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"Una ruta muy ventilada"
"Una ruta muy ventilada"
Esta semana habíamos trasladado la salida al domingo. La ruta propuesta era subir al Vértice Geodésico nº 41 en altura de la Comunidad Valenciana, Carrascal, con 1268 m de altitud. En la misma ruta subiríamos también al nº 69, San Cristóbal, con 1147 m de altitud, ambos situados en el Término Municipal de Morella, Castellón.
Haríamos la ruta en sentido contrario a las agujas del reloj. Saldríamos desde la población de Xiva de Morella en dirección Este, pasando cerca de la Ermita del Roser. Seguiríamos a media altura por el Barranc del Juncal y a continuación por el Barranc dels Planes, abandonándolo en el Mas del Carrascal, desde donde subiríamos al vértice del mismo nombre. Desde aquí nos dirigiríamos hacia el Oeste por el Azagador de Santa Cruz, pasando por el Peiró de San Pere y, por el cordal de la Sierra de la Cruz llegaríamos al vértice San Cristóbal. Desde allí, en empinado descenso llegaríamos hasta el Mas de los Molinos y, pasando por el Coll d’Ortells, volveríamos a los coches.
A la cita acudieron Manuel Carlos, Ivelina, Xavi (Goterris) y un servidor. El tiempo se preveía revuelto al 50 %. Salimos lloviendo, pero cuando pasamos por Castellón dejó de llover y el día, mejor dicho: la noche, se despejó. Recogimos a Xavi en el Decathlon de Villareal y seguimos hacia el punto de inicio. Llegamos a Xiva de Morella y comenzamos a andar sobre las 8:00, con algo de viento y con una temperatura de 9 grados.
Iniciamos nuestra andadura siguiendo el PR-CV 375 que nos hizo ganar algo de altura rápidamente y nos hizo pasar por unas balmas muy atractivas con buenas vistas a los acantilados del Barranco del Juncal, por el que circulábamos a media ladera.
Pasamos al contiguo Barranc dels Planes y una vez sobrepasado el Mas del Carrascal iniciamos nuestro ascenso por una bonita senda entre carrascas hasta el Cap del Cingle, cruzamos la primera línea de ventiladores sorteando las vacas y abandonamos el PR por la diestra para ir sin senda definida bordeando la cresta de la muela.
Resultaba impresionante la cantidad de molinos para energía eólica que hay agrupados en esta zona y se oía constantemente el rumor del rozamiento de las aspas con el aire y el de los mecanismos.
Vimos varios puntos por los que se podía subir y cuando estábamos ya en las proximidades del vértice hicimos una pequeña trepada y subimos a la planicie superior, desde donde ya se avistaba el vértice geodésico.
El vértice del Carrascal está suplementado en altura pero, aunque tiene una gran amplitud de vistas en los 360 grados, no eran muy atractivas en ese momento debido a la leve neblina que difuminaba el horizonte. Hicimos la foto de grupo y buscamos el modo de descender hasta la pista.
Encaramos ahora el Azagador de de Santa Cruz que discurre por el cordal de la Serra de la Creu y pasamos al lado del Peiró de San Pere. Extrañamente se encuentra dentro de un corral de ganado cerrado con alambrada, por lo que lo fotografiamos desde el camino.
Como la Sierra ha sido ocupada por los altos ventiladores, seguimos la pista bajo un viento que, sin llegar a ser fuerte, era un poco molestón y que demostraba a las claras las cualidades por las que los ingenieros habían escogido esta zona para su particular repoblación forestal. El viento, por otra parte, nos regalaba las preciosas imágenes cambiantes de las nubes.
La característica del viento constante hacía las delicias de unos pájaros negros parecidos a los cuervos y los buitres, grandes planeadores, que disfrutaban jugando con las corrientes ascendentes.
Intentamos buscar un lugar que nos resguardara un poco para poder almorzar y lo intentamos tras uno de los molinos, pero dada su estructura circular, sin ninguna esquina, el viento giraba a su alrededor y no ofrecía ninguna protección y, al igual que les hubiera sucedido a los canes para otros propósitos, buscamos otro lugar más idóneo, encontrándolo tras uno de los muros de “pedra en sec”.
Una vez terminamos el almuerzo continuamos siguiendo la cresta de la Sierra y cuando llegamos al penúltimo ventilador, nos salimos por la derecha para dirigirnos al vértice de San Cristóbal. Desde lejos vimos que la estampa del vértice con el Peiró de la Santa Creu al lado lucía un tanto elegante, o al menos así nos lo parecía. Nos extrañó en un principio que si el vértice era de San Cristóbal, estuviese en el Peiró la estampa de Santa Bárbara. Después descubrimos la razón y era que Santa Bárbara estaba ahí por si tronaba, pero San Cristóbal estaba en la cara posterior.
Nos hicimos la foto de grupo reglamentaria y tiramos para abajo en acusada pendiente. Cuando tracé el track, aquí no se veía camino ni senda documentada y lo hice siguiendo mi instinto por donde veía posibilidades en la ortofoto, pero en un buen mapa que me pasó Xavi, figuraba una antigua senda que bajaba por un lateral. Por unanimidad decidimos ver si la encontrábamos y Xavi disfrutaba de lo lindo en esos tramos de aventura. Pasamos por un viejo pozo cuya entrada estaba tapada por una antigua trilla de madera que tenía incrustada piedras de silex en lugar de los pinchos de metal, pero que en su momento de seguro que cumplirían la misma función.
La posible senda se fue alejando del track y al final nos encontramos con una valla que nos cortaba el paso y que resultaba insalvable en aquel lugar. Decidimos dirigirnos entonces hacia la derecha para encontrar el track y vimos un lugar por donde pudimos pasar. Nos incorporamos al trazado previsto en un principio y resultó ser un buen paso que más tarde se convirtió en una bonita senda entre carrascas.
Cuando acabamos el descenso abocamos a una pista y continuamos por el PR-CV 217 que va de Ortells a Morella pasando por Xiva y que continuaba ofreciéndonos otra agradable senda a la que se iban incorporando tramos de pinar. Vimos en el recorrido unas flechas amarillas que iban en dirección contraria a la nuestra y al llegar a la carretera nos dimos cuenta de que el motivo era que estábamos circulando por el Camino de Santiago de Castellón. Hicimos unas cuantas bromas con la otra señal, a la que se le había caído la “X” y mostraba la inscripción “Iva”, que curiosamente era la abreviatura del nombre de nuestra acompañante femenina.
Fuimos durante un pequeño tramo por la carretera y más tarde volvimos a abandonarla, a ella y al PR, saltándonos la última parte de asfalto y así entramos al pueblo por la parte Norte.
Callejeamos un poco y encontramos el lavadero y su fuente, que resultó casualmente estar muy cerca del coche. Procedimos al baño de pies en un agua cuya temperatura hacía que no pudiéramos soportar tenerlos dentro ni un minuto. Comimos en un agradable banco de piedra con vistas a la montaña de rocas y después fuimos al bar para tomar un café, donde conversamos con el dueño, que nos comentó que actualmente en el pueblo sólo había 25 habitantes fijos.
Emprendimos el regreso y, de camino, aún paramos el coche en medio de la poco transitada carretera para hacer una foto de esta vista de la monumental Morella que siempre había querido tener, despidiéndonos, no por mucho tiempo, de esta zona a la que pronto volveremos para hacer nuevas conquistas. Esperamos que Xavi vuelva a caminar con nosotros siempre que le acople alguna ruta y que Ivelina nos regale su compañía cuando el trabajo y las circunstancias se lo permitan.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track pulsando aquí: PABLOONCE
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