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Esta semana la ruta propuesta era hacer una circular a la Laguna de Soneja, pero la haríamos más larga y caminando por el cordal de unas sierras. Aún así se preveía una ruta de lo más sencilla y agradable. Pero por circunstancias tuvo su aquél.
A las 8 de la mañana, como dicta el Reglamento, estábamos en el punto de inicio. Para llegar a él nos dirigimos a la población de Algar de Palancia, la atravesamos y cruzamos el puente sobre el seco Palancia en ese punto y continuamos por la carreterilla asfaltada hasta la puerta del Rancho El Paso, adornado con una cabeza de res con dos cuernos.
A la derecha sale una pista que en 500 metros nos llevaría hasta una agradable Área recreativa que dispone de tres mesas a la sombra de los altos pinos.
A la cita acudieron Ángela, Quico, Manel, Nolo, Juan Carlos y un servidor dispuestos a aprovechar el día tan fantástico y luminoso que nos había tocado en suertes. Además no hacía nada de viento. Igual fue el único día de todo noviembre de este año.
Continuamos la pista por la que habíamos venido y más adelante continuamos por una variante por la izquierda, atravesando un paso no autorizado para coches.
El ascenso era suave pero constante, salvo alguna pequeña pendiente. Después nos desviamos a la izquierda por senda, que tiene su cartel indicativo.
La senda nos llevó a una zona que fue una cantera de piedras de molino, quedando restos de algunas por el entorno.
Y un poco más adelante llegamos al mirador de la Peña La Cagá, desde donde hay buenas vistas de la Sierra de Espadán.
Continuamos la senda que desde que cogimos el desvío está señalizada con unos postes con la punta pintada de rojo y pasamos por una laguna seca llamada El Arenal porque su suelo está formado por arena fina.
Llegamos a la pista y un poco más tarde ya vimos las ramas de un pino piñonero monumental que crece en las inmediaciones de la Laguna.
Una maravilla de pinacho.
Al lado hay un pequeño mirador de madera desde donde se puede observar parte de la laguna desde arriba.
Abandonamos el lugar y continuamos por la pista para bajar a la laguna. Bajo este frondoso pino y con un estar muy agradable nos pusimos a almorzar después de haber visitado la Laguna.
Bajamos hasta donde ya no se puede más y la fotografiamos desde diversas posiciones.
Después continuamos por la pista y nos detuvimos ante unos madroños que se ve que no habían perdido nada de flor y que habían dado los frutos en racimos. Una pasada.
Nolo está diciendo... ¿por dónde empiezo?
Un poco más adelante nos desviamos por la derecha por una sendita en la que había un cartel indicando el Pino del Corral de Sevilla, que nos habían dicho que era aún más grande que el anterior y bien valía una visita.
Llegamos al momunental pino de muchas garras y necesitábamos cuatro personas para rodearlo.
Esta visita extra nos había sacado un poco de nuestro recorrido y por unas pistas volvimos a retomarlo. Cogimos después una senda por la derecha que nos pasó primero por una parte de umbría muy frondosa y después nos fue ascendiendo hacia los Altos del Señor.
Al ir a coger la última senda que nos subiría a la cresta vimos que habían colocado un cartel de Batida de Jabalí ¡¡Menudo corte de rollo!! Pero de todas formas continuamos por la senda porque no sabíamos dónde estaban en realidad los cazadores y ya preguntaríamos al primero que estuviera a la espera.
El cordal es muy chulo y cortito y enseguida llegamos a un pilón de término pintado de color blanco.
Al comenzar a bajar por su derecha ya vimos abajo al cazador con su chaleco en la misma senda. Bajamos y nos iba mirando con recelo. Cuando llegamos a su altura hablamos con él y le preguntamos por dónde estaba la batida y nos dijo que por los dos barrancos de enfrente, justo por donde teníamos que pasar nosotros.
Al ver la situación decidimos abortar el recorrido original que hubiera sido muy sencillo y nos pusimos en modo aventura lanzándonos a la trocha por la izquierda de nustro recorrido teórico para bordear las lomas de enfrente y poder llegar a los coches sin meternos dentro de la batida.
Como todos los montes a través, y con pendiente, por momentos se pasaba bien y por otros no tanto, pero fuimos bajando poco a poco lateralmente alejándonos de la batida y con la intención de llegar a las pistas que estaban más allá.
Enlazamos con la pista, bordeamos la loma y cuando ya pensamos que habríamos sobrepasado la batida nos metimos a la derecha ascendiendo por una pista hasta que se acabó y después entre bancales abandonados y con bastante ascenso, hasta que incluso los bancales desaparecieron y hubo que hacerse paso a través de las coscojas y romeros. Este tramo se nos hizo lento y costoso en esfuerzo. Llegamos a la parte superior de la loma y sabíamos por el mapa que al otro lado pasaba una pista por lo que bajamos y ya continuamos por ella sin problemas hasta que volvimos a enlazar con el track previsto, habiendo dado una vuelta de más de cuatro kilómetros extra y por dos zonas bastante costosas. La montaña siempre tiene algo de imprevisible. Una cosa es lo que se lleva previsto y otra lo que deparan las circunstancias de cada momento. Menos mal que todos nos lo tomamos con el humor habitual, incluso Juan Carlos que iba con pantalón corto entre las coscojas.
Acabada esta improvisada parte aventurera sólo nos quedó ir pasando por pistas y un tramo de carreterilla hasta volver a meternos por las pistas que nos llevaron de nuevo al área recreativa y los coches donde nos hubiera venido de maravilla haber traído una neverita con unas cervezas.
Un saludo y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE
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