0065 - Vértices Geodésicos C.V.: Navarro (1165 m) / A+ 591 m / 12,49 km

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 "Otro vértice secuestrado"

 Este sábado la ruta propuesta era subir al Vértice Geodésico nº 65 en altura de la Comunidad Valenciana, Navarro, con 1165 m de altitud, situado en el Término Municipal de Requena, Valencia.

Esta ruta tiene la dificultad en su trazado de la presencia de otro gran coto de caza mayor, protegido por una valla como la que vimos en el Pico del Tejo y de que, como siempre, no se sabe por dónde va el recorrido de la misma. Afortunadamente pude contactar con Ramón, administrador de la web de “La PlanaSender”, con el que compartí mis dudas y despejé muchas de ellas gracias a sus conocimientos y los de su hermano de toda esa zona. Cuenta la ruta además con el molesto agravante de que el vértice queda a 1 metro de la valla pero en la parte de dentro del coto, por lo que seguramente nos haríamos la foto desde fuera. De ahí lo del vértice secuestrado, ya que al igual que el Aitana, no se puede acceder a él porque están dentro de vallas alambradas.

Para llegar al punto de inicio nos dirigiríamos hacia Requena, saliendo de la A3 para coger la CV-391 en dirección a Villar de Olmos. Aparcaríamos sobre el km 6 a la altura de un barranquito. Haríamos la ruta en el sentido contrario de las agujas del reloj.

Comenzaríamos subiendo por el Barranco del Artesón y más adelante nos desviaríamos a la derecha para subir a la Sierra Juan Navarro, desde donde por su cresta llegaríamos hasta el Vértice y Pico del mismo nombre. Pasaríamos después por el Barranco de los Cañizos y subiríamos al Pico del Águila y a El Peñón. A continuación bajaríamos por un cortafuegos y buscaríamos la Fuente de Las Zorreras, regresando a los coches.

Aquí podéis ver el vídeo de la simulación de vuelo en 3D sobre el track que preparé para la ocasión:

A la cita acudieron Mari y Jose, Karmen, Kiquet, Juan Carlos, Dioni y un servidor.

Comenzamos a caminar a las 7 con el frescor de la mañana. La primera duda, que era el estado en que se encontaría el Barranco del Artesón para su paso, quedó despejada enseguida, sorprendiéndonos con que había una sendita completamente limpia, por lo que circulamos cómodamente por él en leve ascenso.

Cuando llegamos a la cabecera del barranco la pendiente se acentúó un poco hasta que llegamos al collado en el que se cruzaría nuestro recorrido de hoy.

En la primera imagen, una vista del barranco por el que tendríamos que regresar aquí de nuevo, una vez recorrida la Sierra. Y en la segunda, nuestro inminente destino. Subiríamos al pino que se ve a la derecha y recorreríamos por la cresta la Sierra de Juan Navarro hasta llegar al Vértice Geodésico.

Una vista de lo que hemos dejado atrás.

En la subida tomamos como referencia el pino solitario de arriba. No hay senda definida aunque se iban encontrando trazos. De todas maneras se subía bien y el monte bajo presentaba claros por los que poder pasar sin arañarse.

Cuando llegamos arriba vimos la valla del coto que recorre la  misma cresta. Había una pista por el otro lado de la valla, pero por éste, vimos que lo más cómodo era circular junto a ella en la medida de lo posible, que era donde el monte estaba más despejado.

Poco a poco fuimos buscando los mejores pasos y acercándonos al pico donde estaba instalado el vértice.

El pilón de hormigón quedaba a un metro de la valla en la confluencia de dos cotos y dentro de el que estaba a la izquierda según el sentido de nuestra marcha. Abajo se podía ver el fértil valle propiedad del coto.

No vimos necesario saltar la valla para hacernos la foto, aunque nos sigue resultando incomprensible que por un metro se secuestre el vértice y no se pueda acceder a él.

Imágenes desde este emplazamiento. La sierra Juan Navarro por la que veníamos y la Plana de Requena-Utiel en la segunda, totalmente plana, claro. En la tercera imagen y tirando de zoom, podíamos ver el Pico del Águila, lugar donde queríamos llegar para almorzar allí.

Continuamos la valla, que nos fue bajando hasta el Barranco de los Cañizos y a una pista que circulaba por él. Esta pista se va perdiendo poco a poco hasta que se convierte en senda y que al final con un fuerte pero corto ascenso nos devolvería al collado desde el que habíamos subido a la Sierra.

Tomamos la diestra para subir al Pico del Águila. Las características de este ascenso fueron las mismas que las que habíamos tenido para subir hacia el pino en la mañana, trozos de senda intuibles y claros en el monte bajo por los que pasar.

Durante toda la ruta habíamos tenido la misma suerte que en la ruta de la semana anterior. Unas nubes nos protegían del sol y soplaba una brisa fresca que hacía que el caminar así fuera un lujo.

Las vistas desde el pico eran muy buenas y allí disfrutamos de un buen almuerzo.

Una vez repuestos, cotinuamos hacia el Pico de el Peñó, que se veía en lontananza, coronado por dos pinos sueltos.

Nos íbamos despidiendo de esta Sierra de vez en cuando con una mirada atrás.

Pasamos por los pinos que veíamos en la distancia sobre El Peñó y cuando bajamos, circulamos por el cortafuegos previsto, aunque en caso de incendio esto no corta-el-fuego ni ná de ná, porque está completamente crecido de aliagas, coscojas y romeros. No afectaban a nuestro paso, ya que por la parte derecha hay una senda en la que a veces se juntaba el monte un poco y hacía que hubiera sido bueno mi mensaje de advertencia al publicar la propuesta de ruta, de que se viniera con pantalón largo por si acaso.

Como Kiquet decía que deberíamos teminar lo antes posible para que le diera tiempo a cocinar una paella con la que nos iba a obsequiar, decidimos acortar una parte del final previsto y por el borde de un campo llegamos a los coches. Aún así queríamos comprobar si existía la Fuente de las Zorreras que figuraba en el mapa como muy cerca de esa posición y que estaba en el plan original. Nos dirigimos hacia ella siguiendo una pista de tierra y bajamos al barranquito donde debería estar y que estaba protegido altos chopos indicando la frescura del lugar, pero de la fuente no había ni rastro. Sólo encontramos una especie de antiguo aljibe.

Volvimos a los cercanos coches y a las 11:30 habíamos acabado esta ruta que nos dejó buenas sensaciones. Tuvo mucho que ver la protección que tuvimos de las nubes y la fresca brisa que nos acompañó en todo el recorrido.

Procedimos al tracidional baño de pies, esta vez con garrafa, dada la ausencia de fuente y nos dirigimos al chalet de los padres de Kiquet.

Allí nos esperaban algunos compañeros como Manuel Carlos, Toni y Conchi, Miguel y Fina, que, por compromisos, no habían podido venir a hacer la ruta pero que no querían perderse la armonía de la compañía ni, por supuesto, la fenomenal paella que nos preparó Kiquet. Y Salva y María Jesús, que vinieron después. Estos últimos estaban haciendo unas crestas por Espadán y los llamamos para que se incorporaran al ágape.

Los demás,  mientras, tuvimos que sufrir la espera en la piscina.

La comida que nos ofrecieron Kiquet y su mujer Almudena estuvo fenomenal, acompañada de sangría fresquita y unos bizcochos que trajeron Jose y Mari para los postres y en los que pusieron una pancarta como celebración de la culminación del GR-7 y de la continuidad, que esperemos que haya para rato, del proyecto "Más de Mil".

Un saludo y hasta la próxima.
Podéis descargar el track pulsando aquí: PABLOONCE