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Este domingo la ruta propuesta era subir al Vértice Geodésico nº 123 en altura de la Comunidad Valenciana, Els Castellans, con 1025 m de altitud, situado en el Término Municipal de Todolella, Castellón. Por proximidad también subiríamos al nº 72, Canto Perdiguer, de 1138 m, al que ya subimos cuando hicimos la ruta del vértice Castillo de Olocau.
Cogeríamos
primero el de la izquierda, el PRCV-244,
bajando primero al Lavadero, que nos llevaría en ascenso hasta el Vértice
de Els Castellans. Seguiríamos por un antiguo sendero que era el Antiguo Camino
de Olocau y en la Umbría de Planes lo abandonaríamos por la derecha para bajar al Barranc de Forné.
Seguiríamos el barranco que nos llevaría hasta arriba de la Mola de Todolella y visitaríamos el vértice Canto Perdiguer (1138 m). Seguiríamos por la Muela, ahora ya circulando por el PRCV-228 que, por la Colada del Mas de Sebastiana y por la cuerda de la montaña nos devolvería a Todolella y a los coches.
Seguiríamos el barranco que nos llevaría hasta arriba de la Mola de Todolella y visitaríamos el vértice Canto Perdiguer (1138 m). Seguiríamos por la Muela, ahora ya circulando por el PRCV-228 que, por la Colada del Mas de Sebastiana y por la cuerda de la montaña nos devolvería a Todolella y a los coches.
Aquí
podéis ver el vídeo de la Simulación de Vuelo sobre el track para que os hagáis
una idea fiel del recorrido:
A la cita acudieron Pili, Ana, Manuel Carlos y un servidor. Siendo un poco más de las 8 de la mañana comenzamos a caminar. Aparcamos en la parte de arriba del Lavadero, justo donde confluyen los dos senderos de pequeño recorrido que íbamos a utilizar hoy para nuestra marcha.
Pasamos junto al lavadero y ahí mismo nace, en un bonito camino de herradura el PRCV-244, que nos fue llevando por la senda entre carrascas y en constante ascenso.
Al mirar atrás podíamos ver cada vez con mayor perspectiva la población de Todolella con su hermoso castillo-palacio del siglo XVI, construido sobre otro del siglo XIII.
Hacía muchísimo viento y lo íbamos notando cada vez más conforme subíamos. Tras un rato de marcha ya teníamos a la vista el vértice de Els Castellans.
Para subir a él tuvimos que abandonar momentaneamente el PR y subir por donde mejor vimos. Nada complicado.
Tras las fotos de rigor volvimos a bajar al PR por el mismo sitio que habíamos utilizado para subir y continuamos por él.
Íbamos buscando un sitio para almorzar que estuviera resguardado del fuerte viento y no era fácil, pero al final nos salimos un poco del sendero bajando un poco por una ladera para encontrar cobijo y proceder con el deseado momento.
Tras el almuerzo continuamos y nos tocó bajar al Barranc de Forné. Continuamos por él y nos fue subiendo durante un buen rato hasta que llegamos arriba de la Mola de Todolella.
Nos llevamos una buena impresión ya que la mola termina en unos cortados desde los que se observa un gran horizonte hacia las tierras de Teruel. El recorrido continuaba ahora siguiendo el borde de la muela, pasando por las pistas hechas para los aeroventiladores.
A veces el PR lo meten entre las carrascas y se hace más ameno. Quizás circulaba por ahí antes de que hicieran las horrendas pistuchas.
Llegamos al segundo vértice de la jornada, el Canto Perdiguer, en el que ya estuvimos con Jose y Mari cuando hicimos la ruta para subir al vértice de Castillo de Olocau y que nos trajo buenos recuerdos de las aventuras pasadas. Cada vértice que subimos es una historia distinta y la protagonizan los que participan en esa ruta. Todas son distintas e irrepetibles.
Continuamos por el PR que nos llevó hasta este curioso poste donde coinciden los dos senderos que estábamos utilizando, el 244, por el que veníamos y el 228, que seguiríamos ahora, aunque no en la dirección que marca el poste sino que tomaríamos otra variante que se nos presentaría más adelante.
Las aspas funcionando a plena potencia impresionaban si te ponías debajo y al mirar directamente arriba se nos volvió a repetir el fenómeno de ver moverse el final del generador por el efecto del desplazamiento de las nubes.
Como en la ruta aquella de Olocau del Rey, volvimos a ver las curiosas formaciones que se observaban lejanas hacia Teruel, más allá de la Sierra de Bordón y que acercamos con el zoom. También utilizando el zoom pudimos acercar el lejano Embalse de Santolea.
Continuamos por la pista siguiendo las marcas del sendero. Hay que estar atentos al desvío por la derecha para tomar la variante, ya que el poste está caído en el suelo. Se puede tomar como referencia un gran navajo que se ve abajo y por cuyo lateral habrá que pasar.
En este tramo abrimos y cerramos numerosas porteras y pasamos al lado de campos de cereal en época de descanso.
Enfilados ya en dirección a nuestro destino podíamos ver una bonita estampa con la población de Forcall en el centro del valle, rodeada por sus cuatro Muelas y en el centro, asomando, la población de Morella con su montículo característico.
La senda nos llevaría ahora por el borde de estos cortados rocosos, amenizando así nuestro viaje.
La vista que comentaba antes de Forcall y Morella, ahora con más detalle.
El final de la ruta nos estaba deparando lo mejor, poniéndonos una pequeña guinda tras otra.
Veíamos Todolella allá abajo y la senda nos fue dirigiendo en zetas, facilitando el descenso, aunque la parte final se tornó bastante empinada.
Al final de la bajada y cuando llegamos a una pista cementada, vimos enfrente una fuente y una especie de paseo botánico, con la maldita costumbre que está tan de moda de tenerla sin agua (aunque no la necesitábamos) pero lo considero una estupidez. Está muy bien que construyan una fuente. Siempre hacen su papel, pero leches, ¡¡dadles agua!!
Cerramos nuestro círculo llegando de nuevo a los coches y al lavadero, donde tampoco tenía agua la Font del Xorret. Menos mal que el abrevadero sí que la tenía y que nos sirvió para nuestro ritual de costumbre. Un agua helada que nos dejó los pies como nuevos.
El consistorio acometió la reforma del Lavadero y el entorno de la Font del Xorret y terminó las obras en julio de 2010, costando la cantidad de 190.000 €. Ahora, en noviembre de 2013, el lavadero presenta un aspecto sucio y de total abandono y, por supuesto no tiene agua, como tampoco la Font del Xorret.
Una ruta sencilla de hacer pero muy agradecida en la que hemos utilizado dos Prs, yendo por uno y volviendo por el otro. La ruta está muy bien indicada con marcas en todos los desvíos y se puede acortar un poco tomando la primera variante arriba de la muela y que nos hubiera devuelto a Todolella por un camino más sencillo (es ciclable) en poco menos de una hora. La senda de ida y la de vuelta son muy agradables de caminar, entre azagadores y carrascas. Lo peor, el tramo de arriba de la muela donde están los ventiladores, ya que se circula por pista, pero lo compensa en parte la calidad de las vistas que se tienen desde allí.
Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE.
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