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domingo, 1 de septiembre de 2013

Charcos de Quesa 2013 / A+ 449 m / 15,82 km

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Este “domingo” la propuesta era hacer una ruta por los Charcos de Quesa, Valencia, para poder tener una oportunidad más de darnos un chapuzón al final de la ruta.



Al recorrido clásico del PR-CV 203 le haríamos dos variaciones. La primera sería que la haríamos en el sentido opuesto a las agujas del reloj, cuando esta ruta se suele hacer al contrario. Así nos quitaríamos el tramo de asfalto y pista al comienzo de la ruta .

La segunda variación sería que en lugar de seguir el PR en su totalidad, una vez hubiéramos pasado por las pinturas rupestres del Abrigo de Voro, intentaríamos ir por el fondo del barranco del Río Grande lo más posible, como hizo el grupo  Trotasendes Benicalap en julio de este año. Y si tuviéramos suerte no tendríamos que mojarnos los pies hasta el baño final.

Pasaríamos por las pozas del Charco del Chorro, el Charco de la Cacerola, el Charco de las Fuentes y el Charco de la Horteta, dándonos un chapuzón, cerca del final de la ruta,  en el que más nos gustara.



Aquí podéis ver el vídeo de la Simulación de Vuelo sobre el track que preparé para que os hagáis una idea fiel del recorrido:




Hoy se estrenaba con nosotros Pili, la mujer de Manuel Carlos y disfrutó de la ruta tanto como nosotros. A la cita acudieron Pili, Ana, Manuel Carlos y un servidor.

Antes de las 8 ya habíamos dejado el coche en el solitario parking de los Charcos de Quesa. Para llegar a él, una vez atravesada la población de Quesa, en la última rotonda, se hace el giro casi completo y se verá un cartel anunciador de los Charcos. Sólo hay que seguir ese camino durante 7 km.

Como había llovido tanto durante la semana, no las tenía todas conmigo sobre cómo estaría el cauce del barranco por el que pretendíamos volver, aunque confiaba en que casi 3 días después de las fuertes lluvias, todo se hubiera normalizado y las aguas de baño no estuvieran turbias.

Queríamos hacer la ruta en sentido contrario a como se hace normalmente para quitarnos bastante trozo de carretera y pista, que la gente se suele dejar para el final. Además, así, una vez comenzara a apretar el calor ya estaríamos al lado del agua, con posibilidad siempre de refrescarnos.



Así lo hicimos. Comenzamos a caminar y primero vimos desde arriba el Charco de la Horteta, observando que se podía bajar pero con precauciones. Lo dejaríamos para el final.



En animada conversación y ritmo, nos dispusimos a quitarnos de encima ese gran tramo de recorrido que no aporta nada y al que, en mi opinión se debería buscar una alternativa oficial. Como el Sol estaba tamizado por unas pequeñas nubes y el ambiente era fresquito, se caminaba bien.


 En el camino vimos este fenomenal ejemplar de chicharra, que estaba esperando a que calentara el sole-cito para cantar el "sole-mío".


 La carretera se convierte en pista. Se aprovechan dos atajos para cortar un par de curvas y más tarde se convierte en ancha pista.


Más tarde nos desviaríamos por la izquierda, por una pista más estrecha que al final se convierte en senda cuando empieza a bajar cara al barranco.


 Comenzamos a bajar en zetas hasta que llegamos al Abrigo de Voro, un lugar donde se encuentran unas pinturas rupestres. Para bajar a él hay que estar atentos a una roca en que se han tallado unos leves escalones como ayuda.


El lugar me defraudó muchísimo. Han puesto una reja de protección tan alejada de la pared como no he visto en ningún sitio, tanto que no se pueden ver las pinturas si no es con el zoom de la cámara. En este caso la valla sólo sirve para proteger a las pinturas de intrusos, "pero no permiten verlas". Para eso que las hubieran tapado con puerta y candado. Seguro que así se conservaban mejor pero, ¿de qué sirve una pintura si no puede verse? y con el privilegio que tenemos de verlas en su entorno natural. Muy mal. Muy mal.


 Comenzamos a descender buscando ya un buen sitio para almorzar y lo encontramos al llegar al río y aposentarnos en unas rocas que parecía que nos estuvieran esperando.


 Las dudas sobre el estado del cauce se disiparon enseguida. El agua corría tranquila y completamente transparente.



 Comenzamos a seguir el barranco y el curso del agua y no tuvimos que mojarnos los pies en ningún momento. Se pasa muy bien por todo el trayecto. Hay que estar atentos porque a veces el sendero cambia de margen sin avisar.






Para ser finales de agosto, el entorno estaba frondoso, verde y lleno de vida. Hay que ver lo mucho que agradece el monte el agua de las lluvias.


Aunque ya habíamos probado las moras, hoy pudimos probar los primeros higos y tuvimos suerte porque los que estaban maduros se habían abierto con el agua. Los que maduren a partir de ahora supongo que ya no se abrirán.



El caminar por el barranco del Río Grande es todo un espectáculo, protegidos sus muchos meandros con altas paredes.


Otra cosa curiosa. Este otoño habrá muy pocos madroños para disfrutar ya que en su mayoría se han caído, bien cuando estaban en flor o cuando se estaban formando. Los cambios de tiempo en este invierno tan largo se ve que no les han sentado bien, pero aquí vimos algunos ejemplares esperando su maduración. En algunos pequeños ecosistemas, se habrán salvado.




Este racimo de bayas era curioso y atrayente, pero desconocíamos su nombre y propiedades.







 Rincones como éste bien valían un par de fotos...

 

 Algunas pozas en el recorrido nos tentaban al baño, con su claridad y sus peces, que demostraban la calidad de las aguas. Nos conteníamos porque sabíamos que después habría más y mejor.





Irresistible el no agacharse y tocar ese agua cristalina.

  


 

 Vimos al otro lado del sendero un poste con la indicación de la Fuente de la Víbora, donde unas tejas guían un chorrillo de agua.








Se comenzó a oír rumor de gente cuando llegamos al Azud de Corbera y ante la cercanía de la poza más conocida de este grupo de charcos, el Charco del Chorro.


Cambiamos de margen, como nos indicaba la señal y lo recorrimos lateralmente por la izquierda, hasta que vimos una senda que bajaba y que nos llevó a la parte inferior.


Una gozada ¿no? Esperaba que Luis Gispert hubiera leído el anuncio de la crónica y nos hubiera acompañado, ya que sabía que tenía interés en visitar este lugar y podría haber aprovechado.

Disfrutamos de la vista y pasamos por un caminillo que parte por la derecha de la charca y que llega hasta la parte de atrás de la cascada.

 


Continuamos. A mí esta sucesión de pozas hasta llegar al Charco de las Fuentes me pareció la zona más bonita.














En las charchas hay profusión de pececillos y pecezotes. Al pasar el Charco de las Fuentes hay una idem.


Se acabó el periplo charqueril y llegamos al coche, decidiendo acercarnos a la poza de la Horteta. Bajé hasta abajo y vi que sólo en el último tramo hay que tener un poco de especial precaución, pero se podía bajar. Manuel Carlos me acompañó, pero como las féminas no se animaban decidimos ir al coche y acercarnos con él hasta el final del parking, lo más próximo posible a las otras pozas que habíamos pasado.


 Así lo hicimos y ya con los bañadores nos acercamos al Charco de las Fuentes, que es el que más nos había gustado para el baño y allá que nos lanzamos a disfrutar del premio de esta ruta.



Una ruta fácil, sin ninguna complicación, a la que le afea el primer tramo de carretera y pista y que nosotros preferimos quitárnoslo de encima al comienzo de la mañana, con la fresca y mientras se va charlando y calentando.

El cauce del barranco, una maravilla.  Sin ningún problema para transitar por él y las pozas fueron el colofón de la jornada. Tenía ganas de venir a ver este sitio y siempre se me había pospuesto la oportunidad hasta ahora. Esta noche podré dormir tranquilo, jeje.




Un saludo a todos y hasta la próxima.
Podéis descargar el track de la ruta pulsando aquí: PABLOONCE

9 comentarios:

  1. Hola Pablo,
    una excursión muy a tener en cuenta, de hecho he quedado con unos amigos para visitar los charcos este fin de semana, eso sí en plan dominguero.
    El racimo me parece que es zarzamora, por la forma de las hojas.

    Saludos,

    Miguel Arce

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  2. Hola Pablo
    Ya puedes dormir tranquilo jajaja.

    Esta ruta es muy buena para el verano, además de bonita es muy sencilla y lo mejor es el final, dándote ese chapuzón que tanto se agradece después de caminar.

    Un saludo
    Jose
    TROTASENDE4S BENICALAP

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    1. Hola Jose, desde que vi tu entrada me dije que de este año no pasaba. Así es que tu eres el responsable, jaja.

      Un saludo,
      Pablo.

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  3. Hola, Pablo. Con mucho gusto os hubiera acompañado, tentado estaba de ir. Pero tenía que repasar las últimas pruebas de mi nuevo libro, y no pudo ser. Vaya ruta más preciosa, y con tantas tentadoras pozas. Qué maravilla. Ahora estamos en fiestas. Espero que en este otoño agregarme a alguna ruta tuya.

    Un fuerte abrazo.

    Luis.

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    1. Hola Luis, cuando veas una que te acomode, ya sabes. Invitado quedas.

      Saludos,
      Pablo.

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  4. Estupenda ruta Pablo, la vi cuando la hicieron los de trotasendas de Benicalap y ahora que la vuelvo a ver me has vuelto a dar ganas de ir en persona a disfrutar de esos parajes. La tengo apuntada en la agenda desde ese día jejejeje
    Por otra parte el bicho que fotografiaste es mas bien una especie de grillo, hace un par de rutas fotografié una chicharra y es muy diferente.
    Saludos

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    1. Hola Jose, pienso que lo bueno es aprovecharla con buen tiempo para darse un chapuzón y que habría que buscar una alternativa a la parte de la pista si se quiere hacer circular. Ganaría enteros.

      Saludos,
      Pablo

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  5. Hola Pablo, este jueves he llevado a cabo la ruta siguiendo en todo momento tu trak, y en el mismo sentido que vosotros la hicisteis, coincido contigo en la idoneidad de sacarse de encima antes de nada el tramo de pista, de acuerdo tambien en la excesiva distancia a que se encuentra la proteccion en el abrigo de Voro. Desde el Planil hasta el final la ruta me encanto y como vosotros, me fi el gustazo del baño en el charco de las Fuentes, eso si, lo tenia todo para mi exclusivamente.
    Saludos
    Francesc

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    Respuestas
    1. Hola Francesc, vaya, una pasada el tener el charco para tí solo. Me alegro que disfrutaras.
      Un saludo.

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