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sábado, 4 de enero de 2020

0325 - Vértices Geodésicos C.V.: Cruz de la Ceja ( 489 m) A+ 471m / 13,51 km

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La ruta propuesta para esta semana era subir al Vértice Geodésico nº 325 en altura de la Comunidad Valenciana, Cruz, con 489 m. de altitud, situado en el Término Municipal de Navarrés, Valencia. Además visitaríamos en la circular el paraje de los  Chorradores de Navarrés.

A la cita acudieron Ángela, Quico, Manuel Carlos y un servidor, dispuestos a disfrutar de esta ruta que nos ha dejado muy buen sabor de boca, por sus alicientes y la calidad de sus sendas. A ello también contribuyó el fabuloso día que nos salió. Aunque cuando llegábamos el termómetro marcaba 1 grado, el Sol reluciente y sin nubes ni viento hizo que poco después de almorzar yo me quedara en manga corta como si fuera un día de primeros de mayo.


Aparcamos al poco de cruzar la población de Navarrés, en un parking que hay habilitado  a la derecha al efecto. Nosotros haríamos la ruta en el sentido de las agujas del reloj, para así hacer el esfuerzo de subida al principio y dejar lo fácil y más vistoso para el final, pero si se hace al revés enseguida se llega a la zona de los chorradores, como hace el público que viene con niños.


Comenzamos caminando un pequeño tramo por la carretera y justo antes de llegar a la curva nos salimos por una pista por la izquierda.


Estas imágenes con los colores del amanecer sólo están destinadas a verlas en vivo a aquellos que no se quedan pegados a las sábanas. El pequeño esfuerzo vale mucho la pena.



Aunque la ruta digamos "oficial" continua por la pista y hace una vuelta para comenzar a subir, nosotros queríamos subir directos por el lomo de la montaña ese primer tramo, ya que sobre el mapa se veía bien, pero cuando llegamos al punto que habíamos escogido para desviarnos vimos que no habíamos sido los únicos en pensarlo, ya que había un buen rastro para seguir. 



Enseguida enlazamos con la senda marcada y fuimos subiendo y disfrutando de caminar metidos en la naturaleza.


¿Vale la pena, no?









Llegamos a la parte superior, donde nos esperaba el solitario vértice Cruz, desde el que no hay ninguna vista ya que ha quedado bastante tapado por los pinos circundantes.



Teníamos previsto almorzar allí, pero como en el lugar no hacia Sol y apetecía el calorcillo, continuamos un poco más y enseguida vimos un lugar abierto donde vimos unas rocas para poder sentarnos con vistas y la sensación de esos primeros rayos de Sol. Al apartar una de las piedras para que nos sirvieran de asiento, interrumpimos el sueño de un escorpión bastante grande y le volvimos a colocar la piedra como estaba.


Una vez disfrutado ese gratificante almuerzo iniciamos el descenso llegando enseguida a una pista, que un poco más allá volvimos a abandonar por una senda a la derecha.





Magnífica la calidad de las sendas de esta ruta y todas con buena sombra, por lo que debe ser agradable de recorrer en cualquier época del año.





















La preciosa senda acabó en la Fuente del Príncipe, que no tenía agua. En la proximidad vimos varias mesas, unas de madera y otras de piedra.






Ahora continuamos por la carreterilla asfaltada dirigiéndonos a la población de Quesa.



Asombrosa la cantidad de agua que manaba de la Fuente de la Mina, aunque estaba "caliente", nada fresca para lo que cabría esperar de la época.


Enfrente había una callecilla por donde se veía el lavadero y nos acercamos a visitarlo. Está restaurado y nos sorprendió con sus dimensiones. Pocas veces hemos visto un lavadero tan largo. El agua sobrante va a parar esa gran balsa que hay a su costado.




Continuamos callejeando y pasamos por la Plaza de la Iglesia, que cuenta con una curiosa inscripción, de un gusto extraño si uno se para a pensarlo.





Salimos de Quesa dirigiéndonos hacia el Río Escalona. Por la parte de la izquierda, arriba, veíamos una senda con postes indicativos que Manuel Carlos acercó con el zoom.






Al llegar a la pista del río vimos un indicativo del Salto del Molino y un área recreativa que debe haber abajo, pero como nos quedaba mucho por ver no bajamos en esta ocasión y continuamos recto.






Pasamos el desvío por el que subiríamos más tarde y continuamos hasta la pista que cruza el río y hace de presa para ver los reflejos del agua. Había allí un pescador y le preguntamos: ¿Pican?....contestándonos: ¡Con vosotros, siete ! ;)



Imágenes que muestran el día tan chulo que estábamos disfrutando.








Volvimos al poste para subir haciendo unos zig-zag.








Allí pasamos una zona rica en cristales de yeso, donde nos entretuvimos en buscar algunas formas.






Esta senda que se dirige al Barranco del Frigolet y que después circularía por su lecho es una maravilla.



















Saliendo de él y llegando a un camino vimos un grupo de cabras montesas. 




Muy al fondo la Presa de Escalona.


Más adelante volvimos a salirnos del camino por otra bonita senda que nos llevaría hasta el paraje de los Chorradores. Lástima que fuera bien visible la degradación que deja el paso de las motos y bicicletas y la erosión que producen.












Nos dirigimos primero hacia la izquierda para ver el primero de los saltos en una zona cubierta de enredaderas y con sendas adaptadas.









El lugar es una chulada y lo aprovechamos para hacer otra foto de grupo.




A continuación volvimos un poco y fuimos a visitar la Fuente, pasando por un árbol de caquis del que aún pudimos disfrutar algunos.



Llegamos a la Fuente de la Higuera. Unas no tienen y otras se pasan. Esta tenía los caños a rebosar de agua e inundaba la zona de acceso porque su desagüe se habría obstruido por las abundantes hojas caídas.





Volvimos al lugar donde nos habíamos desviado antes y continuamos por la pista, que enseguida nos llevó al siguiente Chorrador, que caía en una doble cascada.






El agua que alimentaba la cascada es la que pasa por el Azud de la Badina.


Continuamos caminando por el paseo.













Llegamos a esta zona donde hay una buena poza.



Han dispuesto estas rocas planas a la altura justa para que se pueda caminar por ellas como si fueran las hojas de flores de loto.





Crece allí una gran higuera de cinco garras.




Visitada la poza continuamos y enseguida llegamos a la Fuente Clara, donde Ángela hizo de Dora la Exploradora y se metió por detrás de la preciosa cortina de agua que caía.










Continuamos por la senda y enseguida llegamos al aparcamiento donde teníamos los coches, dando por terminada esta bonita y entretenida ruta.





Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE.



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