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sábado, 1 de septiembre de 2012

Sot de Chera - Las Toscas - Fuentes - Anticlinal / A+ 362 m / 14,17 km

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"Una ruta pacífica"




Este sábado la ruta propuesta para terminar las típicas del verano era hacer una sencilla, acercándonos hasta Sot de Chera, Valencia, para visitar el paraje de Las Toscas pasando por varias fuentes y con el aliciente de darnos un baño en algún momento.

Suelo recorrer de vez en cuando el PR-290, que parte de Gestalgar. El año pasado, en el camino inferior de la Hoya de Cherales, me acerqué a ver las cascaditas que se forman en las Toscas y pensé en hacer esta ruta cuando llegara el próximo verano.

Haríamos primero la parte de secano y que tiene el mayor desnivel, que con el frescor de la mañana siempre resulta mejor. Cruzaríamos el pueblo hasta llegar a la Ermita de San Roque, mirador de Las Toscas, cascadas de Las Toscas, ¿baño?, Fuente Borreguillos, Fuente de Santa María y el famoso Anticlinal, regresando a los coches.


Aquí podéis ver el vídeo que preparé de la simulación de vuelo sobre el track en 3D para que os hagáis una idea fiel del recorrido:


Creía que me tocaría hacerla solo, pero al final se apuntaron dos veteranos senderistas con los que no caminaba desde hace tiempo, Miguel y Riquelme, y también tuvimos una nueva incorporación, Herme, que venía siguiéndonos por el blog y aprovechó que la ruta era facilita para probarse con nosotros.

Siendo las 7:30 horas comenzamos nuestra andadura desde el parking de un dormido Sot de Chera. Una Luna completamente llena nos había seguido hasta aquí indicándonos el camino como si fuera la Estrella de los Reyes Magos.


Comenzamos atravesando el pueblo subiendo hasta la Ermita de San Roque, ya sabéis, "la que no tiene rabo", y continuamos un tramo por la carretera hasta desviarnos por una pista de tierra que nos ofreció unas primeras vistas de Sot de Chera desde lejos.


El Sol consiguió levantarse de su letargo y alumbrarnos con sus primeros rayos, que se agradecían a esas horas, pues la temperatura era bastante fresca con 16 graditos.


Veíamos allá en la primera imagen el collado al que teníamos que subir, aunque quedaba otro detrás. Tanto en los últimos tramos de la subida como en los primeros de la bajada, el firme se presentaba bastande empinado y resbaladizo y había que llevar cuidado para no resbalar.




Coronamos el colladito y comenzamos el descenso en animada conversación hasta que llegamos al Mirador de las Toscas, desde el que se ve la zona de las cascadas y me imaginaba que cualquier día de la semana, mientras suenan los teléfonos y todo es urgente, estos bancos permanecen aquí, en este remanso de tranquilidad y quietud, ajenos a todo el ajetreo, como si estuvieran en otra dimensión y sólo hubiera que saltar del mundo para sentarse en ellos y sentir la placidez de aquél musical verso de Garcilaso de la Vega que decía: "En el silencio sólo se escuchaba un susurro de abejas que sonaba"...


En la segunda imagen se podía observar el tramo del PR-290 que pasa junto a la puerta de la propiedad de la Hoya de Cherales y se dirige al Balneario de Chulilla, desde el que muchas veces había escuchado el murmullo del agua de las cascadas y en el que por fin el año pasado me decidí a bajar, comtemplarlas y dejarlas en las hojas de lo pendiente hasta esta ocasión.


Lamentablemente, el año de sequía  y calor tan extremo que llevamos ha hecho mella en los nacimientos acuíferos y las cascadas que yo fotografié el año pasado en esta primer imagen no se corresponden en nada en cuanto a la vida que ofrecen a la que acabo de tomar, con  los musgos totalmente secos por la falta de agua que circula por ellos.




Teníamos previsto bañarnos en este paraje pero como estaba a la sombra todavía y la temperatura ambiental era tan fresca, la verdad es que no apetecía nada y decidimos continuar para detenernos a almorzar más cómodamente en la fuente que visitaríamos a continuacion.


Volvimos un poco sobre nuestros pasos para regresar a la pista y ésta nos llevó al primero de los muchos cruces del río que haríamos hoy. Yo había recomendado portar zapatillas de agua por si las necesitabamos en alguno de los cruces pero no hizo falta descalzarse ya que todos los pasos estaban muy bien habilitados por grandes piedras para sortearlos con facilidad.




Un poco más adelante vimos desde la pista una zona con dos mesas de piedra y una nos pareció atractiva para utilizarla para el almuerzo, pero antes visitaríamos la fuente.




Cruzamos el río por otro paso de piedras en una zona preciosa y probamos el agua de la Fuente de Borreguetas que estaba muy fresca.




Volvimos a la zona de mesas y dimos cuenta del almuerzo, acordándonos de los demás compañeros habituales, que estarían haciendo otras cosas y no habían podido venir. De postre tuvimos moras, uvas de parras asilvestradas que también estaban muy dulces, algún higo y también hubiéramos podido probar los kiwis, ya que vimos una plantación de ellos el lado de la pista.




Continuamos nuestro caminar, a veces en silencio, admirando la fuerza que trasmiten los plegamientos geológicos de los estratos en esta zona.






Vadeamos el río 5 o 6 veces pero todas por encima de las  hileras de enormes piedras, evitando así que aunque el río vaya crecido, éstas dejen  de cumplir su útil función.





Llegó un momento en que nos desviamos de la pista por la izquierda para visitar el paraje de la Fuente de Santa María. Fresco lugar donde hay unos bancos para descansar o tomar un bocado y donde la fuente también tiene agua.


Aquí aprovechamos para charlar un rato distendidos con dos lugareños que nos indicaron que una senda (que nosotros no teníamos pensado tomar hoy) se encontraba inundada y que esta fuente era segura ya que ellos llevaban bebiendo de ella toda su vida.




Abandonamos la fuente, volvimos a la pista y enseguida llegamos a la zona donde se encontraba otro de los alicientes de esta ruta. Volvimos a admirar desde cerca los plegamientos de los estratos y en la segunda imagen nos fijamos bien en el fenomenal Hito Geológico, y no me refiero en este caso a Herme, que estaba señalándonos el "vértice" al que deberíamos subir en otra ocasión, sino al famoso Anticlinal, que muestra un plegamiento de estratos con una ruptura simétrica bastante curiosa.



Ya teníamos a la vista el pueblo a una hora bastante temprana y en la segunda imagen Riquelme se entretenía en enseñar a la concurrencia un extraño árbol que, como tenía las ramas todas enredadas, decía que daba cómo fruto tanto granadas como uvas.


Nada más llegar al pueblo pasamos por una zona recreativa con mesas y zona de baño, en la que nos detuvimos ante un panel existente que muestra las 5 rutas senderistas que hay en los alrededores.








A la muy buena hora de las 11:50 llegamos donde teníamos aparcado el coche, en los alredores del Charco del Gruñidor. Dejamos las mochilas y, mientras Herme y Miguel fueron a tomarse un café, Riquelme y yo bajamos a la espectacular zona de baños.




El agua estaba transparente y era de buena calidad, como atestiguaban los grandes peces que allí veíamos y había profundidad para nadar y, aunque el agua estaba fresquita por el cambio que habían dado las temperaturas, no dudé en tirarme al agua para disfrutarla ¡No me iba a quedar con las ganas! y Riquelme, mientras tanto, se refrescó los pies.




Una ruta sencilla, por pista y sin complicaciones, muy apta para hacerla en verano y disfrutar de dos baños si se quiere, uno en las Toscas y otro al finalizar la ruta, en esta zona tan bien acondicionada. 

Agradecer a Riquelme y a Miguel su asistencia, ya que hacía tiempo, sobre todo a Riquelme, que no coincidía con él y dar la bienvenida a Herme, que se integró en el grupo con total naturalidad desde el primer momento y que respondió muy bien durante la ruta, a pesar de calzar sandalias de agua durante todo el recorrido. Esperamos que el virus del senderismo le enganche y se convierta en un miembro habitual de nuestras aventuras sabatinas.



Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE

3 comentarios:

  1. Creo que ya ha empezado el enganche.
    Prometo la próxima vez llevar botas y bastones.
    Y evitar la gravilla.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Hola Pablo
    Una ruta preciosa, el año pasado estuvimos nosotros y disfrutamos un montón, en un par de cruces por el río sí que los pasamos por dentro y fue incluso el remate de la ruta más divertido...

    Un saludo
    Jose
    TROTASENDES BENICALAP

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Jose, lo bueno de esta ruta es la presencia de agua, los baños, el cruzar el río bastantes veces y que sus fuentes no pierden el agua ni con esta sequía. En contra tiene el que es mucha pista, pero así se hace cómoda para estas fechas.

      Saludos.

      Eliminar

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