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"Geosending"
Este sábado la ruta propuesta era subir al Vértice Geodésico nº 39 en altura de la Comunidad Valenciana, el Turmell, con 1276 m de altitud. Para ello utilizaríamos el track del amigo Ángel Salom de una salida que realizaron ellos en diciembre de 2008. La misma ruta ha sido recorrida por Goterris y por Toni Martín y nosotros no íbamos a quedarnos con las ganas.
Saliendo de Vallibona, cruzaríamos el Río Sérvol y recorreríamos el Barranc de la Pasana hasta llegar a la Ermita de Santa Águeda. Desde allí subiríamos a las antenas y seguiríamos todo el rato por el cordal de la sierra caminando por la Vereda del Turmell, que nos llevaría hasta el Vértice del mismo nombre. Retrocederíamos un tramo para encarar una senda que en pronunciada bajada nos llevaría a través del Barranc del Codiná y llegaríamos a Vallibona.
A la cita acudieron Jose y Mari, Manuel Carlos y un servidor.
Creíamos que iba a hacer más fresco cuando aparcáramos en Vallibona, pero nos encontramos con unos agradables 16 grados. Aparcamos en la fuente que hay en la parte baja del pueblo ya que nos quedaba más recogida que la de la plaza del pueblo para refrescarnos cuando termináramos la ruta.
Cuando pasaba un poco de las 7:30 comenzamos a andar yendo hacia la carretera para cruzar el río Servol por el puente. Se encontraba totalmente seco en ese tramo a estas alturas de la temporada y en la siguiente curva nos salimos de la carretera por una senda que, por la izquierda, nos haría seguir las marcas del GR-7.
Metidos en conversación y siguendo las marcas, nos pasamos un poco el lugar donde debíamos abandonarlas, que era en la Masía de Santa Águeda. Cuando nos dimos cuenta, volvimos un poco sobre nuestros pasos para encarar la dirección correcta. En este punto Ángel nos había dicho en su crónica que la senda era difusa, por momentos inexistente y perdedora y fue aquí donde nos pusimos a jugar al "Geosending", que para nosotros es ir con el GPS intentando marchar por encima del track de la pantalla pero sin ver una senda clara. Por momentos no había ninguna, y de pronto había muchas, producidas por el paso de las vacas.
Había veces en que íbamos siguiendo la más clara cuando, de repente, nos dabamos cuenta con pena que el track la abandonaba. Seguíamos otra y decíamos: ¡"ésta", "ésta" es la buena!... y al rato se difuminaba y teníamos que buscar otra o ir monte a través.
De cualquier manera, como el monte aquí está precioso no nos importaba ni mucho menos ir un poco a la trocha, pensando que nos fuera a aparecer Obelix en cualquier momento cargando dos jabalíes. Así llegamos a la Ermita de Santa Águeda, utilizada en su mayor parte y en su exterior como corral de ganado. Nos hicimos una foto y seguimos ahora en descenso por una pista que nos llevaría hasta la carretera.
Allí teníamos que coger la pista cementada que, en ascenso, nos llevaría a las antenas, pero la entrada estaba cerrada con una verja con candados. Saltamos la valla por el lateral derecho, mirando con cierta precaución a un toro que observaba nuestros movimientos. Al animal le faltaba un cuerno y sonreíamos pensando que sería de cuando pasaron por aquí Ángel y Jose la última vez.
Saltamos otra valla cuando llegamos a la zona de las antenas y buscamos un lugar para almorzar bajo unos pinos. Una vez repuestos enfilamos la Vereda del Turmell, que circula por todo el cordal y nos llevaría hasta el Turmell. Al ir por la parte más alta de la sierra, las vistas a todos los lados eran impresionantes y más que lo hubieran sido de no haber una persistente neblina que nos difuminaba el horizonte.
Como sabemos que a Jose y Mari les gustan las pedreras, tuvimos que pasar por alguna que otra.
Ya habíamos caminado un rato por la Vereda pero, como se puede apreciar en la tercera imagen, y así lo describe Ángel en su crónica: "el Turmell aparecía ante nosotros increíblemente lejos".
Nos guiaban pequeñas fitas puestas de cuando en cuando. No vimos toros ni vacas por esta zona como les pasó a Ángel y Jose cuando pasaron ellos, por lo que seguimos por la vereda. Llega un momento en que la senda desciende un poco y se ve su continuación allá a lo lejos en una loma cercana, pero nosotros decidimos continuar por la parte de arriba, teniendo que hacer un pequeño retrepe de unas rocas.
Seguíamos ahora por una pista más marcada con nuestro objetivo al frente.
Más tarde volvimos a abandonar la pista y, por la izquierda, empezamos a subir por una senda hasta que abocamos en la pista de ascenso al Turmell. Aquí tuvimos que apartarnos un poco, ya que bajaban a toda velocidad por la fuerte pendiente un grupo de 40 ciclistas con sus bicis de montaña.
Estuvimos hablando un rato con el agente forestal que estaba en la caseta de la cima; nos hicimos la foto de grupo; llamamos a Kiquet, que había organizado otra salida y continuamos nuestra marcha, ya que los buitres comenzaban a sobrevolarnos y no era plan.
Enseguida abandonamos la pista cementada por la derecha y comenzamos a seguir las marcas de un PR que ya no nos abandonaría hasta Vallibona. Esta senda es muy bonita de recorrer y discurre siempre en cómoda bajada entre un frondoso bosque que nos mantenía a cobijo de los rayos del sol.
La senda era una delicia para la vista y para nuestros pies, al caminar por el almohadillado manto de la pinocha y las hojas de las carrascas.
Al cruzar el Barranc de Querol quedamos sorprendidos por el lecho de piedra del barranco, que parecía una autopista. Manuel Carlos se fue por él unos 500 metros para ver cómo continuaba y nosotros seguimos a través de unos azagadores de "pedra en sec" de gruesas paredes.
Vimos desde arriba algún remanso de agua estancada del río Servol y la población de Vallibona no se vio hasta que prácticamente llegamos a ella.
Al lado del PR vimos una señal que indica la presencia de una senda botánica y que sube por unos peldaños excavados en las rocas.
Llegamos a un área recreativa con mesas de madera y fuente (con agua) con su abrevadero.
Cruzamos el puente del, en estos momentos, seco río Servol y nos adentramos por las bonitas calles de Vallibona. Eran las 14 horas y salía de las casas un aroma a guisado de carne espectacular. Aún lo huelo mientras escibo esta crónica y por el que hubiéramos cambiado nuestra herencia al igual que el hambriento Esaú hizo por un plato de lentejas.
Llegamos al coche y a la fuente y tras nuestro momento baño de pies y refrescarnos, dimos buena cuenta de la comida y las cervezas que llevábamos en las neveritas y volvimos para casa.
Una preciosa excursión, con el toque de aventura en varios momentos al no estar las sendas definidas ni el camino marcado. Muy recomendable llevar GPS para esos tramos. Las vistas desde todo el cordal "deben" ser espectaculares ya que a nosotros no se nos despegaba la neblina. Y la senda de bajada desde el Turmell a Vallibona por el PR es realmente preciosa. Esta senda no ofrece ninguna pérdida, ya que se encuentra marcada y se puede subir desde Vallibona y bajar por el mismo camino, sin que desmerezca el pasar por ella dos veces.
Un saludo y hasta la próxima.
Podéis descargar el track pulsando aquí:
PABLOONCE
Excelente crónica y fotografías Pablo. Me están entrando ganas de repetir la ruta !!!
ResponderEliminarBueeena ruta, lástima de la niebla y de que no pudistéis ir de capea por la vereda je je.
ResponderEliminarEnhorabuena por la preciosa ruta y la interesante crónica. A ver si convenzo a Ángel y hacemos pronto una buena ruta por Valli, que hace mucho que no pateamos por allí.
Saludos y B.R.A.T.