíamos la población de Alpuente, de donde habíamos salido y donde teníamos que volver.
Si hubiéramos seguido la pista (cosa que recomendamos) habríamos llegado a la Fuente del Cabezo, donde sale otra pista que baja, pero en su lugar tomamos otra bastante antes de llegar que también nos uniría con nuestro recorrido.
Por esto es por lo que os recomendamos la otra opción, porque al llegar a una curva nos encontramos con este panorama. Una pista totalmente degradada con piedras sueltas y con mucha inclinación y seguro que la otra pista es más cómoda porque no desciende tan a saco.
Con paciencia fuimos bajando. Mirando el suelo para no resbalar nos pasamos el desvío de la derecha del GR y abajo tomamos la pista de la derecha para subir un poco y retomarlo.
A partir de aquí ya no dejaríamos el GR y seguiríamos sus marcas.
El sendero nos llevó a través del degradado conjunto de ruinas de La Hortichuela.
Teníamos que subir hasta allí para llegar al coche. La senda poco a poco nos iría llevando por la izquierda.
Llegamos a la pista superior y al poco rato ya estábamos en el coche felicitándonos por haber disfrutado de una buena mañana de senderismo con sus dosis de aventura.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
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