0057 - Vértices Geodésicos C.V.: Cabeçó d'Or (1209 m) / A+ 1200 m / 14,56 km

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Are you ready? Hey! Are you ready for this?
(¿Estás listo? ¡Eh! ¿Estás listo para esto?)
Otro vértice que muerde el polvo

Este sábado la ruta propuesta era subir al Vértice Geodésico nº 57 en altura de la Comunidad Valenciana, el Cabeçó d’Or, con 1209 m de altitud, situado en el Término Municipal de Busot, Alicante.

No tocaríamos nada de carretera y no haríamos el recorrido clásico, sino uno que había trazado en forma de ocho. Cuando la compuse pensé que: ¡A ver cómo sale! Aparcaríamos los coches antes de llegar a Busot, saliéndonos por la carretera del Pla de la Gralla y abandonándola por la izquierda aproximadamente en el km 2 y comenzaríamos subiendo directamente por la Canal del Homenet, entre altos acantilados con fuerte pendiente.

Llegaríamos a un collado donde cogeríamos otra senda que, también en fuerte ascenso, nos llevaría a la cima del Cabeçó. Bajaríamos por la parte Este pasando al lado del Penyó del Barber e iríamos girando a la derecha pasando más abajo de la cantera pequeña (hay dos). Subiríamos por otra senda hasta el collado y nos cruzaríamos con la senda por la que habríamos subimos al Pico. Seguiríamos dirección Norte ya en descenso hacia el Mas de Racó Seba, giraríamos a la izquierda bordeando el Macizo de las Minas Orcolana y Salvación. Pasaríamos por la Casa Gorjas y regresaríamos a los coches.

Aquí podéis ver un vídeo de la simulación de la ruta en un vuelo en 3D que preparé para la ocasión para que os hagáis una idea fiel del recorrido:

Le tenía ganas a esta ruta y estaba deseando que fueran pasando las semanas hasta que le llegara el turno. La había preparado hace tiempo y pensaba que sería una de las que se nos quedan en la memoria, aunque sabía que se nos presentaba dura, por eso le incluí al vídeo la canción de Queen que comienza con la frase: "¿Estás listo, estás listo para esto?" y que por añadidura se titula "Otro que muerde el polvo" y que habría que ver si quien mordía el polvo era otro vértice más o nosotros.

A la cita acudieron Kiquet, Jose Vicente, Manuel Carlos y un servidor. La temperatura era agradable y sin viento y sobre las 7:40 comenzamos a caminar. Enseguida nos salimos de la pista por una senda que nos salía por la derecha y que nos hizo pasar al lado de una pared vertical frecuentada por los escaladores.

En rápido ascenso desde el inicio, íbamos admirando las formaciones entre las que pasábamos a ambos lados. Arriba vimos una de las crestas con un agugero que parecía como hecho por una bala de cañón. De vez en cuando volvíamos la vista atrás para ver la perspectiva que se nos iba ofreciendo.

Teníamos este cañón por delante, la Canal del Homenet, con un fuerte desnivel e íbamos subiendo poco a poco por una sendita sin marcas que serpenteaba buscando el mejor paso.

En esta imagen se ve mejor el desnivel del barranco y el esfuerzo que hacen Kiquet y José Vicente entre las altas paredes de La Foradada y Caldero.

Cuando superamos la mole rocosa del Homenet y subimos un poco más ya podíamos ver una estampa para recordar. Veíamos el horizonte literalmente como un papel arrugado y entre esas arrugas se podían distinguir claramente el Maigmó, la Penya Migjorn, el Despeñador y la Silla del Cid.

Continuando la ascensión ya teníamos a tiro de retina el vértice del Cabeçó. Llegamos al Collado del Polset y vimos las ruinas de la casa del mismo nombre y un vestigio de una antigua nevera.

Caminamos ahora por un falso llano entre pinos que enseguida nos acercó a una pared rocosa y nos permitía ver la continuación de la Sierra del Cabeçó, que culmina con una caseta de vigilancia forestal.

En la imagen central tenemos el único paso en el que hay que apoyar las manos. No tiene dificultad, aunque en presencia de humedad vendría bien la ayuda de una cadena para evitar resbalones.

Superando estas últimas rocas ya pudimos ver la vertiente que daba al mar y los reflejos del Sol en el agua, justamente sobre Benidorm y su isla, que despertaban apaciblemente, custodiados por el Puigcampana.

Cuando ya encarábamos el último tramo de ascensión, vimos las paredes de una casa derruida. No sé la función que tendría ésta para que se hiciera el tremendo esfuerzo de construirla en este abrupto lugar, adonde seguro que les costó lo suyo subir los materiales. Y es que es lo que pasa, que los padres se hacen el chalecito con toda la ilusión y después los chicos no quieren venir y acaba abandonándose todo...¡ayss!

Llegamos arriba y se nos ofecía una vista de 360 grados donde, al girarte tenías que detenerte "por tiempos", como en la mili, para admirar cada parada como se merecía. Cuesta subir hasta aquí, pero tiene estas recompensas.

El Campello, Sant Joan y Alicante.

Benidorm, Serra Gelada, Puigcampana y Sierra de Aitana.

Dejamos constancia de nuestro paso en el buzón, vimos los restos de un algibe y buscamos un buen sitio para almorzar, un sitio con buenas vistas, aunque allí lo que teníamos difícil era el elegir hacia qué paisaje aposentarnos.

Concluído el ágape comenzamos el descenso por otra vertiente no habitual, teniendo como referencia el Penyó del Barber, al lado del cual teníamos que pasar. Aquí la senda se hace difusa por tramos y la mayoría del tiempo hay que bajar patinando por una resbaladiza pedrera de las que le gustan a Mari. El fuerte desnivel hace que se haya que ir con tiento y precaución, aunque es practicamente inevitable que alguna vez nos sentemos en el suelo.

La montaña toda para nosotros y nuestra referencia al fondo.

En la larga bajada pasamos por la derecha del Penyó y la senda nos llevará a bordear por la izquierda el siguiente montículo. Cuando lo pasamos apareció ante nosotros una gran cantera. En esta zona hay dos en el mapa. A la que vemos en la imagen no llegamos, pasaríamos por su derecha, pero sí pasaríamos por la parte de abajo de la otra, aunque no se ve desde la senda.

Llegamos a una pista en la que había un poste indicativo de senderos: el PRCV 243 que hace una circular de 8 km desde Aigües y el PRCV 226, sendero lineal que une las poblaciones de Busot y Aigües.

Seguimos bordeando el macizo hasta que nos unimos al PRCV 2 que, por marcada senda, nos subiría por segunda vez al Collado de Polset.

La subida es constante y en buen desnivel y con lo que llevábamos en las piernas se hacía muy cansina. Menos mal que la neblina nos protegía del Sol, que sino hubiéramos pasado calor en este tramo. Cuando el paisaje cambió y nos adentramos en una zona de pinos ya quedaba poco.

En la segunda imagen se puede apreciar el valle por el que subimos al principio de la jornada y la cresta del Homenet, que en este momento circulaba casi paralelo al que que llevábamos.

Manuel Carlos y Kiquet se habían adelantado en la subida y nos estaban esperando en la Casa del Polset, hablando con otros montañeros a los que lo que habían hecho les sabía a poco y querían hacer alguna cresta. Oportunidades no les faltarían. Continuamos juntos hasta el collado y comenzamos el vertiginoso descenso, donde nos permitimos hacer trotando algunos tramos.

Esta senda va bordeando el macizo hacia la izquierda, dándonos otra vista completamente distinta de la Sierra.

Pasamos por delante del Mas de Racó Seba y continuamos ya por pista.

Más adelante vimos a la derecha la Casa Gorjas, sita en un entorno atractivo y nos permitimos una última vista atrás y a la derecha para despedirnos de estos paisajes.

Llegamos al coche a las 13 horas y como no había fuente cercana procedí al baño de pies con la botella de agua que, aunque no es lo mismo, también reconforta.

Una ruta memorable y exigente, por su esfuerzo y los paisajes tanto de las paredes rocosas cambiantes en cada tramo como de las panorámicas que se nos van ofreciendo desde esta fenomenal atalaya. La larga pendiente de la última parte de la ruta, debido a lo que ya llevábamos acumulado, me hizo reir pensando para mí que más me valdría frenar el lapicero en ocasiones cuando proyecto alguna de las rutas.

Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE