Esta semana tuve mis dudas en cuanto a la elección de la ruta. Como había nevado más por la provincia de Castellón estuve a punto de cambiarla por otra que tenia preparada por allí arriba para asegurarnos el poder pisar la nieve. Sabíamos que el jueves había nevado bastante en Banyeres de Mariola pero no sabíamos si ya se habría derretido.
Menos mal que no la cambiamos porque, como comprobaréis en las imágenes siguientes, tuvimos nieve toda la que quisimos y las montañas estaban preciosas.
A la cita acudieron Ana, Mariano con sus dos perros Morgan y Dana, Manuel Carlos y un servidor.
Antes de las 8 ya habíamos aparcado junto al albergue del Área recreativa de la Font del Tarragó. Sin viento y sin sensación de frío.
Comenzamos por la bonita senda ya de inicio, que nos dirigía hacia la montaña directamente, preguntándonos que por donde nos subiría.
Oímos bastante ruido de agua cayendo y como había leído que por aquí había una cascadita, nos acercamos a verla.
Después de la cascada continuamos un poco más por la senda pero como vimos que no era la nuestra y se complicaba bastante, dimos la vuelta y regresamos al track.
Toda la senda es una chulada que discurre por una vertiente muy frondosa y cada vez nos íbamos encontrando más nieve. Llegamos a un colladito donde vimos los restos de un muñequito de nieve que debían haber hecho ayer algunos senderistas y nos asomamos para ver un fantástico mar de nubes.
Nuestro primer objetivo era la Cova Bolumini y la pudimos apreciar ya de lejos en la primera imagen a continuación.
Llegamos a las cercanías de la entrada, donde coincidimos con otro grupo de senderistas. Morgan encontró un rastro de algún animal y casi se entierra en la nieve. Las paredes de colores del exterior de la cueva contrastaban con los blancos y negros del paisaje nevado.
La cueva se compone de una sala amplia y profunda que continua unos 40 ó 50 metros, pero como la pendiente era pronunciada nos contentamos sólo con asomarnos hasta donde pudimos.
Llegamos a la parte de arriba, al Alt de la Cova (1044 m) y el paisaje estaba dominado por la nieve, con nuestra consiguiente alegría. Además era una cantidad de nieve "justa", que en las sendas tapaba un poco más de la suela de la bota y no estaba ni blanda ni dura y muy agradable de caminar sobre ella. Fuera de las sendas habría como un palmo y medio de media.
Las vistas, aunque con nubes, no tenían desperdicio y le daban al paisaje más sensación de volumen.
Seguimos caminando por las crestas y de repente apareció ante nosotros la flamante silueta del Montcabrer nevado.
Continuamos hacia nuestro siguiente objetivo que era el vértice geodésico del Portín.
Llegamos al vértice, nos hicimos la foto de grupo y buscamos unas piedras que daban al vacío y limpias de nieve donde poder sentarnos y nos dimos un gustazo de almuerzo.
Una vez repuestos costaba levantarse y más con algunos candilazos de sol que salían de vez en cuando, pero nos pusimos en marcha de nuevo subiendo y bajando por las crestas hacia nuestra siguiente parada, la Cava de Don Miguel que, reforzada con contrafuertes tiene aspecto de fortaleza militar.
Continuamos disfrutando de los paisajes y de caminar por la nieve. Obsérvese en esta primera imagen la cantidad de nieve "justa", agradable de caminar a la que me refería antes.
No podíamos ocultar nuestra alegría y el buen humor era la nota dominante.
Cada vez que las nubes en movimiento nos dejaban ver el Montcabrer era una fiesta. Imponía y nos agradaba su presencia en esas condiciones, bonito y nevado... y nuestro.
Llegamos a la pista y nos desviamos un poco más adelante a la izquierda para visitar la Cava del Buitre. Quizás porque está un poco más escondida y no hay indicaciones sea que se haya en un estado impecable.
Al verla así completamente cubierta de nieve parecía que estaba en plena producción y en la época en la que fueron creadas, en su ambiente original, cuando era común que nevara en estas tierras.
Al no hacer viento, no hacía frío y Mariano, que todavía tiene menos iba en camiseta y pantalón corto. Los que se nos cruzaban se daban con el codo y decían por lo bajini: "¿Has visto a ése?" No saben que se alimenta de productos naturales que él mismo cultiva en su huerto, jeje.
De nuevo otra imagen que se nos regalaba del Montcabrer.
Volvimos a la pista y enseguida llegamos a la Cava Arquejada, que tras casi tres años, continua en obras de restauración, bueno, digamos que siguen abandonadas las obras de restauración, aunque sigue siendo una de las preferidas por la mayoría por sus preciosas arcadas.
En ese punto había tanta gente que parecía una feria. Se ve que la gente habría subido con los coches por alguna pista cercana. Fuimos hasta el Refugio del Montcabrer y continuamos porque, ya que estábamos allí, ¿cómo no íbamos a subir al Pico Teix?
Enseguida nos encontramos con la Cava de la Habitación, muy bien conservada también y muy profunda. Tiene un panel explicativo del funcionamiento de las neveras y de cómo compactaban la nieve para producir el hielo, con el que comerciaban después.
Emprendimos la subida por la pista de nieve, aunque debajo sabíamos que era de cemento y en un momento llegamos a la cima del Pico Teix (1264 m).
Las vistas eran muy buenas, pero el Montcabrer, que estaba al lado nuestro, justo detrás de mí, no se dejó mostrar en esta ocasión y andaba cubierto por las nubes.
Volvimos al refugio y tomamos la senda que baja hasta Agres. Una senda empinada que, en esas condiciones y con tanta gente que había subido por allí, presentaba una nieve compactada y muy resbaladiza. Nos salíamos de ella un poco en los tramos en que podíamos y en los otros, pues a divertirse resbalando. Esta senda también está muy bien, y más con la nieve, pero nuestras piernas ya acusaban el esfuerzo, aunque Manuel Carlos decía (y todos pensábamos) que no quería irse de allí de lo a gusto que estábamos.
La transición de nieve a tierra fue lo peor por el barrillo que se forma pero llegamos sanos y salvos a la zona del Santuario y desde allí vimos el pueblo... pero era Agres. Aún faltaba para llegar a Alfafara.
Bebimos del agua fresca de la fuente de la zona de los aparcamientos y continuamos ahora un tramo por asfalto, que la verdad es que se agradecía, después de tanta senda y nieve, subidas y bajadas...
Pasamos por delante del Área recreativa y refugio Zamorano, desde donde parte una senda que lleva hasta la Cava de Don Miguel. Lo rebasamos y continuamos por nuestra senda en dirección a Alfafara, por la falda de la montaña por la que antes íbamos por su cresta. Más adelante llegamos al área recreativa del Molí Mató.
Es una chulada y se debe estar aquí súper fresco en verano. Hay mesas y una sucesión de tres cascaditas que acaban en un estanque.
Continuamos por la senda por un precioso entorno y de pronto se nos ofreció una vista de nuestro destino, Alfafara, con el cinglo a su izquierda y águilas volando. Decimos "águilas" por los sonidos que emitían.
Preciosa guinda para el final de una ruta ya de por sí completa.
La senda nos abocó en una pista asfaltada donde pudimos ver algunos olivos milenarios y volvimos a abandonarla para seguir otra senda que nos llevaría al Paraje de la Font, con un buen estanque. Se oía agua cayendo cerca pero ya teníamos bastante y no nos detuvimos a buscar su procedencia.
Llegamos al Área recreativa de la Font de Tarragó, donde teníamos los coches y dimos por terminada esta preciosa excursión en un ambiente ideal. Una ruta que se hizo más dura debido a la distancia y el esfuerzo adicional que requiere el transitar por nieve, pero que disfrutamos al máximo y que perdurará durante mucho tiempo en nuestra memoria como una de las buenas.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí:
PABLOONCE
Hola Pablo
ResponderEliminarPreciosa ruta que pintada de blanco aún lo es más...
Conozco una parte de ella que hicimos el año pasado y quedamos bien satisfechos.
Un saludo
Jose
TROTASENDES BENICALAP
¡Hola Pablo!
ResponderEliminarCuando el sabado estabamos en Caudiel, comentamos, ojala Pablo mañana tenga nieve, y baya si tuvisteis. El paisaje impresionante y se os ve en las caras que disfrutabais.
Nos alegramos compañeros.
Una ruta chulísima, tenía de todo. Besos y esperando la próxima. Ana
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